Diario de León

Derroteros de la Educación y la Cultura

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El Informe Pisa evalúa el rendimiento de los estudiantes de 15 años. Cada tres años, la OCDE organiza un gran revuelo en España cuando hace públicos los resultados del Informe Pisa, el estudio de educación más importante del mundo, que evalúa y compara los sistemas educativos de planeta. España ha obtenido sus peores resultados, en el Informe Pisa, desde que la prueba educativa empezó a publicarse en el año 2000. Parece ser que la media Europea ha descendido en conceptos, tales como en, matemáticas, comprensión lectora etc. Nos consolamos que Europa está peor que el anterior informe. España ocupa el puesto diecinueve.

No hay duda de que el sistema educativo actual hace agua por todas partes y no permite progresar hacia una mejora de la calidad educativa, como ponen en evidencia los pobres resultados obtenidos por los alumnos españoles año tras año en las pruebas de evaluación internacionales como Pisa. Ante estos resultados, muchos buscan vías de escape para justificar los malos resultados achacando a la poca preparación del profesorado, a la baja formación de los padres o incluso al aumento de la inmigración. A pesar de que se intenten buscar excusas y se evite la autocrítica lo cierto es que los malos resultados son consecuencia directa del sistema educativo que diferentes gobiernos han puesto en marcha.

Decir que todos los alumnos son iguales y que hay que disminuir el nivel para que los alumnos menos inteligentes o los que provienen de familias con poco ambiente intelectual puedan seguir el ritmo de los alumnos que provienen de familias con estudios universitarios es un error que nos ha traído, entre otras cosas, estos pésimos resultados educativos. Si para lograr la «igualdad» se baja el nivel, sólo conseguiremos perder el tiempo y formar ciudadanos poco preparados. Tratar de igualar a todos los alumnos, haciendo que los más trabajadores e inteligentes no den de sí todo lo que pueden, es cometer con ellos una gran injusticia y no beneficia a nadie.

Desde 1980 se han puesto en marcha ocho leyes de Educación que, entre otros objetivos pretendía afrontar el fracaso escolar en España e ir disminuyendo las estadísticas. Lo que importa son las estadísticas. Con eso ya solucionamos el problema educativo en España. Rebajar el fracaso escolar no importando los conocimientos. ¿Saben todos los españoles, incluyendo a los que no son españoles, como los catalanes, que por cierto obtiene los peores resultados, como se solucionar el fracaso escolar? Que los estudiantes, sobre todo de la ESO y Bachillerato, pasen de curso no importando resultados ni conocimientos. Es decir, los que no han pisado las aulas durante el curso, antes se llamaba hacer novillos; los que de diez materias suspenden todo o algo similar, los pasamos. La norma del Ministerio de Educación no es conocimientos, sino que no pueden repetir, ya que se estresan los vagos y los pasamos al curso siguientes y así sucesivamente.

Por tanto, lo que importa es rebajar las estadísticas no lo que saben los estudiantes. Hablo con conocimientos de causa. No hablo de memoria.

Manifiesto, por adelantado, mi admiración, entrega, sacrificio e incomprensión para el colectivo de docentes. Creo que en ninguna etapa de la historia están sufriendo las consecuencias de las Leyes Educativas como ahora. Los cambios de planes de estudios están retorciendo todo el sistema educativo y, por tanto, la docencia, el proceso metodológico y los resultados que se deberían obtener. Repito, admiración por el docente y compresión.

En ninguna etapa de la historia el docente ha sido cuestionado como ahora. El docente no es respetado. Al docente se le insulta. Al docente se le ataca y se le agrede. El docente no es comprendido ni por las familias, ni por los alumnos y, por supuesto, por la administración educativa. Hasta tal punto, que en las leyes educativas los derechos son de los alumnos y no se hacía referencia a los derechos de los profesores.

Volvamos al conocimiento del estudiante. ¿Qué cultura se les está transmitiendo? ¿Qué saben hoy los alumnos y qué materias se les simparte?

No corren buenos tiempos para la cultura. No es muy ejemplarizante la que muestran nuestros ministros, ministras, exministras, cultas y doctísimas en eso que llaman lenguaje inclusivo, es decir, el lenguaje de los esperpentos y de los ignorantes. Ahora, inventamos un femenino a quien nunca lo tendría. Desde aquel rebuzno de Bibiana Aído, ministra de Igualdad con José Luis Rodríguez Zapatero, que fue la primera que aportó a la lengua el femenino de miembro, diciendo que era miembra. Le siguen otras ministras que han empequeñecido a Bibiana y desenfundan un nuevo diccionario.

