25-N: Día Internacional para la eliminación de la Violencia contra las Mujeres
El patriarcado es un sistema global que restringe y amenaza derechos de las mujeres en todo el mundo, aunque con diferencias entre territorios. Por ello es necesario advertir que la lucha feminista es internacional. Desde la Plataforma Contra la Violencia Machista, de León, nos solidarizamos con todas las mujeres cuyos derechos y libertades se ven recortados por fenómenos sociales muy diversos, como la pobreza, la discriminación laboral, los integrismos religiosos, las violencias machistas en sus múltiples variantes, entre ellas la violencia institucional. Condenamos las guerras que golpean de modo diferencial a las mujeres convertidas habitualmente en arma de guerra, campo de tortura y violación por el hecho de ser mujeres.
El fenómeno atroz de violencia contra las mujeres no es una visión particular, ni una invención ideológica. Está presente en todo el mundo en formas múltiples y alcanza en mayor o menor medida a todas las mujeres. Organismos internacionales reconocidos como la OMS o la ONU han reiterado desde hace décadas que la violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual, quedando oculta en su mayor parte debido a la impunidad que disfrutan los agresores, además del silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las propias víctimas. Con sólo algunos datos podemos adivinar la dimensión colosal del problema a escala mundial: Un tercio de las mujeres y niñas ha sufrido violencia física y/o sexual a lo largo de su vida, y entre ellas sólo el 4% lo ha denunciado ante la policía o instituciones formales. Más de la mitad de las mujeres asesinadas lo fueron por sus parejas o familiares. Los mismos organismos antes citados subrayan que la violencia contra las mujeres hace imposible alcanzar objetivos de igualdad, desarrollo, paz y respeto de los derechos humanos en el mundo.
Nos posicionamos radicalmente en contra de quienes niegan la existencia de la violencia específica contra las mujeres y por ello denunciamos que el negacionismo y quienes lo consienten, refuerza a los agresores y desactiva la capacidad de respuesta no solo de las instituciones sino también de las propias mujeres.
El pasado 26 de octubre el Ministerio de Igualdad ha presentado el Informe de Evaluación del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género, pero sin incorporar la información relativa a las comunidades autónomas por la dificultad que supone la recogida de los datos. Constatamos la falta de transparencia y rendición de cuentas de los fondos del Pacto de Estado. Exigimos mayor diligencia en el cumplimento de este Pacto de Estado y del compromiso que tienen de todos los gobiernos, nacional, autonómicos y locales.
Resulta alarmante el repunte de feminicidios en España durante el último año, con 88 mujeres asesinadas, de las cuales 63 lo fueros a manos de sus parejas o exparejas. Así como, la creciente desprotección de las mujeres que habían interpuesto denuncia, un 44% de las asesinadas en 2022 había denunciado al agresor que acabó asesinándolas. Destacamos la alta impunidad de los delitos de violencia machista. Según la última memoria de la Fiscalía General del Estado siete de cada diez condenados a prisión por delitos graves de violencia machista en 2022 no cumplieron su pena.
Mostramos nuestra preocupación por el incremento de la violencia machista en sectores de población joven: La pornografía y la falta de coeducación en valores de igualdad están tras el aumento de agresiones sexuales, que según la Fiscalía, han aumentado un 116% en el último lustro.
Desde la Plataforma, alzamos la voz contra todas las formas de mercantilización de las mujeres: explotación reproductiva y la venta de óvulos, la prostitución, la pornografía, la hipersexualización de niñas y mujeres…
Consideramos la explotación reproductiva una flagrante violación de la integridad física y reproductiva de niñas y mujeres. España no puede seguir siendo un coladero de este tipo de prácticas que, aunque ilegales, se aprueban y consienten. Nos preocupa además el negocio de la venta de óvulos, que en ningún caso puede ser etiquetado como una «donación», ya que supone un riesgo para la salud de las mujeres implicadas. Condenamos estas prácticas que son posibles debido a la persistente discriminación que mantiene a millones de mujeres en la pobreza, trabajos precarios y salarios miserables. Se destaca la falta de intervención de la administración contra los grandes negocios criminales del patriarcado neoliberal.
La prostitución es una forma extrema de desigualdad; es explotación de las mujeres y representa la alianza de dos sistemas de dominación, el capitalismo y el patriarcado. No entendemos la negativa por parte del gobierno a abordar la lucha contra la prostitución y sus causas, así como su reiterada negación a reconocer que sin prostitución no hay trata. En el siglo XXI, abolir la prostitución es un deber público, porque es violencia simbólica contra todas las mujeres y violencia material contra aquellas que se encuentran en ese contexto. Esta institución milenaria patriarcal destroza miles de vidas de mujeres y niñas, por ello necesitamos y exigimos una ley nacional abolicionista del sistema prostitucional.
En este contexto, llamamos a la movilización masiva y unitaria para afrontar los grandes desafíos pendientes para erradicar la violencia machista. Cada 25 de Noviembre en todo el mundo se recuerda la gravedad de esta violencia y su impacto, rechazándola en todas sus expresiones y exigiendo el compromiso social y político más firme para su erradicación. Las causas de esta violencia son de sobra conocidas y acabar con ella solo será posible desde la unión de esfuerzos por parte de toda la sociedad y articulando medidas claras y estructurales desde la política.
Hoy «Se acabó» es un grito de resistencia y un compromiso. Tenemos que acabar con la tolerancia hacia cualquier tipo de abuso, discriminación y violencia hacia las mujeres.