Mentiras USA

Dentro de esa espiral de locura colectiva e insensateces sin cuento que caracteriza la actuación del gobierno USA a raíz del 11-S, la nueva vuelta de tuerca consistirá, al parecer, en sobornar a distintos periodistas europeos para que escriban artículos favorables a la estulta política estadounidense. Y deben de pagar con largueza, pues hablar bien de los yanquis en esta tesitura mundial resulta más difícil que vender estufas en el infierno. Pero mi queja no radica en la dificultad de buscar argumentos que expliquen, por ejemplo, el arsenal de mentiras perpetrado por Bush para justificar el asesinato sin juicio previo de presuntos terroristas o la interesada carnicería que se prepara sobre la indefensa ciudad de Bagdad. No, mis protestas provienen, precisamente, de que aún no ha sonado mi teléfono con la oferta correspondiente. Y ya que desde la escuela te enseñan que nunca debes escupir sobre el dinero, y si quieres bailar tienes que pagar al músico, estoy ganando tiempo y dando forma a una serie de frases amables y complacientes que puedan halagar al viril George Bush, por cierto íntimo amigo de nuestro ínclito presidente José María Aznar. ¿Qué le parecerá a George W Bush que le califique como el rey de la selva o diga, en su halago: «Eres lo más bonito que he visto desde la feria del ganado»? Y, puestos a rizar el rizo, cuando las bombas inteligentes comiencen a caer sobre el pérfido Sadam Hussein y sus escurridizos pozos de petróleo, podría escribir un editorial laudatorio que se titulase algo así como: «¡Qué requetechulo es mi Tarzán!». En fin, qué bonito debe ser practicar el felpudismo bien engrasado por fajos de dólares de importación.