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La imagen que representa la justicia es la de una mujer con una venda en los ojos. Ese «no ver» es lo que representa la igualdad en el ejercicio de la justicia con independencia de sobre quién se pueda ejercer. En ese mismo sentido se considera algo «injusto» que el veredicto se dicte en función de la personalidad sobre el que se vaya a dictaminar.

En base a esa interpretación no puede ser que la concesión o no de una amnistía a los promotores del proceso independentista en Cataluña se establezca en función de la necesidad de los votos de Junts para lograr la investidura de presidente en España. Es decir no es admisible que si se necesitan esos votos si se conceda la amnistía y si no se necesitasen no la habría. No cabría entonces la imagen de esa mujer con una venda en los ojos que impartiría justicia con independencia de si se necesitan o no esos votos para la investidura.

Esa hipótesis de amnistía también pondría en duda un pilar básico de la democracia como es el de la separación de poderes. Se cambiaría una decisión de los jueces en base a una decisión que favorecería los intereses políticos de aquel que la pudiera tomar. Por ello se entienden las discrepancias en el poder judicial ante lo que de momento son rumores.

La ley es también universal y se debe aplicar sin distinción del estatus económico o de poder que se pueda tener. La época en que se establecían bulas (especialmente en la iglesia) en base a donaciones económicas para evitar cumplir algún precepto, ya ha pasado. Por eso mismo no cabe el «yo te doy mis votos» a cambio de que tu «perdones mis «pecados»». Por otro lado si «son pecados o no» será la justicia el que lo dictamine.

Hay que tener en cuenta que Junts apenas representa un 11.1% del voto en Cataluña en las últimas elecciones y que en ellas perdió uno de cada 4 votantes (respecto de las anteriores generales). También hay que considerar que el primer partido tanto en Cataluña como en Euskadi en esas elecciones fue el partido socialista. No es un muy democrático que aquel que teniendo muchos menos votos tenga más poder en base al reparto del resto de escaños a nivel de España.

Hay que tener en cuenta que el modelo de España que defienden tanto el PP como Vox carece de respaldo suficiente tanto en Cataluña como en Euskadi. Es más, diría que la difusión de ese modelo lo que hace es aumentar los deseos de independencia. Si «eso es España» entonces hay una parte significativa de esa población que dice «yo no soy español». No creo que sea lo mejor el utilizar ese debate sobre la amnistía para buscar el beneficio propio, para desgastar al adversario político.

Hace falta un discurso que sea «más de Estado» y «menos de partido». Por ello habrá que favorecer los consensos sobre temas fundamentales que también recojan lo que de algún modo se demanda a nivel social.

No es muy aceptable que Yolanda Díaz vaya a Bélgica a visitar a un prófugo de la justicia para tratar de conseguir los votos de Junts. Curioso que desde un partido que se dice de izquierdas se prime la visita al poderoso (en función de los votos) y se desprecie a los que no lo son. Es un poco «tantos diputados tienes, tanto vales». Hay que tener en cuenta que entre el porcentaje que UPL tuvo en las últimas elecciones en la provincia de León (8,3%) y el que tuvo Junts en Cataluña (11,1%) hubo menos de 3 puntos de diferencia. Sin embargo ello no tiene nada que ver con el poder de influencia de cada uno de esos partidos.

Creo necesario profundizar en «la unidad desde el reconocimiento de la pluralidad». Pero claro no se avanza en esa dirección promoviendo «un tratamiento bilateral entre Euskadi y España» o marcando una división entre «Euskadi, Catalunya, Galicia y España». Un leonés creo tiene muchos más puntos en común (en su forma de ser, en su cultura…) con un vasco que con un andaluz. La pluralidad es también el reconocimiento que un asturiano y un murciano son diferentes como también lo es un leonés y un castellano.

El artículo 2 de nuestra Constitución dice textualmente que se «garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran». En el propio discurso del partido socialista se reconoce la «Región Leonesa» (también en Valladolid) y sin embargo esa Región sigue sin reconocerse como autonomía. No puede ser que la Constitución «se ensanche» o «se estreche» en la Constitución en función de las necesidades políticas que se puedan tener.