¡Consumatum est!
Estamos viviendo en España acontecimientos que rememoran las etapas más negras de nuestra historia como fue el lamento de la generación del noventa por la pérdida de nuestra identidad y que culmina con aquella frase lapidaria de Miguel de Unamuno en una carta dirigida a un profesor universitario español residente en Buenos Aires: «Me ahogo, me ahogo, me ahogo en este albañal y me duele España en el cogollo del corazón»
Sí, nos ahogamos en este lodazal que nos está metiendo un traidor a la patria, como es Pedro Sánchez.
Nos ahogamos en esta subasta del Estado que ha puesto en marcha un psicópata que se llama Pedro Sánchez Castejón. Estamos en la sala de subastas de La Moncloa y allí acuden todos los traidores a la patria: los independentistas catalanes, Esquerra Republicana de Cataluña, Junts per Catalunyat, capitaneado por un prófugo, delincuente en el exilio de Waterloo, los filos etarras de Bildu y alguno más como puede ser el BNG gallego. A ver quien pide más y cuánto está dispuesto a dar al subastero de la Moncloa. Por supuesto, todo,
Nos jugamos el futuro de España. Se inicia la tragedia, ya sabemos cómo termina con la muerte de España, el perdón de los traidores y el triunfo del protagonista de la obra cuyo seudónimo es el Felón.
Señores diputados, del PNV, Esquerra Republicana de Cataluña, los señores de Puigdemont, los de Sumar y, algún otro que pretende que le toque el reintegro, ya han decidido todo. Pedro, presidente, por la gracia de unos dioses falsos que solo pretenden repartir la herencia y a ver a quien le toca el gordo. Te han coronado. Esa corona tendrá un precio. Ya sabes lo de aquel sátrapa africano, por nombre Bokassa, que gastó el presupuesto nacional para autocoronarse emperador. Tú, también gastarás parte del presupuesto nacional para satisfacer las orgías de los que te revistieron con el cetro.
El gran banquete ya está encargado y preparado por los mejores chefs con estrella Michelin. Les vas a invitar con los mejores mariscos e, incluso, puede ser que alguna de tus admiradoras tenga en la despensa algún lote de caviar que les haya regalado, el sátrapa, Putin. La mariscada, la habrá encargado la gallega de Fene. No faltarán: cigalas, de las gordas, percebes, de los grandes, langosta y almejas de la ría. Todo el marisco será regado con los mejores vinos albariños de las «terras galegas» y puede ser que la proveedora sea la brigantina, Yolanda Díaz, que los haya encargado a las mejores bodegas de Cambados, de Rubadumia u otras que dan a esa ría tan pródiga y variada, en riqueza, como es la de Arousa.
Ya está en marcha la ley de amnistía. Será una ley salvadora para los traidores ¿Cómo será? Bismark, cuando se aprobaban las leyes, decía: Son como las salchichas; es mejor no ver como se hacen.
Ya has perdonado a todos los golpistas, legalizando un golpe de estado. Ya has restituido todos los poderes de los traidores a la patria e, inclusive, el económico, si no han pagado, ya no deben nada y, si pagaron, hay que devolverles el injusto cobro.
Cuando la oposición la recurra ante el Tribunal Constitucional ya están sobre aviso. Cuando llegue el recurso lo tiran a la papelera. No en vano, has puesto a tus defensores para que administren tu justicia, la típica de los oligarcas, al estilo de Colombia o Nicaragua. O la de cualquier país africano. Porque, en eso de la justicia, cada vez estamos más cerca de la que se administra en las oligarquías latinoamericanas ya que, en el continente africano, ni existe.
Se antepone el honor, la justicia, el bien nacional, la patria, España, a los intereses de un personaje que no tiene más obsesión que permanecer en la Moncloa.
Ya sabemos que el protagonista de la obra no tiene escrúpulos. Tiene la cara de cemento y no pondrá obstáculo a ninguna de las reivindicaciones de los enemigos de España.
