TRIBUNA
Irritados contra indignados
L a derecha padece un síndrome crónico de irritación intestinal: 40 años de dictadura severa, 400 años de monarquía clerical la han llevado a la UVI. Tuvieron su oportunidad con los ocho años de gobierno del don Jumento, el señor Aznar, es decir asnar, que enderezó la economía pero se subió al guindo y cayó al albañal cuando sacó la bandera a tremolar en las Azores y le dieron un baño, por embustero, el 11-M,
Volvió a tener otra ocasión con don Chapapote, el señor Brey, el que leía el Marca en el excusado del Ministerio del Interior mientras se hundía el Prestige cerca de La Coruña. porque no había otro para salir del atolladero del esperpento buenista del señor Zapatustra. Pero a los diez días de estar en Moncloa le sacaron los papeles de la corrupción y desde entonces fue rehén cautivo en la celda infame de su propia porquería con las manos atadas y el bolsillo apestando y la cara colorá por la Kitchen.
Y ese cautiverio fue el fermento en el que creció la indignación de los indignados y la irritación de los que se segregaron del tronco común de la derecha, los seguidores de don Carrascal, el señor Abascal.
Ahora, bajo el imperium del Doctor Cum Fraude estos irredentos de la derecha, se hacen los patriotas y se autoproclaman los defensores del Estado de Derecho, desesperados por su incapacidad de llegar a Moncloa. Acribillan a sus rivales de la otra orilla con toda clase de denuestos y esgrimen la amenaza de la desintegración del Reino y el arruinamiento de la economía. Lo cierto es que el número de simpatizantes con el separatismo es el menor de los últimos diez años, y el aumento del PIB del Reino de España el mayor de la Unión en los últimos dos.
La moraleja de esta historia es que todo es pasteleo y postureo, postizo y simulacro. Porque sus electores deberían preguntarse, si hay tanto peligro para el Reino, ¿por qué no olvidan sus diferencias un ratín, hacen un pacto en secreto y se juntan para asaltar la Moncloa con unas mismas siglas? La Ceda ya lo hizo durante la desdichada 2º República. La mediocridad de sus líderes es tan patética que invita a quedarse con la papeleta en casa, La mansedumbre de sus militantes tan ovina que invita mandarlos al «prao». Vociferan irritados cada mañana sus pregoneros contra los okupas de Moncloa pero en lugar de menear los despachos del Ibex y de Bruselas donde se esconde el dinero y el bastón se limitar a llenar de banderitas la plaza de Colón.