Diario de León
Publicado por
Luis Miguel Vila
León

Creado:

Actualizado:

Enamorado de los cielos limpios, azules y poderosos de León, así se declaró reiteradamente el gran genio universal de la pintura Joaquín Sorolla.

El más famoso pintor postimpresionista español visitó León y Astorga varias primaveras entre 1902 y 1913 para fotografiar y plasmar en cuadros escenas costumbristas como mercados, bodas, romerías y rogativas principalmente, pero también sintió la necesidad de pintar la catedral de León, tanto su exterior como el interior, y retratar personajes ilustres de la sociedad leonesa.

Sabemos que Joaquín Sorolla se dedicó a la búsqueda de escenas costumbristas por toda la geografía española y quedó asombrado de la originalidad y colorido de la indumentaria tradicional leonesa por lo que acudía a los lugares donde era más fácil presenciarlas, como nuestros mercados, donde acostumbraba a tomar numerosas fotografías que le servían de apoyo a sus bocetos y lienzos, algunas de las cuales conservamos por fortuna. Esta admiración que despertó en él la forma de vestir de las distintas comarcas de esta tierra leonesa hizo que se lamentara y advirtiera, a semejanza de Azorín, sobre la tendencia que ya empezaba a vislumbrarse sobre la desaparición de todos estos elementos de nuestra cultura nacional.

Que el genial Joaquín Sorolla  denominase a uno de sus cuadros Aldeanos leoneses, que otro lleve por título Plaza de San Bartolomé de Astorga representando una escena del mercado semanal de Astorga, que pintase el Humilladero de la Virgen del Camino o que en otros lienzos aparezca la Catedral de León y que haga en numerosas ocasiones menciones de esta tierra en la correspondencia que mantenía con su esposa en sus viajes son pruebas irrefutables de la presencia del pintor en la provincia leonesa. Esos contactos con León son los que sigue desde hace tiempo el investigador Miguel Ángel Cordero y que ha ido refutando con abundante documentación. La buena noticia es que la investigación no ha concluido y pueden surgir más datos de la estrecha relación entre Sorolla y León.

Una de las obras de Sorolla más sobresalientes sobre León fue  Aldeanos leoneses , en la que utilizó apuntes, fotografías y bocetos que había recopilado en sus visitas a esta provincia, y que se expuso en 1908 en las Grafton Galleries de Londres. En 1909, la Hispanic Society organiza la primera exposición de obras de Sorolla en Nueva York, y el mismo día de la inauguración su presidente Archer Milton Huntington ya compra dicho cuadro. A continuación, dicho mecenas del arte español encarga a Sorolla la realización de catorce paneles sobre las provincias españolas, destinados a decorar desde entonces uno de los salones de la institución.

Hace pocos meses Aldeanos leoneses ha viajado a Londres formando parte de la exposición Spain and the Hispanic World remarcando así que esta pintura sobre el paisanismo de León es ya una de las obras más celebradas de Sorolla y que sigue presente en aclamadas exposiciones por todo el mundo.

Sorolla se convirtió en un pintor universal desde los inicios de su carrera, como evidencia que años antes de su salto a Estados Unidos algunas de sus mejores obras ya formaran parte de las colecciones americanas de los museos Metropolitan y Brooklyn Museum.

Otra de las obras donde Sorolla representa la idiosincrasia leonesa fue en La Fiesta del Pan , integrante de la famosa serie de Visiones de España que había realizado para la mencionada Hispanic Society neoyorquina y en el que aparecen destacados un tamboritero maragato y una maragata.

Además, el interés por León del conocido como maestro de la luz quedó plasmado en los retratos que hizo de ilustres personajes leoneses como Gumersindo de Azcárate, una figura destacada de la Institución Libre de Enseñanza con la que el pintor valenciano mantuvo una estrecha relación y que contribuyó a convertir a Sorolla en un genio internacional. No fueron solo miembros de la Institución Libre de Enseñanza a los que retrató Sorolla, también inmortalizó al emprendedor lacianiego Tomás Rodríguez; y cuatro años después a su sobrino Gabriel Gancedo que llegaría a ser un importante banquero nacional.

Estos días en León se ha conmemorado el centenario del fallecimiento de Joaquín Sorolla con la exposición Sorolla y el paisaje de su época organizada por el Museo Casa Botines Gaudí y la Fundación Fundos que pone de relieve a Sorolla como gran figura de la pintura au plein air (al aire libre), para presentar una breve historia de los pintores plenairistas, que así se les denominó, en España.

La exposición ofrece una reflexión sobre ese periodo fundamental para la historia de la pintura española caracterizada porque los artistas se ayudaron de las innovaciones técnicas de su tiempo (como la fotografía, los tubos portátiles de óleo y el ferrocarril) para salir de sus estudios y buscar la inspiración pintando al aire libre, tanto en su entorno inmediato como desplazándose a lugares de España que a ellos se les antojaban como exóticos.

Esta muestra consta de ochenta obras que recorren la edad de oro del paisajismo español, donde también queremos resaltar la figura de Carlos de Haes, por ser un primoroso paisajista de nuestros Picos de Europa que promocionó con entusiasmo y cuya obra colaboró a que este macizo montañoso fuera declarado el primer parque natural de España.

Es imprescindible por su necesidad y conveniencia que llegue a buen puerto el actual proyecto de colocar una estatua de bronce de Sorolla en la confluencia de la Calle Ancha con Las Varillas donde Sorolla se situó para pintar su lienzo de la catedral de León y la colocación de una placa o loseta conmemorativa en la confluencia de la Plaza Mayor con la calle Santa Cruz que es el lugar exacto donde fue tomada la fotografía que prueba la innegable presencia del pintor valenciano en León.

La influencia leonesa en dos genios universales como Joaquín Sorolla y Antonio Gaudí y su presencia en esta provincia debe quedar ampliamente reflejada en las calles de León, en eventos organizados por sus instituciones, en su promoción turística y cultural y en su legado artístico.

Sorolla no fue un genio pobre, ni desconocido en su época, ni con un alma atormentada. Sorolla fue rico, famoso y admirado en vida, tanto en Europa como en Estados Unidos, y siempre manifestó su felicidad al lado de su esposa y colaboradora Clotilde García del Castillo a la que dedicó las siguientes palabras «Pintar y amarte, eso es todo, ¿te parece poco?», algo similar parece que sintió el pintor de la luz por León.

tracking