TRIBUNA
La información sobre una intervención quirúrgica
Como profesional sanitario y como potencial usuario, me causó una enorme alegría conocer en fechas pasadas la noticia de que por fin se pone en funcionamiento la máquina para «fotografiar» el interior del organismo, el PET-TAC.
Pero es curioso que dispongamos de un arsenal de aparatos de última generación como el referido, el Da Vinci, el Tac cardiológico «único en España» y otros que «no se utilizan», donados por fundaciones, particulares o por el Ministerio por ejemplo, que ayudan al diagnostico y/o tratamiento de enfermedades graves como puede ser el cáncer.
Y que tengamos también grandes profesionales que utilizan estos aparatos para el tratamiento de las patologías de los usuarios, pero que después de haber diagnosticado e intervenido por ejemplo un proceso oncológico, no exista en nuestro «magnifico» complejo asistencial un lugar adecuado para dar la información pertinente del desarrollo de la intervención a los familiares, sobre todo si esta no va a ser agradable.
Para informar a los familiares debería existir una sala habilitada para ello, al lado de los quirófanos, con una sala de espera donde esperen los familiares (seguramente impacientes) la noticia de cómo ha transcurrido la intervención. Además de esta manera, los profesionales no tendrían que salir del recinto quirúrgico hasta la habitación del paciente o indagando mediante llamada telefónica donde se encuentran (bien personalmente o a través de la compañera de información), con lo que se reduciría las perdidas de tiempo innecesarias, gasto de indumentaria por los diferentes cambios y disminución en la posibilidad de infecciones debidas a las entradas/salidas del recinto quirúrgico.
No es ético, ni legal, ni decoroso informar en un pasillo donde no hay intimidad o a las puertas de los ascensores. Recibir una información sobre una intervención y sobretodo si es mala, se debe hacer en una estancia donde se guarde la intimidad del paciente del que se esta informando, la intimidad de los familiares cuando la reciben y todavía no la han asimilado y la del profesional que la esta dando.
Pero lo mas indignante es que puedan existir espacios vacíos dentro de los quirófanos que no se utilicen para ninguna actividad y que no se transformen en una salita de espera-información, cuando hace relativamente poco tiempo existían.
Por lo tanto, comprometido con mi profesión, me veo en el deber y obligación de solicitar al responsable máximo del Caule que no descuide su deber profesional y realice las gestiones necesarias para adaptar un espacio y crear una salita de espera-información para los familiares de los pacientes intervenidos.
De esta manera existirán unas condiciones laborales optimas, que respetarían la atención integra al paciente y familiares y la satisfacción de los profesionales al no tener que salir fuera del circuito para informar.
Así se podrían hacer realidad y ratificar sus propias palabras, extraídas de la Revista del Caule: «Pero la calidad… debe de ir acompañada, mas en la asistencia sanitaria, de una cualidad muy importante: la calidez» y también «… debemos de buscar y considerar, por un lado, el equilibrio entre los avances científico-técnicos y la alta cualificación de los profesionales y, por otro, los sentimientos, las emociones, el buen trato, la amabilidad…, y conseguir que se complementen entre sí».
Y si desea, para que podamos disfrutar de ella lo antes posible y evitar tediosos tramites administrativos, puede hacer como ha hecho en otras ocasiones, como en otras obras que se han realizado en el Caule: solicitar la colaboración de una fundación altruista. Y haciendo otra vez referencia a la Revista del Caule, en ella aparece un articulo de la magnifica Unidad de Cuidados Paliativos donde se refleja el excelente trabajo y la profesionalidad de los compañeros, pero no se hace referencia de las nuevas instalaciones (baños, interfonía, climatización, cafetería) que disponen los pacientes y familiares que hacen que su estancia sea mas agradable y llevadera, cuya obra ha sido sufragada por una de ellas.
Y es que este tipo de acuerdos benefician a pacientes, a sus familiares y a los profesionales que trabajamos para ellos, que es lo importante. Es fundamental trabajar conjuntamente administración sanitaria y empresas, particulares, fundaciones, etc, para que los usuarios podamos disfrutar de todas las posibilidades que disponemos o podríamos disponer en el Sacyl con una buena gestión.