Diario de León

TRIBUNA

Luis-Ángel Alonso Saravia licenciado en psicología

Tele-CIS

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T ele-CIS, dícese de los medios públicos que, sufragados con impuestos de todos los españoles, trabajan al servicio particular de Pedro Sánchez. Tanto las unas —las teles— como el otro —el CIS—, con su forma de proceder, actúan de manera grosera y sectaria en favor de los intereses personales del Doctor Fraude despreciando los intereses generales de los españoles. «Ningún Gobierno ha tenido un entorno mediático tan favorable como el de Sánchez» (A. Caño).

El 13 de febrero de 2019, ¡hace cinco años!, indicábamos en esta misma tribuna en un artículo titulado Involución democrática , que ejemplos de dicha involución eran la utilización de dos influyentes instrumentos puestos al servicio de la propaganda de Su Sanchidad: RTVE, en donde se manipula la información, y el CIS, con el que se vician las encuestas interesadamente para condicionar y teledirigir la intención del voto de los electores. Observamos cómo a lo largo de estos cinco años se ha venido confirmando lo escrito entonces.

El uso y abuso partidista y también personalista por parte de Sánchez del CIS y de las televisiones amigas —de manera singular RTVE «con los aromas a incienso que ya conocemos» (F. Madero)— no es nuevo ni reciente ni ha surgido de repente. No. El uso y abuso partidista y personalista de RTVE, otras televisiones amigas y del CIS por parte de Sánchez es una situación anómala que se viene produciendo desde la ocupación de La Moncloa por el maniquí. Si su primera decisión al tocar el cielo monclovita consistió en cambiar el colchón, la segunda fue asaltar RTVE, mientras que la tercera residió en monopolizar el CIS. Su pretensión no era otra que la de apropiarse de instituciones que pudiera utilizar en su favor y la de su causa: mantenerse en el poder.

En RTVE, Sánchez nombró como administradora provisional única, al servicio de Su Persona, a la periodista Rosa María Mateo, cuya designación se hacía con carácter transitorio hasta que se resolviera el concurso público puesto en marcha para elegir un nuevo consejo de administración. Tres meses se convertirían en tres años y su gestión sería criticada tanto dentro como fuera de la propia Corporación. Para mayor vergüenza, el decreto ley con el que se efectuó el nombramiento de la señora Mateo sería declarado inconstitucional, lo que provocaría su salida de la presidencia del ente público, siendo relevada por José Manuel Pérez Tornero, que tampoco gustó y a quien se le invitó a dimitir. El sanchismo, que no le consideró suficientemente progubernamental, forzó su dimisión a través de los consejeros nombrados por el PSOE y Podemos. «No le han echado por mal gestor, sino por no ser lo suficientemente dócil con el Gobierno y duro con el PP» dijo Ana Martín; mientras que según Álvaro Nieto «estaba ahí ocupando una de las plazas del PSOE. Pero el problema de Tornero es que era poco sanchista. Porque Sánchez no quiere afines, quiere lacayos».

Para sustituir a Tornero, la Sepi, previa reunión del consejo, solicitó modificar los estatutos de RTVE a fin de nombrar presidenta a Elena Sánchez con plenos poderes ejecutivos para «poner las cosas en su sitio, en el de la izquierda caviar» (J. Somalo). «El Consejo de Ministros hizo su parte y cambió el texto de la noche a la mañana» (R. Arranz). Con el asalto al ente público se quiso reforzar el control político de RTVE y beneficiar económicamente a productoras privadas afines al sanchismo con contratos de producción externa. «Hace tiempo que RTVE no cumple sus funciones de imparcialidad y objetividad» (F. Carrillo).

Respecto al CIS, Pedro Sánchez colocó en la presidencia a José Félix Tezanos, experto en métodos nazis de comunicación desarrollados por Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda de Hitler. Durante estos años se ha encargado de convertir el CIS en el Centro de Intoxicaciones Socialistas y en organismo al servicio del amo en perjuicio de la técnica demoscopia. Con Tezanos, las encuestas sirven para movilizar especialmente al votante de izquierdas, crear interesados estados de opinión, dirigir tendenciosamente la intención del voto, establecer comportamientos previamente planificados y presentar falsamente resultados demoscópicos acordes a las previsiones estratégicas del sanchismo. Tezanos utiliza las encuestas como baza electoral del figurín y de la secta, convirtiéndolas en un arma perniciosa contra la verdad, como mentir sobre los problemas que más preocupan a los españoles. Elige muestras sesgadas, plantea preguntas con respuestas implícitas, presenta valoraciones y escenarios contradictorios y acomoda sus vaticinios a los intereses de la causa del figurín, no importándole errar en la asignación del número de escaños. «Una sociedad sana y no medularmente corrupta rechazaría que instituciones como el CIS las llevara un delincuente de la manipulación como José Félix Tezanos, veterano en el oficio; yo sé de él desde que daba lengüetadas de satisfacción ante Alfonso Guerra» (G. Morán).

El CIS de un anciano Tezanos —«viejo apparatchik del PSOE» (L. Ventoso)— no solo manipula la información electoral para favorecer a Pedro Sánchez. Lo hace con la medición de audiencias de medios de comunicación y en otros campos demoscópicos. Del CIS puede decirse que «es el símbolo del sanchismo entendido como una invasión de las instituciones al servicio del poder político» (I. Camacho).

RTVE y el CIS «han dejado de ser instituciones imparciales para transformarse en altavoces de falacias indignas, tan fáciles de desmontar como difíciles de combatir, por su insistencia y la resistencia del ciudadano a hacer el esfuerzo mínimo necesario para conocer qué hay de cierto y qué de falso en cada falacia sanchista» (A.R. Naranjo).

Elige muestras sesgadas, plantea preguntas con respuestas implícitas, presenta valoraciones y escenarios contradictorios y acomoda sus vaticinios a los intereses de la causa del figurín, no importándole errar en la asignación del número de escaños
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