Diario de León

TRIBUNA

Andrés Mures Quintana
Licenciado en Ciencias Políticas y en Sociología. Diplomado y experto en Relaciones Internacionales

Gila en La Moncloa: el show permanente

Creado:

Actualizado:

A poco de comenzar el presidente del Gobierno su retiro espiritual de varios días (última semana del pasado mes de abril) el líder de la oposición, Núñez Feijóo, tachó su controvertida decisión de perreta de adolescente. Como viene siendo habitual en él, Feijóo sigue fiel a su estilo de suavidad calculada que al final resulta contraofensiva escasa de fuerza y de pegada floja. La astracanada protagonizada por un Sánchez visiblemente cabreado ha tenido honda repercusión en toda la prensa a nivel planetario, donde la burla y la ironía mal disimuladas han encontrado abundante reflejo en las páginas de los más señalados diarios. No han faltado pues, The Times, The Sunday Telegraph, The Financial Times, The Guardian, The Mirror, The Sun (especialmente agresivo en su crítica) The New York Times, Los Angeles Times, Chicago Tribune, The Economist (que habla de corrupción sin tapujos) Il Corriere della Sera, Le Figaro, Le Monde, Libération, Frankfurter Allgemeine Zeitung, Der Spiegel, La Nación (Buenos Aires), Diário de Noticias (Lisboa), Jornal de Noticias (Oporto), La Reppublica, La Stampa (Turin) y así un largo etcétera de Montreal a Tokio, de Estocolmo a Ciudad del Cabo... En la mayoría de estos diarios, los más importantes a nivel mundial, la tónica general que se desprende de sus columnas es una crítica sin paliativos a la forma de operar del mandatario español.

La prensa alemana, que siempre había mantenido con Sánchez un carácter conciliador, no escatima en descalificaciones, especialmente el semanario Der Spiegel . Han llamado la atención unas declaraciones efectuadas por la prestigiosa abogada española Miriam González (Olmedo -Valladolid-) esposa del exviceprimer ministro británico Nick Clegg, en el espacio Espejo Público de Antena 3, en donde critica duramente todas las aventuras empresariales y componendas varias protagonizadas por Begoña Gómez, esposa del premier español. Miriam González es una famosa abogada de corte internacional, formada en el prestigioso Colegio de Brujas (Bélgica) siendo una autoridad en lo que se refiere al derecho comunitario. Ha trabajado en despachos de abogados que son referencia mundial (Cohen Gresser (Nueva York, Dubai, Whasington, Chicago, Los Ángeles) o Dechert LLP (Londres, Zürich).

Miriam pertenece a consejos de administración de importantes empresas e igualmente es una famosa activistas a escala mundial, defensora de los derechos de las mujeres a mejorar su educación y formación (Inspiring Girls International). Su curriculum a raíz de su licenciatura en la Universidad de Valladolid es apabullante y su carrera de asesora internacional meteórica. Es una autoridad en Derecho Comunitario, y en definitiva, es una personalidad cuyas declaraciones son para tener en cuenta. Por ello mismo, sus críticas de grueso calado tanto a la forma de llevar los asuntos públicos de Sánchez, como a los devaneos truculentos de su esposa Begoña, han supuesto un varapalo de consideración al tándem Sánchez-Gómez. La esposa del exviceprimer ministro británico no es una cualquiera. Sus declaraciones tienen honda repercusión en los centros de poder a escala mundial, tanto en USA como en las principales sedes europeas de influencia directa en toma de decisiones de peso.

Sánchez gobierna España desde una atalaya en la que parece dominar el mundo, lo que le lleva a considerarse por encima del bien y del mal sin atisbo de duda. Ya lo dijo hace pocos días su perro de presa, el homínido Óscar Puente: «es el puto amo». Su carácter extremadamente narcisista, unido a una egolatría sin límites, hace de él un personaje del que hay que cuidarse, habida cuenta de que puede echar mano de políticas poco ortodoxas para llevar a cabo sus planes. No es de extrañar que la mejor parlamentaria del Congreso y figura brillantísima aparte incluso de su labor política como es Cayetana Álvarez de Toldedo, defina a Sánchez como «personaje peligroso». Posiblemente no le faltan razones para llegar a tamaña conclusión.

