Sánchez y su envenenada herencia económica

Creo no equivocarme al considerar a Zapatero, en el ámbito económico, como el peor presidente del Gobierno de la historia. Todos recordamos sus «brotes verdes», reflejo de residir en la irrealidad permanente, que llevaron a la congelación de las pensiones, por mucho que Sánchez lo haya negado descaradamente el día 10 en el debate televisivo con Feijóo a pesar de incluso haberlo votado como diputado. También la reducción de las futuras y la directa bajada de los salarios de los empleados públicos, entre otros recortes que tuvieron que alargarse en el tiempo con un nuevo gobierno que logró sacar a España de la UVI, pero que la mantuvo en planta al no atreverse Rajoy a reformas de calado.

Sin embargo, el todavía inquilino de la Moncloa no va a perder las elecciones por el mismo motivo que su correligionario, ya que la percepción ciudadana en cuanto concierne al dinero es mejor que el ambiente político. Y en relación a esto último incide la prensa extranjera quien le da por amortizado aunque su última bala, convocar elecciones, la ha utilizado para parar una rebelión interna contra él. Citaré sólo al Financial Times, la «biblia», en un excelente artículo del martes 30 de mayo. Recordemos que el día anterior, la portada del periódico «salmón» recogía los resultados de las elecciones turcas del domingo y en páginas interiores las consecuencias sobre su divisa, la lira. Del vuelco electoral en España absolutamente nada. En el artículo, cuya razón era la convocatoria de elecciones generales se hace referencia a la podemización del PSOE con la polarización y crispación que ha generado Sánchez y sus controvertidos socios separatistas o filoterroristas, amén de mantener comunistas en su gobierno, el único en Europa. Y por ahí van a ir los tiros, lo cual no significa que la economía presente un horizonte apacible.

Debe señalarse que pese a un brutal incremento de la presión fiscal, ensañándose especialmente con la clase media al no deflactar la tarifa del IRPF, somos líder de Europa en déficit, dando lugar al mayor incremento de deuda de la eurozona. Compárese con Portugal, quien con un gobierno de izquierda que no llama «despiadado capitalista» a Juan Roig, prevé equilibrio presupuestario este año y superávit a partir del que viene, mientras nosotros estamos anclados en un déficit del 4,8%. Ello lleva a que el país vecino sea percibido con mayor solvencia por el mercado financiándose más barato, con la deuda a 10 años al 3,38%, mientras España está en el 3,71%. En 2016/2017, Portugal pagaba un 2% más que España, el cambio hacia la sensatez, obligada por la troika comunitaria está dando sus frutos. Incluso Grecia se financia a un año a tipos más bajos que España.

Decía el que fuera primer ministro sueco, Olof Palme, que todos los gobiernos son de coalición entre el ministro de Hacienda y los demás ministros. Esto va a ser realmente cierto con el próximo, ya que al déficit estructural que tenemos hay que añadir que el modelo de dinero gratis y fondos europeos se acaba y habrá que pagar no solo la deuda sino también unos ascendentes intereses que comprometerán el crecimiento futuro. Baste señalar que el Euríbor ha estado en negativo desde febrero de 2016 hasta abril de 2022 iniciando una frenética carrera desde el verano pasado que le lleva al 4,19%. Como muy bien empiezan a comprobar las 10,8 mn de familias que tienen algún tipo de deuda, especialmente la mayoría de las 5 mn con hipoteca, que a diferencia de las europeas, las tienen a tipo variable. A ello hay que añadir que el envejecimiento de la población supondrá un mayor gasto en pensiones y correlativamente en sanidad. Los gastos de defensa, por nuestros compromisos con la Otan deberán incrementarse fuertemente hasta el 2% del PIB, como ya ha empezado a entender el gobierno, subiendo este año la partida un 71,1%, pasando de 2.848 mn en 2022 a 4.902 mn.

Podría decirse que lo señalado hasta ahora es de dominio público, así como que Bruselas, empieza a exigir una vuelta a la disciplina fiscal olvidada en la pandemia. Frente a las palomas, los halcones, casi la mitad de los países y liderados por Alemania, con el liberal Christian Lindner al frente de la cartera de finanzas, en un gobierno compartido con socialdemócratas y verdes, pidiendo reglas más duras para los pródigos. Y nosotros desaprovechando la ingente suma de dinero gastado sin resolver una serie de problemas seculares que no fueron abordados con decisión por el gobierno Rajoy, pero que los radicales Zapatero y el actual han empeorado. Me refiero a productividad, paro, educación y administraciones públicas, que no aguantan comparación con nuestros vecinos.

