Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

Libertad bajo sospecha

Publicado por
J.F. Pérez Chencho
León

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Iré, sin duda, a Galicia. Allí estaré en la primera semana del 2003. Quizá para comprobar, a la vera de los acantilados, cómo sufre un pueblo. Todo un pueblo: el gallego, al que tan vinculado me siento desde mis años chicos estudiando el bachillerato con los Salesianos de Cambados. En la Costa da Morte, arriba, se pronostica un fin de semana infernal. Los habitantes de la Costa da Morte, con los ojos llenos de lágrimas, todavía no han visionado la gigantesca oleada de fuel, con un frente de treinta kilómetros. La empujan contra las rocas los vientos irritados del Suroeste. El esfuerzo titánico del voluntariado de días pasados ha sido inútil. Un esfuerzo extenuante, agónico, desinteresado. Lo que ya habían limpiado vuelve al día siguiente a ser un paisaje viscoso, negro y lunar. Todos, voluntarios y ciudadanos de la zona, aprietan los dientes y sacan a mano el viscoso chapapote del Prestige. Son como ángeles blancos que acaban decorados de negro. Su actuación es, sencillamente, ejemplar. Han ido muchas hojas de calendario por delante del Gobierno. Un Gobierno que reaccionó con asma, quedó petrificado ante la magnitud del desastre y ha pretendido burrear al pueblo español, manipulando y ocultando datos. El ministro que ha dado la cara, Mariano Rajoy, ha escenificado el desastre con más silencios de los necesarios y más sombras de las que puede soportar la luz democrática. Es un aventajado de la escuela de Pío Cabanillas. Al Gobierno le cogió en pelotas el accidente, no tuvo reflejos, y después ha pretendido escapar de las responsabilidades por la gatera. Después de 37 días del accidente, persiste en su obstinación de vender que hizo lo que debía. Y lo que es más grave: después de despreciar la colaboración de la oposición, se ha agarrado al clavo ardiendo de dos incidencias menores para presentarse ante la sociedad como valedor de la historia. Es imposible mayor hipocresía y desprecio a la libertad. He seguido con atención el Telediario de Televisión Española, que es milimétrico al de Antena 3, y una vez que ha tomado las riendas Berlusconi, el gran amigo de José María Aznar, imagino en breve para Tele 5. Como periodista he sentido auténtica vergüenza. No es posible una mayor manipulación. Tengo la sensación de ser como un fugitivo que va por el monte solo, al que no tardando también condenarán a la incineración en el horno del pensamiento único. No se admite disidencia alguna. Nunca, como en estos tiempos, la libertad está bajo sospecha. A cualquier ciudadano con dos dedos de frente le tiene que repugnar que el Gobierno del PartidoPopular pida dimisiones -Jesús Caldera está en el punto de mira- a la oposición. Atrapados como están el Gobierno y la Xunta de Galicia, reaccionan pidiendo la fracturación de la oposición. Insólito. Y lo más jodido: hay periodistas que dan cobertura a la majadería.

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