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Las Cortes de Castilla y León acogieron ayer un debate que probablemente está abierto en la sociedad y sobre el que las instituciones y los partidos tendrían que trabajar con mayor ahínco y rigor. La Agenda 2030 surgió en el seno de Europa como una herramienta para avanzar en la necesaria transformación hacia una sociedad más respetuosa con el medio ambiente. Pero, como se pone de manifiesto ahora en las calles con la revuelta del campo, incluye demasiados excesos. Fue guiada por posicionamientos del ‘buenismo’ que no se atreve a plantar cara a las modas trazadas desde los excesos. Ayer, así se puso de manifiesto con el rechazo a una moción del PSOE CyL para exigir a la Junta que cumpla todos los objetivos de desarrollo sostenible. Por contra, el Parlamento mostró su apoyo al campo y denunció la manipulación política del «ecologismo radical» que criminaliza a ese sector.