Surge un nuevo idioma que no tiene idiomo. No se pierdan a la ministra de Trabajo o la exministra de Igualdad con expresiones tales como: nuestras débilas o débilos o portavoza. Otras pifias como hijo, hija e hije, ellos, ellas y elles, solos, solas o soles, todas y todes o ano y ana y la mano o la mana. Y más, a la hembra del jaguar sería jaguara. Como tampoco sería correcto decir, es de día y digamos, dío o rana por rano ect. Este es un signo ejemplarizante del feminismo de las más feministas de las mujeres más igualitarias que ha parido todos los imperios, hasta nuestros días.

Preguntamos a los estudiantes por qué se caracterizó el Siglo de Oro y la respuesta: que había mucho oro. Representantes de la generación del 98. Respuesta: no sé, era muy pequeño o diga algún representante de la Generación del 27. Respuesta: profesor, no se habrá equivocado el 27 no ha llegado. Sí, es una parodia real.

Hace unos años, la cultura era el manifiesto exponencial de los españoles. Todos los españoles no solo sabían las cuatro reglas, tenían unos conocimientos generales de cultura: geografía, Historia, correcta caligrafía y hasta buena ortografía.

¿Qué tenemos de cultura? ¿Qué saben los estudiantes hoy? ¿Le importa la cultura? ¿Leen algún libro? No. Los únicos útiles que tienen los estudiantes en sus manos, el teléfono y el ordenador y, a través de ellos, podrán informarse de lo que ha ocurrido a lo largo de la historia. Michel Desmurger ha escrito una obra que titula y lo dice todo sobre el uso innecesario de las nuevas tecnologías: ¡Hazlos leer! Para acabar con el imbécil digital. El ministro francés de Educación, por cierto, Francia también obtiene pésimos resultados en el informe Pisa, es defensor del libro y de la educación clásica como pilares de la transmisión de conocimiento. Que, de ningún modo, se puede sustituir con: móviles, ordenadores y tables. Es un enemigo de la aplicación de las tecnologías que han desviado la atención del estudiante, causa, entre otras, del bajo rendimiento de los estudiantes en el aula.

Las leyes educativas, la ultima la Lomloe, no se han elaborado pensando en la competitividad ni en la cultura ni en la formación humanística. Se ha pensado en lo que llamaríamos igualdad. Todos iguales. Todos con unos estudios.

Mejoremos, repito, las estadísticas y que todos los jóvenes españoles tengan, unos estudios o un título. Por desgracia, medir a todos iguales es un principio comunista. No, en vano, La Lomloe tiene mucho de marxista ya que intervinieron, en su elaboración, los comunistas de Podemos. Ya sabemos las pretensiones y cómo funciona el comunismo. El saber, la competitividad, la buena educación es un privilegio del capitalismo y hay que cortar, de raíz, la desigualdad. Bueno, la de los demás no la de ellos.

La Ley de ordenación de la Enseñanza Media impulsada por el Ministro Joaquín Ruiz Jiménez en el año 1953 estableció un sistema educativo que requería una prueba para acceder a las enseñanzas medias. Un bachillerato elemental de cuatro años. Una reválida para acceder al bachillerato superior. Una reválida para obtener el título de bachiller y un curso de preparación para la universidad, PREU, que había que superar. Si hoy a los alumnos de Primaria. Secundaria, Bachillerato se les exigiera estas pruebas ¿Cuántos obtendría el título? ¿Cuántos irían a la Universidad? Presumo que a la Universidad un mínimo. Las Universidades estarían vacías.

Ya sé que me dirán que estoy desfasado que no estoy con los tiempos. Qué hoy lo que importa es una preparación tecnológica. Una preparación mecánica. Saber hacer proyectos y poca más Y ¿La cultura? Hoy, la cultura no importa. Hoy, no hay un esfuerzo por aprender. Hoy, no hay una competitividad. Ya sabemos que hay alumnos brillantes, por supuesto. Pero, tendríamos que cultivar más nuestros conocimientos. Solo tenemos que escuchar las conversaciones de nuestros jóvenes y menos jóvenes. El taco , las expresiones soeces, son las palabras sustitutas de la cultura. Hay un principio que se decía: el saber no ocupa lugar. Pero hoy, el saber lo ocupa la ignorancia. La técnica es necesaria, pero, no podemos acceder al conocimiento a través de los medios tecnológicos, estos deben apoyarse en una vasta cultura.

Debemos perseguir la cultura, porque el conocimiento nos hará libres.

Si seguimos así, las generaciones habrán perdido lo que integra al hombre en la sociedad que es la cultura. Lo demás, serán derroteros, o cualquiera otra cosa, menos educación y cultura.

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