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CRÓNICASBERCIANAS

La Navidad del periodista

Publicado por
León

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LLEGÓ la Navidad. Miles de personas recorren una gran cantidad de kilómetros para celebrar con sus más allegados estas fiestas tan especiales. Las calles de las ciudades camuflan su tristeza engalanándose con cordeles dorados y tendiendo entramados de luces titilantes. Por estas avenidas transitan familias enteras unidas de la mano esperando hacer las últimas compras antes de Nochebuena o simplemente asistir a uno de los múltiples actos organizados por su correspondiente ayuntamiento. Mientras tanto, en la redacción del periódico, se puede ver un flexo iluminando la pantalla del ordenador, donde un periodista de guardia redacta las últimas líneas de un artículo de la edición que estará en las calles al día siguiente. Llegó la Navidad. La actividad del país duerme y despierta la del periódico. Despierta porque todavía hay hechos de actualidad que deben ser relatados, todavía hay cenas de Navidad a las que se invita a los periodistas sin ser comensales, y todavía hay festejos en los que el periodista debe estar presente sin su familia. ¿Qué ocurriría si el periodista tuviera vacaciones de Navidad y permaneciera en su hogar junto a sus seres más cercanos en vez de elaborar informaciones de actualidad para publicarlas o radiarlas? La respuesta estaría muy clara. Además de todas las noticias de actualidad, ya sea cercana o lejana, tampoco se conocería la clase de emociones que experimentan aquellos a los que ha sonreído la fortuna en las tres loterías propias de estas fechas. Por otra parte, el discurso del rey no tendría relevancia, y el mensaje no llegaría más allá de las puertas de palacio. No se podría dar cuenta de la enorme labor de las asociaciones humanitarias hacia las personas más desfavorecidas. El Mago Chalupa no pasaría por el Bierzo, y los más pequeños no podrían escuchar sus pedidos a los Reyes Magos en la radio. Por último, los familiares de los voluntarios que hayan ido a recoger chapapote en las costas gallegas no sabrían si el trabajo de sus hijos, hermanos o amigos, está cambiando realmente algo, y si merece la pena que estén lejos de ellos. Y es que en Navidad también hay noticias de toda índole que deben ser narradas, desde la crónica de la cabalgata de Reyes hasta la información de la sección de agenda que contiene todas las sesiones de El señor de los anillos en los cines de la provincia. Gracias a que en Navidad hay una luz encendida en la redacción hasta altas horas de la tarde se puede conocer al día siguiente, si es un medio escrito, o pocos minutos más tarde, si es un medio radiofónico o televisivo, toda esa información que interesa y necesita la sociedad. Los padres pueden conocer la magnitud del trabajo de su hijo voluntario en Coruña, los que juegan la lotería saben si se han cumplido sus sueños y los niños que envían sus cartas al Mago Chalupa pueden comprobar a través de la radio que sus peticiones han llegado realmente a Oriente. Así es la vida del periodista. Un trabajo del que sólo se descansa en dos fechas y supone estar siempre detrás de la noticia, incluso en Navidad.

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