Diario de León

La educación económica y financiera es imprescindible para entender el mundo

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León

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En el Día de la Educación Financiera quisiera compartir mis reflexiones con ustedes, hablarles sobre la complejidad de los cambios y retos a los que se está enfrentando el mundo, y del vértigo que sienten los ciudadanos al intentar comprender las implicaciones que estos desafíos les van a suponer.

La guerra de Rusia contra Ucrania poniendo en riesgo las democracias en Europa; la inflación convertida en un monstruo que es necesario combatir; los tipos de interés situados en máximos de las últimas décadas; la inteligencia artificial que se intuye como un avance y, al mismo tiempo, como una gran amenaza si camina sin control; el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos que provocan importantes daños económicos; o los delitos que se pueden «limpiar» sin consecuencias, son solo algunos ejemplos de la actualidad que se está viviendo en muchos países del mundo. Las sociedades sienten amenazada la convivencia y la paz, y temen que se pongan en grave peligro sus objetivos de bienestar social y económico.

Para comprender mejor los retos, desafíos y transformaciones que están afectando a millones de personas en el mundo, los conocimientos sobre economía son imprescindibles. Difícilmente se pueden tomar decisiones con implicaciones financieras si no se conoce el funcionamiento de la economía en su conjunto pues, como ciencia que es, nos habla de la gestión eficiente de los recursos escasos en el ámbito empresarial, político y personal y, las finanzas, de cómo se realizan los pagos y cobros en las transacciones, de cómo se financian nuevos proyectos, o qué hacer con el ahorro, entre otras muchas cosas.

¿Nos atreveríamos a pensar que la mejor solución a una inflamación de tobillo es cortar la pierna, sin saber el origen de la dolencia ni consultar a expertos cualificados que valoren otras soluciones? ¿Por qué entonces dejamos que se destruyan enormes cantidades de recursos, privados y públicos, y con ello el bienestar económico de muchas personas, generando pobreza donde se podría haber evitado, a causa de nuestra ignorancia económica, o porque nos dejamos llevar por emociones como la avaricia y el egoísmo?

Para recuperar la confianza en el futuro, lo primero es reconocer que el mundo siempre ha avanzado, por muy graves que hayan sido las situaciones vividas, tal y como nos demuestra la historia. El futuro de cada uno de nosotros en este desafiante mundo dependerá de la edad, de los conocimientos económicos y de otras materias, de la ideología que defendamos, de nuestra experiencia de vida y, sobre todo, de nuestra voluntad. Para mi, solo el esfuerzo, acompañado de valores como la responsabilidad, la honestidad y la transparencia, son y seguirán siendo el motor que guíe a las personas y a las sociedades. Con esfuerzo y valores, el futuro sólo puede ser exitoso y los desafíos, oportunidades de mejora.

Para que esas herramientas que menciono estén en la mochila de nuestros niños y jóvenes, los adultos deberíamos comprometernos, tanto en el ámbito familiar como en el educativo, a recuperar el sacrificio y el esfuerzo que requieren las cosas bien hechas, apostar por la enseñanza de los conceptos básicos de economía y ponerlos en práctica con ellos desde la infancia, fomentar su espíritu crítico para que sepan reflexionar sobre todo lo que les rodea y sacar sus propias conclusiones. Solo así combatiremos la erosión que está afectando a los pilares de nuestra sociedad a causa de la demagogia, y solo así evitaremos el adoctrinamiento interesado que tanto impregna nuestra sociedad en todos sus ámbitos.

Cada uno de nosotros somos responsables de hacer las cosas bien, luchando contra lo que destruye al ser humano, la convivencia y el progreso económico. 

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