—España no crece, rebota desde una fuerte contracción debida a la pasada pandemia. Si comparamos con el resto de países europeos, somos el único que no ha llegado a recuperar el PIB/per cápita de 2019, el ultimo año normalizado, ya que baja un 2,6%, incluso con más empleo, mientras la media europea sube un 1,7%. Si ampliamos la visión a un periodo más largo, veremos que en los años de gobierno de González y Aznar, con ideologías totalmente diferentes, fueron capaces de hacer que la brecha de España con la media europea se estrechase desde el 21% de 1978 hasta el diferencial mínimo del 8,8% que se registró en 2005. Desde entonces este proceso «se ha detenido e incluso revertido», se afirma en el Informe Anual 2022 del Banco de España, «el PIB per capita no logra converger con el área Euro por la baja productividad y tasa de empleo reducida». Hoy nuestra renta per cápita es un 17% inferior a la media europea, exactamente igual que en 1975, año del fallecimiento de Franco. Y desde 2005 se ha desplomado en un 8,2%, o visto de otra manera, se ha incrementado la brecha en esa proporción. Salvo una ligera mejora durante el gobierno Rajoy, los de Zapatero y Sánchez han destrozado el trabajo de González y Aznar para acercarnos al resto de Europa, de manera que hoy España ocupa en renta per cápita el puesto 18 de 27 entre los paises europeos, siendo superada por Chipre, Eslovenia, Chequia, Lituania y Estonia desde que Sánchez accedió al poder, lo que explica nuestra progresiva irrelevancia internacional.

—Seguimos siendo líderes en paro general, 12,7% y juvenil, 28,4%, en ambos el doble que la zona Euro. Nuestras empresas son demasiado pequeñas por lo que no van a poder dar empleo a todos los ciudadanos que lo demandan por su escaso esfuerzo innovador, además de tener un sector productivo orientado a sueldos bajos impidiéndonos converger con Europa. Tenemos excelentes empresas, pero en sectores «viejunos», ello explica que el Ibex cotizase a 15.946 puntos el 8 de noviembre de 2007 y hoy esté alrededor de 9.300, 15 años más tarde, como muy bien pueden comprobar aquellos que mantengan en sus carteras bancos, el sector más importante de nuestra Bolsa, mientras que índices europeos y no digamos americanos han tenido otro comportamiento, debido a sus grandes empresas tecnológicas, de salud, químicas o industriales, de las cuales carecemos.

—A ello no ayuda nuestro sistema educativo, con un exceso de personas (23,4%) que accede al empleo sin cualificación, el doble que la media comunitaria. Por otra parte, tenemos demasiados universitarios (el 37% infraempleados) en relación a la estructura productiva de España, que se están formando para trabajos que no existen, pareciendo algunas facultades públicas meras academias de preparación de oposiciones, al recibir financiación por número de alumnos y no por empleabilidad. De tal manera que el graduado universitario medio presenta unos niveles de destrezas o «soft skills» (trabajo en equipo, iniciativa o hablar en público) e idiomas, similares a los obtenidos por un bachiller alemán (Abitur) o francés (BAC). En medio, sólo un 23,4% de los que acceden al empleo tienen formación profesional, fuertemente demandada por las empresas, el 45,2% en la UE.

—Sufrimos una administración esclerotizada, el único sector que no ha sido reformado en profundidad sin que valga pensar solo en el Estado, ya que la mayoría pertenecen a las Comunidades Autónomas, reinos de taifas inconexos que explican parcialmente que siendo el país que más fondos europeos ha recibido seamos el número 12 en ejecutar, el 10,4% de lo adjudicado según EY Insight. Contamos con empleados públicos con peores condiciones que en el sector privado, pero también muchos con unas regalías impensables en una empresa. Por otra parte, debe recordarse que un tercio son temporales, el doble que en el sector privado, cuando la estabilidad en el empleo público no debe de cuestionarse. Otra cosa es confundir el acceso por oposición con una privatización del puesto de trabajo, «plaza en propiedad» para siempre, sin tener en cuenta el desempeño, estando más protegido que el ciudadano al que se debe. Bochornoso resulta leer el informe del Observatorio de Gestión Pública (OGP) del Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid referido a 2022 en relación a 25 trámites que realizaron en 5 ministerios diferentes, donde se manifiesta la peor cara de la administración.

Dicho esto, a diferencia de unas elecciones locales, en donde tiene un peso importante el nombre de la persona que encabeza la lista que el partido por el que se presenta, en las generales ocurre al revés por lo que en un contexto como el actual, en el que se han confundido deseos con derechos sin que nadie se preocupe ni de su costo ni de su pago, la creciente bipolarización lleva a que solo haya dos opciones de modelo de sociedad, en los que los extremos han demostrado por una parte su manifiesta incompetencia y adanismo tóxico, el comunismo de toda la vida y por el otro lado, presenta una cara folklórica y taurina. En nuestro caso provincial, se añaden unos regionalistas de los que todavía no se sabe, ni saben, si ideológicamente son carne o pescado. El día 23 sabremos el menú.