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Publicado por
Aurora Díez Díez
León

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El tiempo que estamos viviendo es tan especial, ocurren situaciones tan difíciles de abordar que, para no caer en la sensación de pánico o lucha, se requiere una mirada de amplio enfoque.

Aparentemente, afuera, todo muestra muerte, caída de lo viejo y de no tener mirada más profunda, más real, no vemos el caos como condición para la instalación de lo nuevo.

Estamos recibiendo tal potencial de vida, de renacer, de posibilidades, que sin contemplar esto, podríamos quedarnos en lo que exteriormente sucumbe, sin ver lo que está germinando, abriéndose a la manifestación al unísono de lo que se está dando.

Es necesario permanecer conectados a la tierra como árboles, sintiendo que estamos recibiendo su energía de fuego y a la vez emitiendo, formando parte activa de esto que está sucediendo.

Así pues, somos receptores y emisores al mismo tiempo: atendiendo nuestro proceso personal e influyendo en el proceso colectivo.

Si solamente miramos fuera parecería que este caos no va a parar. De ahí que la mirada más profunda nos mantiene en ese acompañamiento y participación de la gestación en la que estamos. Es importante que renunciemos a querer conocer o controlar este proceso ya que está llevado por El Movimiento que mueve todo lo que es movido.