Hasta dónde llega la osadía, el desprecio, que se fotografía con los representantes de los asesinos de ochocientos españoles. ¡Qué ignominia a las víctimas! ¡Qué desprecio a la mayoría de los españoles! Cómo un idólatra, se inclina hacia los dioses falsos para recibir el cetro divino y recompensarles con el trofeo de perdonarles todos los delitos de rebelión contra la madre patria. Y, esas víctimas, que dejaron su sangre en el asfalto o el asiento de un coche, y esas familias ven como, un día sí y otro, también, un traidor rinde honores a los que regaron de sangre la patria.
Hasta dónde llega la desfachatez, la osadía que se reúne con un delincuente, en Waterloo, para conseguir sus votos. Son los diamantes de sangre, esos que extraen los niños y esclavos en África para satisfacer las pasiones y agradecer los servicios prestados de los oligarcas, políticos sin alma, sátrapas y traidores que desmantelaron y desmantelan naciones y dejan la patria como un solar, mientras, el pueblo deja su piel un día sí y otro también en las profundidades de esas minas tenebrosas del continente africano. Hoy, África es España.
No hay palabras para calificar a estos traidores. No hay adjetivos en el diccionario de la Lengua que califiquen a estos energúmenos. Como animales salvajes, se lanzan sobre la presa para liberarles de todas las penas que jueces «indignos» les impusieron, solo y exclusivamente por desgajar a una parte del territorio de la unidad patria.
Pedro Sánchez, se inclina para besar los pies de los enemigos de España, no importando que los mismos despidan un olor nauseabundo pues, al candidato a presidente, sus admiradores, admiradoras, plebeyos, validos y criados, bien pagados, a cuenta del padre estado, le proveen de toda clase de esencias para que no absorba los olores putrefactos que desprende el cadáver de la patria. Esa patria que unieron, en un destino universal, los Reyes Católicos y que unos desalmados la pretenden romper.
No hay palabras para calificar a la modelo de Zara, admiradora y lacaya del divino emperador, que quiere permanecer en la Moncloa. Sí, una tal Yolanda, que pregona amnistía para todos e, incluso, para los terroristas de los CDR que sembraron el terror en las manifestaciones de Barcelona y deja a las fuerzas de seguridad en un limbo y aquellos que recibieron a diestra y siniestra leña, como se dice vulgarmente, que peligró su vida, que hay algunos a los que se les causó importantes daños personales, que tuvieron que causar baja o bien, alejarse del cuerpo por un tiempo, a estos que querían imponer el orden, no les alcanza la amnistía. En el supuesto de que algunos pudieron ser encausados por «exceso» en el ejercicio de su deber como representante del orden.
Pedro Sánchez, comete felonía. Traiciona todos los principios patrios. Rompe con todo el sistema del 78. Se pasa por el arco de triunfo la justicia, la doctrina del Tribunal Supremo, todas las leyes y a aquellos que quebrantaron el orden constitucional. Los amnistiamos y sus pecados quedan perdonados por arte y magia de la mayor traición que puede cometer un Presidente, solo y exclusivamente por mantenerse en el poder y seguir volando en el Falcón y, como un gallo de pelea, airear su cresta por lo que queda de España y por Europa.
Hemos hablado, en otras ocasiones, de la personalidad de Pedro Sánchez. Hemos hablado de que es un sicópata. Todos los sicólogos lo han calificado como un ser engreído, un ser poseso de poder.
Está demostrado que este personaje no tiene conciencia de lo que es España, de lo que es una nación. España es él. El poder es él. La nación es él.
La gran tragedia es que el pueblo español está anestesiado. La gran tragedia que a muchos españoles les importa un comino España.
Los que votan socialista, sepan que están votando a un traidor. Están votando la ruptura de España y son antipatriotas y cometen felonía al igual que su jefe. Luego, hay muchos españoles que son corresponsables de esa traición. Sí, se ha consumado la traición a la patria.