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Publicado por
Javier Valenzuela
León

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Hoy día 5 de junio volveremos a celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, un momento importante para todos los que habitamos en el planeta.

Esta nueva edición, no debería ser una más. No puede ser una más. Junto a que celebramos el 50 aniversario de la primera declaración, allá por el año 1972, en esta ocasión las Naciones Unidas han sido claras con una de las causas que más están afectando al medio ambiente y que no es otro que los plásticos. Con mucho criterio, el lema de este año se centra, precisamente en el daño que nos están haciendo a todos los que habitamos la Tierra.

Creo que ya somos conscientes del peligro que está suponiendo el uso indiscriminado de estos productos, tanto para la vida de muchísimas especies como para el propio mantenimiento de dos de los corazones que nos mantienen con vida: los océanos y los bosques.

Sólo de pensar que cada año se producen en el mundo 400 millones de toneladas de plástico, me da vértigo. Cada uno de nosotros somos responsables, no sólo de su uso, sino de su reciclaje. Más de la mitad de la producción está creada para una vida útil de un solo uso. Si usted se centra, por ejemplo, en un supermercado, se dará cuenta de la inutilidad de muchísimos envases que utilizan el plástico para ¿protegerse? ¿ser más atractivos? en el fondo ¿para qué?. Si lo piensa fríamente, ¿usted cree que las fresas deben estar envueltas en plástico? y qué me dice de ¿los calabacines?... .en fin un sin sentido.

Como ciudadanos tenemos que ser responsables y no entrar en este juego perverso y poner de manifiesto la insensatez que es todo esto.

Si junto a ello, según los datos de Naciones Unidas,7 menos del 10% se recicla, la locura ya alcanza niveles estratosféricos. En nuestras casas, disponemos de cubos para que todos los plásticos puedan ser perfectamente reciclados y vuelvan a tener una nueva vida….pero sino los tuviéramos, es tan sencillo como utilizar una bolsa y depositarlos ahí. No tenemos excusa para no reciclar. Si echamos un vistazo a nuestras ciudades o pueblos, disponemos de contenedores amarillos muy cerca de nuestras casas. Sino lo hacemos es porque no queremos…pero lo más preocupante es que no seamos conscientes de que un simple gesto como es este, es fundamental.

Le acabo de comentar, querido lector, que todos estos residuos son dañinos para el medio ambiente, algo que es obvio, pero es tremendamente preocupante que no veamos claro que todo lo que perjudica a nuestro entorno nos afecta de una manera directa a nuestra salud.

Los microplásticos, según nos confirman los estudios científicos, ya están presentes en los alimentos, en el agua y en el aire que respiramos. Todo esto va directamente a nuestro organismo, por lo que los problemas de salud son claros y directos. Pero ¿por qué?, pues porque un porcentaje de los plásticos desechados se queman y esto hace que ese aire lo respiremos y contaminen todos los ecosistemas del planeta.

Claro que hay soluciones. Por supuesto que sí. La primera es dejar de usar plásticos que no tienen sentido. Lo segundo, es reciclar. Y lo tercero, quizás lo más importante, es que nos concienciemos de la gravedad del problema.

Esto no va de un lado o de otro. La ciencia nos ofrece conocimiento y no ideología y los hechos son lo que son y lo son para todos, como bien ha dicho la profesora Gemma Teso.

No hay un Planeta B, tenemos el mundo que tenemos y somos los seres humanos los únicos que podemos cambiar esta situación que cada vez es más preocupante. Sí, lo digo claramente, seamos egoístas y pensemos en nosotros, en el mundo que queremos vivir y en la calidad de vida que queremos tener.

Depende de nosotros. No miremos para otro lado. Esta vez ¡no!