ETA desconfía de sí misma

La captura en Bayona de dos «capos» de ETA, supuestos jefes del servicio de pistoleros etarras, refleja la vulnerabilidad de la banda ante la presión policial, judicial, internacional y política. La manifestación convocada en Bilbao por el lehendakari Ibarretxe, bajo el lema Fuera ETA, supondrá mañana una presión política y social sobreañadida en torno a la organización terrorista. Todos los análisis sobre el estado actual de ETA subrayan su debilitamiento, lo cual parece cierto, pero no tanto el que se trate del debilitamiento mayor que la banda a experimentado en su ya larga biografía asesina. Bien es cierto que la caída en Bayona de la llamada cúpula militar podría interpretarse desde el interior de la banda como un infortunio azaroso, pero la detención horas después de siete activistas etarras más que presuntos, en pueblos cercanos a Bayona, y en la misma Bayona, borra en cierto modo la influencia del azar para recalcar la inseguridad de la organización, que estaría siendo sometida a una penetrante vigilancia por las policías francesa y española. Sería lógico que la banda empezase a desconfiar de sí misma, tanto en relación a las eficacia de sus efectivos como a la inaccesibilidad de sus fines. Otro momento de debilidad etarra fue el del binomio 1991/92, durante el cual en Vizcaya no logró introducir la banda ni un solo comando, mientras que la Olimpiada de Barcelona, la Expo de Sevilla y la construcción viaria del AVE se desarrollaron sin que ETA diera la menor señal de vida, entendiendo que la banda sólo da señales de vida produciendo muertes. Alguna vez se sabrá por qué ETA consiguió entonces sobrevivirse a sí misma, tal vez porque la unidad democrática, plasmada en el pacto de Ajuria Enea, empezó a quebrarse ante apremios electorales y de otra índole. Va a ser importante la manifestación la de mañana, convocada por un lehendakari que ha comprobado con pesar cómo ETA rechaza de forma displicente su plan independentista. El lema de la manifestación es ETA fuera de nuestras vidas, ETA campora, un lema al que no se le puede poner ninguna reserva, porque es asumido por todos los demócratas. Desde filas populares se esgrime que no confían en el lehendakari, que no entienden porque convoca ahora está manifestación, que puede haber gato encerrado. A partir de esa manifestación habría de seguirse muy atentamente si el PNV estaría decidido a romper los hilos de entendimientos tácitos con determinados dirigentes etarras o si el Gobierno de Vitoria y el Euskadi Buru Batzar van a enfrentarse a ETA seriamente para ver lo que da de sí el total aislamiento de la banda.