¡Qué cara dura, el tío!
Siempre en busca del aplauso y, en esta época electoral, aún más. O sea que aparece en televisión y, gracias a él por supuesto, se van a poner en el mercado 50.000 viviendas del «banco malo». ¡Qué cara dura, el tío! Lo que no dice es que esa cifra es falsa de toda falsedad. No se aguanta sola. Se cae.
Y eso, precisamente eso, es lo que debe conocer el votante. De momento, la ubicación de esas viviendas deja muchísimo que desear. Son emplazamientos donde la gente, sencillamente no quiere ir. Precisamente uno de los argumentos más buscados por el comprador, además del precio y la calidad de la vivienda, es «dónde» está esa vivienda. Y en este caso de las 50.000, su ubicación no es la demandada.
Segundo, no son 50.000 viviendas. Otro engaño. Pero ya se sabe que el presidente Sánchez no habla sin mentir. También en este caso. Engaña conscientemente a los votantes ofreciendo algo que no existe en su totalidad y que cuando exista, vaya usted a saber dónde y a quién estará mintiendo el ínclito Sánchez.
De las 50.000 viviendas ofrecidas, hay muchas, tantas como 15.000 de las que solo existe el suelo para construirlas si es que eso se consigue. ¡Qué cara dura, el tío!
Otras 14.000, ya están ocupadas. ¿Hasta donde va a llegar este personaje?
Una vez más, un verdadero desastre de propuesta que no tiene más objetivo que ilusionar al ciudadano que tiene dudas sobre a quién va a votar. Es un señuelo para que pique y se crea la oferta. A él, al presidente, no le importa. Él quiere seguir en el poder y hará cualquier cosa, cualquier cosa, para mantener ese poder.
Debe estar conteniendo el temblor de piernas al ser consciente de la cercanía de las elecciones. Él, alcanzó el poder después de una moción de censura pactada con partidos que ni son ni pueden ser ejemplo de nada. Y se instaló en la Moncloa. Y, ahora, que debe vivir unas elecciones, no sabe por dónde viene el viento. Y eso, no es buen augurio para el votante de bien que busca seguridad y buen hacer. Él, maquinará algo para sorprender y, como no, seguirá mintiendo. ¡Qué cara dura, el tío!
Tiene España, tenemos los españoles un problema enorme con este político mentiroso que habla de progresismo y democracia y practica la dictadura en cuanto se despierta cada mañana. (Echamos de menos a Rubalcaba cuando decía que España no se merecía un Gobierno que le mintiese. Ja, ja, ja)
Nuestro país necesita, ahora especialmente, mucha unión, resistencia, luchar por un objetivo serio, como siempre ha hecho, decir la verdad y evitar sufrimiento al ciudadano. Si siempre se aceptó que la unión hace la fuerza, tenemos delante el próximo 28-M una magnífica ocasión para demostrarlo y pensar en lo que, de verdad, merece nuestro país.
Basta ya de gobiernos Frankestein que han hecho degradar más el sentido democrático de nuestra sociedad que se ha visto inmersa en una vorágine de actos, leyes y decisiones, tomadas muchas veces sin pasar por el Parlamento. Vaya ejemplo de España para Europa. Costará mucho recuperar el prestigio que un día tuvimos y que hoy está literalmente por los suelos. Una pena.
Lo último que se debe hacer es bajar los brazos. Hay talento suficiente en nuestro país para enmendar una época nefasta que ha beneficiado a unos pocos, pero chillones frente a una mayoría, pero silenciosa. Tenemos la oportunidad del 28-M. Como demócratas que somos, solo nuestros votos decidirán.