Las vacunas y la responsabilidad individual no bastan
No será porque desde estas mismas líneas no hayamos repetido con insistencia que darle vida al covid está siendo nuestro mayor error y también hemos dejado reflejada aquí nuestra opinión de que este virus es muy, pero que muy cabrón, y a menos que le demos un poco de margen nos la volverá a jugar. Nos la ha jugado ya seis veces y nos la jugará mientras no actuemos con lo único que parece ser que nos falta: sentido común. Es imposible rematar esta pandemia si no miramos fuera de nuestro ombligo y conseguimos entre todos (unos más que otros) unas tasas de vacunación a nivel planetario eficaces. Repito, de poco vale que tengamos todas las dosis de vacuna puestas a nuestro nivel si en la mayoría del mundo siguen con tasas que no sobrepasan el 10%.
Es muy difícil, y lo es por la «desigualdad de acceso a la Salud». Para que esto ocurra, aparte de las ayudas de los países ricos, es preciso (repito) la «liberalización» de las patentes para su fabricación a escala mundial. Las vacunas están monopolizadas por Pfizer y Moderna que hacen que el precio se multiplique por al menos cinco el coste de la producción. Las marcas aprovechan este monopolio para enriquecerse. De esta situación también nos hemos «aprovechado» quienes al precio que nos pidieran y «haciendo cola» disponíamos de recursos para comprarlas. Allí donde la disposición de fondos no existe pues las tasas de vacunación son las que son.
Todo este tiempo que va pasando está consiguiendo que el virus en países menos protegidos, este desarrollando variantes que pueden burlar a la vacuna, desarrollar una mayor contagiosidad, se desplacen con gran facilidad y ya estén presentes y circulando en nuestros entornos. En este caso es ómicron que si sigue a este ritmo de trasmisión, va a batir todos los récords y todas las olas. Llenará hospitales y unidades de críticos y los colapsará. Lo malo es que este colapso de unos servicios de Salud Pública al límite, ahora lo serán por partida doble. Por una parte, por la plétora de pacientes y por otra porque no va a haber sanitarios suficientes para una correcta atención. Se van a hacer precisas unidades de diagnostico externo para confirmar los positivos o descartarlos y «no hay sanitarios». El presidente pide vuelta al trabajo de jubilados, lo cual me parece bien, aunque me parecería mejor la contratación de sanitarios y procurar que estos tengan un trato más digno que el que están teniendo.
Sentimos una falsa sensación de seguridad por el hecho de estar vacunados, circunstancia a la que nos hemos visto abocados en España por la declaración insistente de la ministra de Sanidad de vacunar y de la responsabilidad individual como base de nuestro comportamiento para resistir los embates del covid. A esta señora le diría que hay otra forma de luchar contra el virus y es sumando la responsabilidad colectiva, que es la que nos deben proporcionar y no nos dan. De repente, tenemos que volver al uso obligatorio de las mascarillas en exterior, ¿y en interior? Las restricciones en hostelería en ocio diurno y nocturno siguen como están, hay que «salvarlos». Ya sabemos (si se restringe) que habrá perdidas económicas, pero lo mismo que las hemos recuperado una vez, las recuperaremos de nuevo. Sin duda. Hay algo más importante que perder.
No vale la política pasiva de Sánchez en cuanto a medidas restrictivas que tiene en su mano, a través del Congreso o sin él, y que tampoco vale la actitud de cañas y libertad de Ayuso que aconsejada por el «zorro» M. A. Rodríguez sale a la palestra a decir en cada momento la ocurrencia que le «viene». Populismo puro y duro que es su mayor activo. Mira que esta señora, ha dicho y puesto en práctica verdaderas burradas y todas «son aplaudidas» por sus fans que empiezan a ser demasiados.
Todo este tiempo que va pasando está consiguiendo que el virus en países menos protegidos, este desarrollando variantes que pueden burlar a la vacuna, desarrollar una mayor contagiosidad
Peligra el señor Casado, pero ojo peligran «otros» también. Como Ayuso vea una rendija de poder a nivel nacional, luchara por ella y si la consigue será difícil descabalgarla. Un ejemplo de lo que es capaz de hacer esta mujer: La sanidad madrileña, en «alerta roja» por colapso. Se están viviendo situaciones de hacinamiento, faltan refuerzos de plantilla, las urgencias de la A Primaria cerradas y un aumento de bajas en el personal contagiado, el panorama es malo, pero la reputación de Ayuso no se resiente. La presión hospitalaria no para de crecer en la capital mientras Ayuso rechaza tomar cualquier tipo de medida restrictiva.
Los madrileños son capaces de saber comportase, de «autogestionarse», dice. Debemos grabar en nuestra mente que tendremos que convivir con el virus en modo endémico como lo estamos haciendo con otros patógenos, como el virus de la gripe o incluso el VIH. Que cuando estemos todos vacunados va a ser una enfermedad más que sufriremos cada año o cada dos años… pero gozaremos de una inmunidad ante ella. Hay cosas de las que hemos dejado de hablar. Una de ellas es la famosa Inmunidad de Rebaño. ¿Qué ha sido de ella? En España aunque se nos diga por activa y por pasiva que la vacunación va bien (que lo va) aún hay más de 4,5 millones de no vacunados, una cifra altísima. La vacunación ha perdido fuerza sobre todo con grupos de edad de entre 20-40 años y los niños que aún están muy pocos vacunados. Esto unido a la alta capacidad de adaptación de las nuevas variantes hacen que el supuesto efecto protector de la IR sea cada vez menos efectivo. Yo lo colocaría ya superando el 95%. Tampoco se nos habla de que entre un 5-10% de vacunados no van a quedar inmunizados después de ser vacunados, no van a crear Anticuerpos (Ac), van a estar vacunados pero no inmunizados. Es otra falsa sensación de seguridad. Asimismo es conveniente decir que no todo el mundo responde de la misma manera frente a la infección y tampoco frente a la vacunación. Sumen a los 4,5 de no vacunados, los vacunados no inmunizados y nos saldrá la cifra de la que se está nutriendo el virus.
¿Qué decir de los negacionistas, donde «incluso» hay un % de sanitarios? Se hace necesario el uso del pasaporte covid para entrar en fábricas, centros de trabajo, comercio, centros sanitarios, escuelas, restaurantes, bares… y quien no lo tenga para casa e incluso si no hace esfuerzos por obtenerlo ser penalizado en sus trabajos e incluso ser despedidos. Es un acto de insolidaridad. Nos encontramos en un momento de incertidumbre y de ascensión en esta nueva ola, por lo que se debieran prohibir concentraciones de un número concreto de personas y que estas sean convivientes. La prohibición debe ser estricta en locales cerrados y escasamente ventilados…
El señor Sánchez como siempre actúa tarde, ha esperado a que surja la alarma ante el riesgo extremo en el que estamos y de «repente» cita a la Comisión Interterritorial para no debatir, sino entregarles instrucciones que no se pudieron hacer efectivas hasta el mismo día de Nochebuena o Navidad, cuando y como es norma llegamos tarde. La Comisión de Salud elimina la «cuarentena» para vacunados, les recomienda eso sí, «recogimiento» y declara obligatoria la mascarilla en exterior, si he dicho en exterior, en interior puede usted hacer lo que quiera. «Hala, a salvar la Navidad».