Diario de León
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Pobres «republicanos de izquierdas» que sueñan (más bien deliran) con la tercera República, pues son incapaces de entender y de asimilar que las repúblicas en España son de tan mala calidad que apenas duran.

En la república de las letras la incongruencia de muchos «intelectuales» es tan grande que sueñan con princesitas y quieren vivir a cuerpo de rey. La verdad es que la bandera de la Segunda República, la tricolor, es distinta a la de la Primera República, 1873-1874, que era bicolor, rojo y gualda, exactamente igual que la bandera actual, la Constitucional.

Los republicanos de 1931 incorporaron el color morado, el de los Comuneros de Castilla, pues a Padilla, Bravo, y Maldonado, los consideraron republicanos por el simple hecho de enfrentarse a Carlos I de España. El desatino fue monumental, toda vez que, en verdad, los Comuneros eran muy monárquicos y tan conservadores que luchaban para mantener su poder a ultranza, hasta el punto de querer hacer reina a Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos y madre de Carlos I de España. No hace falta que me deis las gracias, genios, está claro que «la cuestión no tiene quid».

La gente de izquierdas, de derechas, de pantalón vaquero roto combinado con camisa blanca, corbata y chaqueta fina de corte, ha decidido que lo malo es fascismo y todo lo bueno es socialismo-comunismo.

En la Historia de verdad, en esa que ustedes se empeñan en ocultar, el fascismo no ha pasado de ser una «simple anécdota», un incidente.

El comunismo real, en lo temporal, ha durado muchos años y sigue, sigue..., y, en lo geográfico, ocupó y ocupa una extensión enorme.

El fascismo apenas causó víctimas si se compara con el comunismo que masacró a más de cien millones de personas inocentes. Mussolini sí era fascista. Hitler no era fascista, sí era nacional-socialista.

¿Serán ustedes capaces de aprenderlo y de no seguir mintiendo?

Manuel Pastor Martínez, leonés de Astorga, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, dijo: «Todo fascismo es o pretende ser progresista, no hay un fascismo conservador, o de derechas, como tópicamente se repite».

Antes que el maragato don Manuel, Hayek, de la escuela austriaca de economía, jurista y filósofo, ya había escrito: «Todo fascismo es de izquierdas y progresista». No quiero polemizar, pero sí mostrar otras opiniones que no están en la línea de los convencionalismos que tanto se divulgan. Raymón Arón, dijo: «El marxismo es el opio de los intelectuales que tengo que soportar». Y Jean Daniel, ya harto de tanta sinrazón y barbaridad, se atrevió a dejar escrito: «Hay gente que asume mejor estar equivocado con Sartre que en lo cierto con Arón».

Yo, cansado, desmemoriado y en peligro, sólo pretendo defender la sagrada libertad de expresión, con altura de miras y la mayor honestidad que facilite el buen entendimiento y la concordia que lleve al bien común. PSOE Y PP deben hacer las paces, ponerse de acuerdo en lo esencial: España.

Hace muchos años que debería haberse modificado la injusta Ley Electoral que premia y da ventaja a las minorías separatistas. El PP, con mayoría absoluta de 186 diputados en 2011, nada hizo. Ahora, después de los resultados del 23-J, visto el panorama desolador, lo correcto y justo sería convocar nuevas Elecciones Generales. Incluso el fascista Luys Santa Marina, en 1951, lanzó mensaje de reconciliación nacional diciendo: «Desde el primero de abril de 1939 no consideré enemigo a ninguno de los españoles a quienes habíamos vencido; primero, porque eran españoles, y segundo, porque no es de caballeros recordar al vencido su derrota. Creo que cuantos han combatido piensan así».

El Universo es infinito, casi tan grande como el egoísmo, la avaricia, la traición de catalanes y vascos separatistas. En él, en el Universo, puede haber entre 160 y 400 mil millones de galaxias como la nuestra, la Vía Láctea, que, a su vez, tiene entre 150 y 400 mil millones de estrellas. Parecen cifras enormes, pero no lo son tanto si las comparamos con la inmensidad del Nou Camp e incluso con esos ciento no se cuantos años de heroico y progresista servicio de las izquierdas a los pobres desheredados de la tierra de España.

Perdonen esta última ironía mía que saca a colación a un famoso campo de fútbol, convertido en púlpito de propaganda separatista, y también al «patriotismo» perdido de los defensores de «más de cien años de honradez» que están a punto de traicionar su fundamental esencia. No quiero separatismos, ni comunismos, ni fascismos. Soy persona normal, que razona como la inmensa mayoría de españoles. Es increíble, pero es verdad que el PSOE sigue blanqueando a los separatistas enemigos de España, y los «genios» del PP se han lucido manchando y tirando porquería contra Vox.

Señores mandamases: nos están saliendo muy caros, y son incapaces de aprender.

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