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Sobre los números de las casas de Pinilla Matrimonio y parejas de homosexuales El PSOE y su actitud ante el caso «Prestige»

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León

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Desde un lunes 15 de marzo de 1993 en que fue publicado en Diario de León la extrañeza que a los vecinos del barrio de Pinilla, de San Andrés del Rabanedo, causó la contemplación en sus fachadas de una tablilla en amarillo y con números en negro sin que supiésemos el significado, hasta la fecha, somos sabedores de los disgustos ocasionados y de que modificar ordenanzas y costumbres sin previo aviso, no es prudente. Nueve años temiendo que con cada cambio de distribuidor o repartidor de correspondencia iba a traer las mismas alteraciones en el recibo del correo. Si en una fachada figura un solo número y en otra figuran dos, intruso y propio, el cartero temporal ignora que uno de la tablilla se duplica con otro escriturado para una misma calle. En otras no cabe duda de que la leyenda se repite. Algún vecino, por aquello de la conocencia, se aviene al trasiego. Si esto no es posible, se limita a introducir el sobre en el buzón del cartero en evitación de que, aunque tarde, pueda llegar al destinatario. Es frecuentísimo que tal ocurra. Algunos, en colaboración con el cartero, sólo con o por tal motivo, figuramos en la correspondencia a familiares o amistades: números de escritura y placa advenediza. De tal suerte al cartero que desee que la correspondencia llegue a su destino, no le queda más remedio que depositar la carta en el buzón que se corresponde al nombre y apellidos rotulados sin preferir los «listados» que, por el motivo que sea, alteraron el curso legal que venimos padeciendo desde ya lejana fecha. Más, repitiendo lo que en varias ocasiones se ha insinuado, mencionarlo nuevamente a nuevo regidor puede no caer en saco rotos y hasta puede hacer lo que tuvo que haber sido en su momento con una modificación: Acudir ante notario para modificar el número escriturado por el pretendido aspirante con cargo de coste al Ayuntamiento. De lo contrario, retirada de la tablilla que por mucha exposición no logrará la legalización si no se hace como debió ser en un primer momento. Santiago Francisco Benavente (San Andrés del Rabanedo). Como madres y padres de familia y ciudadanos, nos preocupa el frenético interés de algunos por hacer tragar a todos, y en especial a los adolescentes, ciertas ideas y conductas apoyadas en cimientos de falsedad antropológica. Ahora ha aparejado la polémica del guardia civil con la pretensión de vivir con su novio en el cuartel. A las autoridades, nerviosas, les faltó tiempo para intentar admitir la excepción a la regla, sin constatar el espíritu de la Constitución al proclamar la igualdad de los españoles ante la ley (artículo 14). ¿No es absurdo e injusto tratar igual lo diverso? ¿Sería extraño que algunos guardias se sintieran molestos en el cuartel por parecerles un antimodelo para sus retoños? No se puede equiparar con el matrimonio, la asociación (en ningún caso) de dos hombres o de dos mujeres. El matrimonio implica la unión estable, propia y amorosa entre dos personas de sexo distinto, cuya consecuencia ordinaria es la procreación. La palabra matrimonio contiene la idea de unión para la maternidad, y a esto se comprometen, y en esto le va la vida a la sociedad. Este bien social no se puede dar en una pareja de homosexuales, en la que no es posible la complementariedad física, imprescindible para la unión plena y fecunda. Pero vivimos en momentos de confusión y muchos no expresan con libertad su opinión por miedo a que los árbitros de la nueva inquisición (lo políticamente correcto), les tachen de intolerantes. Con respecto a todas las personas, decimos: ¡Qué lástima! En lugar de proclamar el respeto a todos sin exclusión, se promueve la estéril homosexualidad (valga el epíteto), que, según el experto psicólogo holandés Van der Aardweg, es una neurosis que se cura en un alto porcentaje. Josefa Romo y 38 firmas más (León). Quiero expresar con vehemencia mi indignación hacia el Partido Socialista por el posicionamiento y la actitud seguidas en la hecatombe del Prestige. Lejos de tender la mano, en estos momentos críticos en los que se necesitan la suma de todos las fuerzas y esfuerzos políticos, sociales e internacionales, utilizan la desgracia para sacar beneficio propio, atacando con una fiereza desmedida al Ejecutivo, quien por su parte sólo intenta poner remedio y solución de manera obsesiva. El señor Rodríguez Zapatero, a la cabeza, está más pendiente de retratarse, de pedir dimisiones por doquier, que en aportar, sugerir o facilitar algo concreto. En países como Estados Unidos, Francia, Alemania, ante situaciones de emergencia nacional, como es el caso, la oposición siempre se ha puesto al servicio del gobierno de turno; sin ningún tipo de condicionante ni cortapisa. Los efectos pueden ser de muchos tipos, entre ellos el boomerang. Este será, manchado de fuel, el que tenga el señor Rodríguez Zapatero para su Partido en los próximos comicios. Rosa Fernández Panera (León).

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