Demudar el rostro económico de España
Recordarán algunos de Uds. que venimos observando desde el fatídico 2020, una serie de indicadores económicos, los cuales generalmente suelen diagnosticar la realidad de un país en consonancia con el tipo de política que desarrolla, aparte, acontecimientos extraordinarios.
No pretendemos retrotraernos a tal fecha, excepto brevemente, cuando en opinión de este tribunista, el Gobierno de España comenzó a «centrifugarla» mediante la formación de una coalición «antinatura socialista-bolivariana», la cual no se comprendía en Europa, y, mucho menos en EE UU y por nuestra parte, comenzamos a comprobar sus efectos a partir del primer año transcurrido.
En nuestra opinión, España, bajo ningún gobierno, debería asumir una labor subsidiaria al estilo venezolano, basándose en la recaudación de impuestos, para impartir ayudas en ocasiones, coincidentes con las emitidas por autonomías y municipios. Aquellas, deberían destinarse a mejorar el tejido de las infraestructuras, eludiendo otros fines tentadores. Recordarán, que les adelantábamos en julio de 2019 nuestra incredulidad en las entonces afirmaciones del presidente respecto a los diversos tipos de insomnios que le produciría su socio principal en un supuesto Gobierno, y que ello, no llegaría a suceder.
Incierto una vez más, al consumarse el 7/1/2020.
Confirmaba nuestra incredulidad, Tribuna publicada seis meses antes previos a consumarse, basada en un proverbio árabe: un no, significa un medio sí, o lo que significa lo mismo, adelantaba en una cadena de TV subrepticiamente el acuerdo probablemente ya alcanzado con Podemos,
Si alguno de Uds. siente curiosidad por «tirar de hemeroteca», observará que, en el mismo artículo, aseverábamos: …Miren, en la realidad política, todo se encuentra inventado, y una añagaza de este estilo, políticamente supondría la cuenta atrás para el Gobierno en el poder... La puesta en marcha del reloj en la cuenta atrás del Gobierno inició su recorrido cuando este país reclama: «regeneración política», bajo diversas formas, y, con carácter inmediato a partir de 2023.
El supuesto grado obtuso reciente de girar aún más hacia políticas de izquierdas, no haría más que empeorar aún más la situación emocional y económica de una población sometida a demasiada presión por distintas circunstancias.
Estimamos que España está cambiando, desconozco sí a peor, pero sí bajo otras formas no siempre bienhechoras.
Presiones, que se reflejan, por ejemplo, en la Educación. Aquellos jóvenes que tienen la fortuna de finalizar ESO/Bachillerato, y disponen de unos progenitores que puedan proseguir financiando su formación posterior posibilitando la alcancen plenamente, dejándolos preparados para que emigren a otras latitudes, lugares en los que se les valore y aprovechen más adecuadamente.
Siempre se ha dicho que la mejor inversión de un país consiste en la propia formación y disfrute de la misma, aunque el nivel de los que logran finalizar se observa inferior en cada ejercicio escolar.
Según Eurostat, el abandono escolar prematuro constituye un obstáculo para el crecimiento económico y el empleo, ya que obstaculiza la productividad y competitividad y agudiza la pobreza y exclusión social.
Finalmente, cuando detectamos en los países de nuestro entorno como: Alemania; Italia; Francia y Portugal, que sus grados de inflación oscilan respectivamente en un 4.5; 5.5; 5.8 y 7.4% y por nuestra parte los superamos, la conclusión suele ser sencilla, «algo ocurre desde Pirineos para abajo».
En la presente semana tendremos noticias de los indicadores PIB de EE UU; Francia; Alemania y España, sin grandes expectativas, y continuaremos expectantes sobre lo que suceda, aguardando en el umbral de lo desconocido.