Ganar terreno
Por naturaleza, siempre queda o una base o unos puntos de luz para el optimismo, frente a todos los acontecimientos interconectados globalmente que nos acechan. Por ello, la mayoría de la población ucraniana desea estar cada vez más cerca de Europa y de Occidente. Y por lo mismo, israelitas y palestinos tendrán que encontrar la mejor manera de vivir sus propias vidas bajo sus propios acuerdos y sentimientos de paz. Dándole a Gaza un futuro político y económico en el marco del reconocimiento de dos estados unidos por la concordia.
Por supuesto que el camino que queda por recorrer en situaciones como las anteriores es bastante intrincado. Pero este tipo de geopolíticas de enfrentamiento, en un escenario global cada vez más sensible con los valores humanos alcanzados, acaban por sucumbir más temprano que tarde. Con este horizonte, Zelensky acabará obteniendo los paquetes de ayuda que necesita. Uno, tras el acuerdo a alcanzar sobre políticas de inmigración en USA, para que los republicanos no se opongan a esa ayuda. Otro, tras superarse en la UE, en este año que comienza, el obstruccionismo de Viktor Orban (Hungría).
A las políticas de inmigración, como también al proceso de descarbonización les cuesta alcanzar esa velocidad de crucero constante y uniforme. Más de 43.000 inmigrantes y refugiados desembarcaron en nuestras costas durante los 10 primeros meses de 2023. No todos permanecen en España. Y sí que nuestra población crece en parte por este flujo. Los que se quedan se integran, interactúan socialmente con nosotros, y tienen hijos. Sin que hayamos desarrollado una retórica antimigratoria o de invasión. Ya que nuestras preocupaciones están más por nuestros políticos, la economía y la salud. Incluso a Vox le preocupan mucho más los separatistas catalanes e independentistas vascos. Sin embargo, nos faltaba ese acuerdo de los 27, acabando el año y la presidencia española, para hacer frente desde la UE a las mafias, al control de fronteras y solidariamente a la distribución de quienes entran.
Pacto de Migraciones y Asilo, compuesto de cinco reglamentos, con la estrategia de entrar en vigor antes de las próximas elecciones europeas. Sin duda es un avance, y más aún si contemplamos a las 198 naciones del COP28, reunidas en Dubái, acabando el año frente a la urgencia climática, y acordando solo y con dificultad el inicio de la salida de energías fósiles. Señalando el 2050 con cero emisiones netas y el 2030 para triplicar la capacidad global de energías renovables. Pero sin definir a qué ritmo, y sin una agenda precisa. Y dejando estos pasos para el COP29, a final de 2024 en Azerbaiyán.
Necesitamos ganar terreno para nuestra salud y la de nuestro planeta. Y más espacios sin humos. No solo del procedente de los vehículos, sino también del tabaco y vapedores. El plan integral antitabaco 2021-2025, abandonado entre papeles al poco de iniciarse, se despierta desorientado para este nuevo año. Pero bienvenidos sean los «espacios sin humo», los necesitamos. Avanzar en ellos supone sensibilizarse con la mayoría, los no fumadores y no dependientes del humo.