Pablo Echenique sobre el rey emérito
Directamente como suena, Pablo Echenique tacha al rey Juan Carlos I, de delincuente. Desconozco como definiría un neurólogo el estado de la cabeza de ese genio de la política llamado Pablo Echenique. Pobre hombre. Por el nivel de muchas de sus declaraciones, el diagnóstico no sería muy bueno.
Una de sus últimas joyas, con formato de frase, ha consistido en llamar delincuente al rey Juan Carlos I. No se trata de buscar las vueltas a nadie ni de querer hurgar en el interior de nadie, líbreme, Dios, pero hay que revelarse ante situaciones como las que les comento.
¿Quién es este hombre para dignarse hacer una declaración de ese porte? ¿De verdad hay que considerar normal que un político adscrito a un partido legal tenga la desfachatez y la poca educación de hacer ese tipo de declaraciones y no reciba por parte del resto de políticos, reproche alguno con el fin de que aprenda que ese lenguaje está fuera de tono?
Todo el mundo acepta que la crítica se hace fácil desde un estrado. Lo difícil es hacerla con la suficiente educación y formación política para responder al adversario sin humillar al adversario. ¡Qué cosas digo, por favor! Este menda, Echenique, ya tuvo un episodio con una persona contratada por él y que por la cual no pagaba a la Seguridad Social. Es que, como nos enseña nuestro sabio refranero, una cosa es predicar y otra, muy distinta, es dar trigo. Por eso defiendo que, desde el estrado, desde el Parlamento, desde el Gobierno, ¡qué fácil resulta la crítica!, con lo difícil que es hacer las cosas bien.
Cierto es que, en tiempo electoral, los políticos en general, con escasísimas excepciones, se vuelven locos y más que declaraciones están todo el día, subidos al mitin. Y es que lo que verdaderamente defienden es su sillón, o sea, la sopa boba que les permite pisar moqueta y tragar sapos. Esta es la situación actual de nuestro país.
El caso del político Echenique tiene tela marinera. No se le conoce una frase medio amable que vaya destinada a la oposición. Para él, oposición es igual a guerra abierta a cualquier precio con tal de humillar o sacar a relucir asuntos que pertenecen más a lo privado que a lo público.
¿Quién es Echenique, echeminga dominga , para hacer declaraciones insultando al rey Juan Carlos I? ¿Conoce, de verdad Echenique, echeminga dominga , el significado de la palabra delincuente? Si así fuere, muy mal empleada y si no, por favor, que estudie un poco y amplíe su conocimiento del idioma español.
Esta gente, generalmente izquierdosa, utiliza palabras que ellos mismos saben que hieren sin reparar en más. Pasó con Sánchez cuando le llamó indecente a Rajoy y pasa ahora con Echenique, echeminga dominga . Es decir, manejan nuestro idioma como si esto fuera un mercadillo.
En esta ocasión, estamos juzgando el insulto de este hombre al rey Juan Carlos I, pero tenemos más ejemplos; Alda Colau diciendo que es un jeta, o Baldoví llamándole también cualquier delicadeza. Por cierto, Baldoví, ponte una chaqueta hombre, para hablar en el parlamento. Si así estás en el congreso, no quiero ni pensar como vestirás en tus asuntos del día a día.
No conozco un país en el mundo, y menos estando dirigido por una democracia, donde un parlamentario puede insultar al que ha sido rey durante casi cuarenta años, donde, por cierto, a este parlamentario no se le oía nunca decir algo. ¿Por qué sería? El miedo siempre ha sido libre.
Una vez más el viaje del rey emérito a su país, que coincide que es el mismo de Colau y de Baldoví, aunque ellos no lo quieran, provoca un calentamiento de temperatura que no sirve más que para conocer a estos personajes.
¿Hemos escuchado del procurador Baldoví quejas o insultos parecidos a los dirigidos al rey Juan Carlos I, cuyo destino fuera el presidente Puig y sus asuntos con su hermano, hermano del presidente Puig? Pues eso.