Diario de León

TRIBUNA

José María Prieto Serra Escritor

El rostro impenetrable

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Q ué gran película aquella con este título hecha hace ya muchos años. También en el cine se reconocen grandes obras que, por comparación de épocas, hoy en día se echan de menos. De acuerdo que las cosas han cambiado pero lo bueno, siempre fue bueno y lo malo… pues eso.

Es una definición que, a muchos lectores, a muchos ciudadanos, entre los que me encuentro, nos llama la atención. Si habláramos de publicidad diríamos que es una frase que tiene impacto, que llama la atención, «rostro impenetrable».

El tema es que ahora no hablamos de publicidad. Les quiero hablar de ese personaje gris, pero gris oscuro, hierático, serio, que parece que está reñido con el mundo y que se llama Miriam Nogueras, por lo que vemos, mano derecha del prófugo Puigdemont. Es, para mí, sin ninguna duda, un rostro impenetrable. Hay que aceptar que ella pone mucho de su parte para que eso sea lo que transmite. Pero el hecho está ahí.

A un político, a una política, se les supone cierta cercanía, cierta empatía con sus conciudadanos a los que quiere persuadir de sus ideas y programas. Esta señora no tiene nada de eso, como si en vez de colonia pusiese en su cuerpo algo que huela mal, que rechace al que pretenda acercarse. Y, además, se pasa tres pueblos con su obsesión, hablando catalán todo el puto día. Pero hombre lo bueno en casi en todo en la vida son los términos medios. Ni lo mejor, ni lo peor, la cosa media. Pero la señora Nogueras, no entra por ahí. Ella quiere lo suyo y solo lo suyo. Vaya carácter.

Y si esta señora sale al extranjero y cae enferma, Dios no lo quiera, ¿cómo explicará al médico sus dolencias; también en catalán? Y nosotros nos lo creemos claro…

Se ha debido pensar la señora que el resto de los españoles, ella también lo es, quiera o no quiera, somos o tontos o imbéciles. Ella no, nosotros.

Bien, pues ya que se dedica a la política y quiere cuantos más adeptos mejor a su partido, por qué no cambia la cara o el gesto de su cara, deja ser impenetrable, sonríe un poco más y al menos dice buenos días en español, cuando saluda a los periodistas en el Congreso. Es demasiado para ella, ¿verdad? Lo suponía.

La sabiduría china, que es gran prestigio, siempre defendió que una persona que trabaja cara al público, ellos dicen tener abierta una tienda al público, debe mostrar siempre una sonrisa, aunque sean catalanes, esto lo añado yo, claro. O sea, lo que hace de continuo la tal Miriam Nogueras. Y es que lo llevamos en los genes. De vez en cuando surge algo o alguien que quiere dar la vuelta a todo y apoderarse él o ella del centro del espectáculo.

Esta mujer sin que tenga categoría científica lo que voy a decir ahora, seguro que mucho de verdad tiene. Es, Miriam Nogueras, con toda probabilidad el rostro más impenetrable del Congreso con mucha diferencia. Otra cosa es que a ella le guste ser así en cuyo caso estamos perdidos pues eso significaría que no lo quiere abandonar nunca.

No nos vendría nada mal un poquito de reflexión sobre nuestro comportamiento con los demás. Como siempre defiendo, la maldita velocidad con que suceden los acontecimientos nos impide tener esa calma que sería tan beneficiosa para todos.

En todo caso, una cosa es que pensemos que lo nuestro es mejor y otra que la forma de comunicarlo sea triste, enfadada, amenazante y en ocasiones casi despectiva. Evidentemente, ese no es el camino, pero como se trata de políticos y ellos siempre tienen razón, pues poco más hay que hablar.

De todas. Formas, visto lo visto, si me encontrara una mañana en el Congreso con la señara Nogueras, la saludaría diciendo buenos días, a riesgo de que ella me contestara,

Buenos días, ¿por qué? Y además en catalán…

Se ha debido pensar la señora que el resto de los españoles, ella también lo es, quiera o no quiera, somos o tontos o imbéciles. Ella no, nosotros
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