Diario de León

TRIBUNA

JOSÉ MARÍA PRIETO SERRA ESCRITOR

Los Goya y su gala

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L a gente está lógicamente extrañada y absolutamente cabreada. Cosas como las que vamos a comentar hoy, pueden ocurrir en cualquier lugar. Nos ha tocado a nosotros, pues hay que sentirlo, pero después hay que gestionarlo de la mejor forma posible atendiendo, de verdad a lo que ocurre alrededor.

Se ha celebrado la 38.ª Gala de los premios Goya del cine español. Ha tenido lugar en Valladolid, ciudad que tiene mucha afición por el cine y mucho prestigio entre los cineastas. Bien, como gala propiamente dicha, podemos calificarla de una gala más con las cosas más o menos organizadas. Excesivamente larga, más de tres horas de duración, sin contar la previa a la gala, Una barbaridad de tiempo. El desfile de modelos, eso parece, de las personas que acuden al auditorio. Podría ser calificada como una exhibición de a ver quién llama más la atención con el diseño de su vestimenta. Un poco locura.

Este año, y hablando en concreto del cine español, la película premiada lo ha sido de forma importante consiguiendo 12 cabezones, como se le llama cariñosamente al trofeo, busto de Goya.

La sociedad de la nieve ha sido la gran vencedora, parece, ojalá se cumpla, que será una película muy admirada a nivel internacional. Ya era hora de hacer algo internacionalmente atractivo y aceptado más allá de nuestras fronteras. Bienvenida sea La sociedad de la nieve si es una llamada de atención al mundo de lo que se hace en España en el cine.

Pero detrás de los premios, los agradecimientos, los recuerdos y todo eso, también hay algo en lo que no actuamos bien, siempre bajo mi punto de vista y dicho con toda la humildad del mundo.

En esa Gala tan estupenda y de la que tantos comentarios nacen, ¿absolutamente nadie se acuerda de que 24 horas antes de la gala, unos narcos, habían asesinado a dos guardias civiles que estaban cumpliendo su trabajo de perseguir y detener a esa banda de salvajes que trafican con drogas, en esta ocasión en Barbate? ¿Nadie ha sido capaz de mencionar un recuerdo a esos servidores de la patria que persiguen el mal? Permítanme decir que no se entiende muy bien.

¿Y qué ocurre con el movimiento de los trabajadores del campo? ¿No es eso importante para nuestro país? Pues ni una sola palabra durante la Gala. Parece mentira, pero así fue. ¿Qué pueden pensar esos colectivos, los agricultores y los componentes de la Guardia Civil que se les ha ignorado en un acto como es la gala de los Goya? Vamos mal. Eso no se hace así. Y ya sé que nadie es culpable. Cuando de colgarse una medalla se trata, todo el mundo se apunta, cuando hay que buscar un responsable de una mala acción, la gente huye como cobardes. Nos falta mucho que aprender, se quiera o no.

Y mientras tanto vimos algunas pegatinas sobre algunos cuerpos de los presentes, recordando la guerra en Gaza. Es decir, Gaza sí, pero agricultores y guardias civiles asesinados, esos no. No cambiaremos nunca. Nos falta mucho por aprender.

También, como no, se vivieron momentos emocionales durante la Gala.

Se entregó un Goya a la actriz norteamericana Sigourney Weaver, quién tuvo una intervención de agradecimiento impecable. Los grandes siempre son sencillos y entrañables y esta mujer es una grande sin duda alguna. Habló muy bien de nuestro país y mostró su orgullo de ser actriz.

También y durante la enorme lista de gentes relacionadas con el mundo del cine que nos han dejado este año, esas despedidas se hicieron sobre una interpretación de la canción Procuro olvidarte que fue interpretada magistralmente por Salvador Sobral y Sílvia Pérez Cruz.

Dimos un poco la nota, en voz de Almodovar. Dijo nuestro afamado director que, se extrañaba de las quejas sobre las subvenciones exageradas que recibe el cine español. Argumentó el director manchego que todo lo que recibe el cine en subvenciones, lo devuelve a Hacienda cuando las películas se estrenan. El piensa así y lo dice. Nosotros no pensamos así, y lo decimos.

Ya sabemos que la próxima Gala de los premios Goya se celebrará en Granada. Suerte. The End.

Ya era hora de hacer algo internacional- mente atractivo y aceptado más allá de nuestras fronteras
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