A Sánchez, todo aquel (y aquello) que no se pliega a su estrategia, a sus modos, a sus intereses particulares, a su modo íntimo de hacer y ordenar, le supone un estorbo que hay que apartar, empleando para ello, si fuere preciso, medidas contundentes. En esta labor de acoso y derribo le secundan, como diligentes monaguillos, personajes de distinto pelaje y oscuros intereses, léase Ábalos y su alter ego Koldo, Cerdán (el contertulio en Ginebra de Puigdemont), Gracita Bolaños, Marizú Montero (la que se aporrea el pecho de forma inmisericorde) y el homínido Óscar Puente, un matón de aspecto poco tranquilizador y de boca espumosa.

Lo que tanto Sánchez como sus acólitos más cercanos tachan de fango es simplemente la petición que se hace desde diversos medios y otras tantas instituciones de carácter civil y político, para que la esposa del presidente explique sus idas y venidas, sus devaneos empresariales, sus cartas de recomendación, sus amistades peligrosas (Aldama, Barrabés, el pinturero Hidalgo hijo, que cada día se asemeja más en su físico a Dieguito el Cigala).

Por eso no es de extrañar que la anteriormente citada Miriam González se muestre en buena medida escandalizada por la forma de comportarse de la primera dama (política) española, con permiso de la Reina Letizia. No hay que olvidar que Miriam, como esposa de N. Clegg, ocupó el escalón de cuasi primera dama del Reino Unido en función de la coalición de gobierno de liberales y conservadores (David Cameron and Clegg mayo 2010 a mayo 2015).

Sánchez pensó en un primer momento que le podía echar un pulso al país, incluidos sus satélites, ministros y ministrillos, medios de comunicación serviles hasta la náusea, amigachos de compadreos políticos, integrantes de grupos con pasado criminal, y una variada colección de gentes de escasos escrúpulos y animados de un sectarismo feroz.

Sin embargo España no se resume en Sánchez. Hoy no goza de predicamento en Europa; salvo Von der Leyen y algún que otro advenedizo, su perfil se va difuminando. Hay gente que se la tiene jurada: Giorgia Meloni (cada día más en alza), el primer ministro de los Países Bajos Mark Rutte, el premier sueco Ulf Kristersson, y por encima de todos el presidente de los populares europeoas, el alemán Manfred Weber, al que Sánchez insultó gravemente hace poco tiempo en sede parlamentaria europea.

En el curso de los últimos meses, Sánchez ha emprendido una gira mundial por varios países promoviendo la creación un estado palestino: por su cuenta y riesgo, sin calcular sus efectos, máxime en un momento de extraordinaria tensión a causa de la guerra de Gaza. Israel es un estado acostumbrado a devolver golpe por golpe. Los desencuentros entre Sánchez y Netanyahu son de todos conocidos.

Recientemente el affaire Pegasus ha resucitado, así como la intervención de los teléfonos de Sánchez, de Begoña, de la ministra de Defensa, de Marlaska y de Planas. El sistema operativo es made in Israel, (NSO Technologies) no son casualidades precisamente, y la sombra de Marruecos e Israel planea sobre Moncloa.

Francia ayuda en la tarea mientras la Casa Blanca a través del Secretario de Estado Antony Blinken, permite que se apriete la tuerca en torno al presidente español y toda la corte de corifeos que le acompaña en sus dislates. En definitiva, Sánchez y sus satélites practican una política de hechos consumados que se contradice con los postulados de las democracias occidentales. Por ello están en el punto de mira de medio mundo.

Lo que tanto Sánchez como sus acólitos más cercanos tachan de fango es simplemente la petición que se hace desde diversos medios y otras tantas instituciones de carácter civil y político, para que la esposa del presidente explique sus idas y venidas, sus devaneos empresariales, sus cartas de recomendación, sus amistades peligrosas
tracking