«Venimos a por todas»
No he cargado de admiraciones el título porque es lastimosa la apuesta que el señor Mañueco, tal vez en plural mayestático, ha hecho días atrás al venir a Legio a algo así como a la presentación oficial de Margarita Torres. O lo que es lo mismo, a colocar ante nuestros ojos el dominante poder autonómico centralista y avasallador en esto y en todo: ¡¡¡Tenemos candidata leonesa bien controlada y profesora!!! El procedimiento digital es de primera línea de aplicación, de modo que a votar conservador y más amarre, algo perfectamente deducible de su proceder y compostura exultante. Pero claro que me ha admirado, y mucho, la capacidad política que tienen de creerse cargados de razones para inducirnos a cualquier trágala no importa lo espantoso que sea, y dirán: todo va muy bien y que hacen por nosotros «lo mejor».
El presidente autonómico nos ha dicho cosas a través de los medios, creyéndose un intocable, poseedor de todos los poderes habidos y por haber, precisamente él que tiene subido a la chepa a un vice, García-Gallardo, de Vox, que no cree en las autonomías. Lo del vice es medrar políticamente y lanzar su mensaje de «extrema y mucho extrema», su oficio. Y Mañueco traga, para mantenerse en el sillón del poder. ¿Qué nos viene a contar?
Apuesta por Margarita, con un ¡¡¡venimos a por todas!!! Que es tan ambiguo, pero tiene tanto trasfondo, que da miedo. Nos queda muy poco que no nos estén controlando ya desde el ente, que ahora con ella, si se encarama a gran edil, arramblarán hasta con la sombra de «Peter Pan», nuestro pasado.
Me parece una advertencia, y una desdicha. Apuestan con firmeza por el ente, él, el PP autonómico y el provincial leonés, ése que asume en persona Ester Muñoz, que aparenta creerse con capacidad de hacer algo por libre y la ligazón partidista es su amarre, ¡remando a favor de la Comunidad! Y León…
Dos jóvenes valores políticos PP, en Legio, coincidiendo con la llegada oficial del prócer, en los medios preguntaban, con doble intencionalidad: dónde están los tranvías fantasmas. La respuesta es de libro: Que se lo vayan a preguntar a sus compañeros de partido, que cerrilmente negaron la sal al proyecto que empujaba el alcalde socialista Francisco Fernández. A quien apodaban raquetas.
Es bien cierto que se pasaba empeñado en traer un tranvía por el centro de León. Hasta ese extremo entiendo la oposición, pero pensando en positivo y en los leoneses, como había dineros, pues se llegó a hablar de 150 millones, y predisposición socialista gubernamental para seguir entrando en vía estrecha en Legio, a nuestra querida «Estación del Hullero», y sin demora; dejarlo irse era un gran pecado. ¡Y lo cometieron!
Y no olvidemos el ramal o ramales: Hospitales, Universidad, en esta consideración deberíamos haber estado ¡todos!, para sacar adelante una gran obra, el tren tran, gran mejora capitalina y alfoz, pero no ¡¡¡había que tumbar al alcalde como fuera!!!
Actualmente siguen los partidos negándose a aceptar todo lo que proponga el contrario, y en determinado momentos a asociar fuerzas en bien del común; ni ellos aprenden lección alguna, ni nosotros somos capaces de escarmentar en la propia cabeza.
De la candidata dijo Mañueco que era «valiente», yo la veo con firmeza profesoral. Y con «principios», dijo, yo preferiría valores de formación, pero de ahí a que, soportando al ente como rémora, y con el mosqueo de los leonesistas, confiados hasta ahora a medias en la historiadora (manejadora de lo tradicional como halago), pueda llegar a estrenarse en «el gran poder» municipal, veo demasiado recorrido.
Perdón por algún toque metafórico, de cuentecillo, pues el tema es serio, pero no lo son menos las moralejas que de algunos de éstos, cual fábula ocasional podemos extraer. Margarita habló de un supuesto «nunca jamás», no el país del cuento, pero casi, cuando anuncia la promesa de no engañarnos a los moradores de la gran urbe real que fue, a los legionenses, a sabiendas de que nuestra talla es de pigmeos dentro del ente autonómico indeseado, centralista absorbente y acaparador, que identitariamente nos anula.
Nada de «palabras vanas» han dicho, ¿acaso lo son, los derechos y libertades a autonomía propia? Frenándolos o haciendo caso omiso de ellos, que parece de menor cuantía y no lo es, caen en manejos totalitarios. ¿Puede caber algo más hermoso que defender la personalidad leonesa bien diferenciada? Su postura es: A tragar autonomía, leoneses, lo castellano es lo primordial, lo dice Mañueco…, y ¡¡¡vale!!!