Diario de León

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«Pacto encapuchado»; así bautizó Alberto Núñez Feijóo los acuerdos alcanzados entre Pedro Sánchez y los filoetarras de EH Bildu antes de que los mismos empezaran a conocerse. Ambas partes habían convenido mantenerlos ocultos, hasta que el primero de los pagos —entregar la alcaldía de Pamplona a los bilduetarras— se materializó, como lo tenían pactado, antes de finalizar diciembre de 2023. Fue el día 13 cuando se descubrió el primer acuerdo de la alianza que el sanchismo había sellado con el brazo político de los terroristas. Era el regreso al ‘secuestro’, aunque ahora el secuestrado por los filoterroristas con la complicidad de los sanchistas era el Ayuntamiento de la capital de Navarra. Entregar la alcaldía de la ciudad de Pamplona a los batasunos había sido una decisión estratégica del caudillo como contraprestación al apoyo parlamentario de aquellos a la investidura corrupta del maniquí, lo que le permitiría seguir ocupando la presidencia del Gobierno de España. Con la referida entrega a los proetarras «hay que reformular el viejo dicho de Arzalluz para que quede así: Bildu golpeó el árbol (del PSOE) y Bildu (gracias al PSOE) recoge las nueces» (J.A. Montano). «La entrega de la Alcaldía de Pamplona a Bildu por parte del PSOE significa para los abertzales no su victoria, sino la victoria de ETA sobre la sociedad española en conjunto» ( abc.es ).

La Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo de ETA (Anvite), a través de un comunicado de prensa, calificaba de «indignante» el apoyo del partido socialista navarro a la moción de censura que abría las puertas de la alcaldía de Pamplona a EH Bildu; llamaba «amorales y desleales» a Pedro Sánchez y María Chivite, a los que, a su vez, acusaba de ser «unos mentirosos, unos traidores, indignos y cobardes»; consideraba que «Bildu no ha cambiado… Siguen con su afán intacto de anexión de Navarra a su soñada Euskal Herria, siguen queriendo dinamitar la transición y acabar con la España constitucional, siguen llamando presos políticos a los asesinos… y quieren impunidad para ellos»; y denunciaba que el PSOE y el PSN (Partido Socialista de Navarra) «han traicionado de modo irreversible la memoria y el respeto a las víctimas de ETA, porque pudiendo elegir, han elegido a los verdugos como socios en vez de a las víctimas y a quienes las defienden».

Por su parte, Javier Esparza manifestaba que «el PSOE saca de la Alcaldía de Pamplona a los demócratas para poner a los terroristas de EH Bildu… En sus listas para las elecciones municipales llevaron a terroristas de ETA, hacen homenajes a los asesinos cuando salen de la cárcel y están liderados por el señor Otegi o por David Pla, el último jefe de ETA… Con estos, el PSOE está llegando a acuerdos, y ya llegar a darles la alcaldía de Pamplona, la alcaldía de la capital de Navarra a esta formación política me parece una ignominia absoluta… El pacto entre PSOE y Bildu debe ser tan miserable e indigno que ni siquiera se puede contar».

El ‘pacto encapuchado’ había sido anunciado el 22 de mayo por Carlos García Adanero, candidato del PP a la alcaldía de Pamplona, cuando en esradio advirtió «que a nadie le quepa ninguna duda que el pacto del PSOE y Bildu está hecho. Eso va a pasar». Sin embargo, Elma Saiz, candidata del PSN a dicha alcaldía, el 30 de mayo respondía, al ser preguntada por los pactos con Bildu, que «los socialistas no vamos a hacer alcalde a Joseba Asirón. No, rotundamente no». Una opinión como la expresada, años antes, por Carmen Calvo cuando, siendo vicepresidenta del Gobierno, declaró que «no vamos a apoyar a Bildu. Para nosotros eso son líneas rojas y los socialistas, con nuestros defectos y virtudes, somos muy de fiar. Todo el mundo sabe a qué se pueden atener con nosotros, cuales son las líneas que no pasamos». ¡Muy de fiar! Ver para ceer.

Joseba Asirón es el alcalde de Pamplona por orden de Pedro Sánchez y Arnaldo Otegi. «El pacto del PSOE con Bildu es un paso más en la degeneración moral del PSOE de Pedro Sánchez… El PSOE se ha convertido en un peligro para la democracia. En un partido antidemocrático. En la expresión del peor populismo. En una maquinaria de corrupción política» (V. Gil). «Ni la acción criminal durante décadas por parte de ETA ni que EH Bildu siga sin condenar el terrorismo ni que decidiera incluir en sus listas electorales de las últimas elecciones municipales a 44 condenados por pertenencia y colaboración con la banda han impedido que el PSOE haya perpetrado esta nueva traición a la sociedad española. El PSOE prefiere a los proetarras que a la derecha democrática… Durante años, Sánchez repitió que ‘con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo cinco o veinte veces’, de la misma forma que prometió ‘no hacer descansar la gobernabilidad de España sobre los partidos independentistas’, no indultar a los responsables del procés o no amnistiarlos después» (G. Maneiro). «Es la España del sanchismo donde cabe cualquier comportamiento miserable, porque será apoyado por su poderoso aparato mediático y los dirigentes socialistas. Le aplauden con una fe ciega… Necesitan cobrar un sueldo público» (F. Marhuenda).

¿Qué otros acuerdos esconde el ‘pacto encapuchado’? ¿Cuántas son las letras a pagar? ¿Cuáles los próximos compromisos a cumplir? ¿Hasta dónde está dispuesto a someterse Pedro Sánchez? ¿Para cuándo la foto con Otegi? «Esto puede acabar siendo el germen de algo mucho más profundo» (G. Sanz). «Primero Pamplona y después Navarra. Y luego, la amnistía para los matarifes, los del tiro en la nuca, la bomba-lapa, todos a la calle, asesinos de niños, de ancianos, de algún diputado socialista y de otros mil españoles. Y recibirán distinciones, cargos, homenajes, pensiones, gabelas varias. ¿Y las víctimas? Al pudridero» (J.A. Vara).

El problema de flirtear con los terroristas es que acabas pensando como ellos.

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