Diario de León

Qué es la ultraderecha o derecha extrema

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Los políticos actuales son muy dados a usar términos que no son resultado de sus ideas ni siquiera de sus pensamientos. Los ochocientos asesores que tiene Pedro Sánchez en la Moncloa y que, también ayuda o asesoran a sus ministros son, como en el teatro, los apuntadores para que, en el momento oportuno, digan lo que deben decir. El Gobierno acuña el slogan y todos los ministros aprendieron el dicho y en público como si fuera el corta y pega para calificar a la oposición de, derechas, ultraderecha o derecha extrema. En este mismo saco, meten al Partido Popular y a Vox ya que para la izquierda o extrema izquierda todo lo que esté a su derecha es, ultra.

Ya sabemos que los gobiernos y, más el actual, en eso de cultura no es su faceta. Ya me gustaría que sometieran a todos los miembros del Gobierno a una prueba de cultura, entre otros temas preguntas de, Geografía e Historia. Dudo que superaran la prueba. En los términos de calificación, todos tendrían un cate, es decir, suspensos. Nadie aprobaría. Ya sabemos que, para ser ministro, vale cualquiera, lo que importa es ser amigo o amiga de o ser un súbdito fiel no importando su preparación, su formación o su capacidad. Pero volvamos a l objeto del presente tema.

Calificar de ultraderecha a la oposición no deja de ser un barbarismo. Si nos atenemos al «stricto sensu» en la ultraderecha se encuentran los partidos típicamente neofascistas que muestran un discurso clásico de la extrema derecha europea: antisemita, racista, astigitano, anticomunista y xenófobo, además de euroescéptico, islamófobo, homófobo y abogando por un nacionalismo étnico e irredentista.

¿Qué buscan los partidos izquierdistas o de extrema izquierda? Provocar y amedrentar a la sociedad que llega el «coco», que llega Hitler con su mostacho. Que aparece, de nuevo, la Gestapo para detener a todo aquel que va en contra del sentimiento antisemita hitleriano o que se va a imponer, de nuevo, ese nazismo que perseguirá a todos aquellos que no piensan como el loco de Hitler. Los que hablan de ultraderecha creen ver a Benito Mussolini con sus camisas negras lanzarse al ataque para derrotar a Víctor Manuel II de Italia e instalar un poder fascista. Por cierto, se usa de una manera retorcida, dado que el fascismo, derivado del imperativo latino «fac», haced o haz, surge en italiano, el fascio, que, literalmente, significa haz y que Mussolini, al entrar en Roma, pronunció la palabra, Fascio para dirigirse a los italianos y decirles: «haced una patria grande, próspera y libre que sea aquella que engrandeció a Roma durante el imperio romano». Este el significado. Lo que vino, después, fue otra cosa o deformación. Pero quienes emplean la palabra fascismo no tienen ni idea de su origen. Hay muchos analfabetos y, sobre todo, en la política.

Hace unos días hubo elecciones en Alemania. La ultraderecha alemana de Alternativa por Alemania gobernará en un territorio tras ganar por primera vez unas elecciones comarcales, concretamente, el distrito de Sonneberg, en el Estado de Turingia, tras ganar con el 53% de los votos

Aparentemente, Alternativa por Alemania es un partido esencialmente de derechas, con alguna capacidad de atracción del voto de la izquierda. Es un movimiento ideológicamente mucho más transversal de lo que en principio cabría imaginar. No es un partido que tiene nostalgia de la etapa de Hitler, no. Es un partido que ve peligrar la identidad de Alemania.

¿Qué une a todos los votantes de AD? Según el análisis preliminar de los votos por el instituto alemán, Infratest Dimap, el punto de encuentro entre todos los votantes es, en esencia, su deseo de una mayor seguridad, de una mayor enemistad con el Islam y de un cierre de fronteras para los refugiados. El 99% de los votantes de AD considera que este partido «ha entendido mejor que ningún otro que muchas personas ya no se sienten seguras»; el 99% de sus votantes también cree que «es necesario reducir la influencia del islam en Alemania», y el 96% defiende que «se necesita limitar la afluencia de refugiados a Alemania.

Alemania está tomando conciencia de la pérdida del sentido de Alemania. Se ve conquistada por emigrantes y lo que pretende es concienciar a los alemanes del peligro que acarrean los nuevos inquilinos y que bandas están siendo acogidos en el antiguo imperio prusiano.

La ultraderecha alemana no es nazi, ni añora a Hitler. No. Es un despertar social que peligra el propio ser de Alemania. Luego este nacionalismo no es hitleriano es un nacionalismo identitario por una Alemania que no pierda su sentir como nación y país

En Italia, con Meloni, llegaba el fascismo. Aparecía Mussolini. Se ha demostrado que, el poco recorrido de Meloni, no fue como los caballos de Atila. Está demostrando que se puede gobernar con dignidad. Que el país debe despertar y buscar una unión nacional. Un sentir como país para salir con fuerza y conseguir una Italia próspera. Hoy, Meloni, se está ganando a los italianos y nadie se atreve ya a decir, en Italia, que ha llegado el fascismo. Lo que ha llegado a Italia es una forma de gobernar en libertad, pero con orden y disciplina.

Los que dicen que llega la ultraderecha no lo dicen porque crean que se va a desmontar el estado progresista, ese que la izquierda crea para sus fines. No. La ultraderecha, que llega a España, es tomar conciencia de que España está perdiendo su dignidad. España está perdiendo su lengua. España se está convirtiendo, de nuevo, en un Reino de Taifas. España, de seguir en la línea independentista, volverá a la etapa anterior a los Reyes Católicos, es decir, no reinos, mejor, feudos, en los que pretenden gobernar los nuevos señores no, para conseguir un desarrollo económico sino, para cumplir sus fines, típicos de los gobiernos de Venezuela, Cuba, Nicaragua y todas las oligarquías que gobiernan en lo que fue Hispanoamérica.

Esto de ultraderecha o derecha extrema, no deja de ser un tópico porque les molesta y les corta la forma de vivir de unos pocos. Los que forman la ultraizquierda saben que fuera de la política no tienen futuro y los que forman el Gobierno con Pedro Sánchez saben que, si pierden el poder, no pueden volver a viajar en el Falcon. La ultraderecha en España puede ser nacionalista, pero es un nacionalismo que respeta la Constitución y está en contra de todos los movimientos que vayan contra la Carta Magna. La diferencia entre ultraderecha y ultraizquierda es que la izquierda es independentista y separatista. La derecha va más en la línea de respetar los principios constitucionales.

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