TRIBUNA
San Isidoro, cambio de época
En 1957, el abad 65 de San Isidoro, Julio Pérez Llamazares abandonó la Colegiata. Siguió siendo abad hasta su fallecimiento en 1971. Ese día, según Roa Rico, acabó la Edad Media en León.
Edad Moderna: En 1963 fue nombrado prior el canónigo Antonio Viñayo. Empezaba una nueva época, con un equipo de colaboradores seglares del Panteón, bibliotecas, Cátedra de San Isidoro y atención del turismo. Entre ellos quedaron Camino, Manolo, Rosa y Reyes a los que don Antonio llamaba la panda. Con más de 40 años de fidelidad, formaban una especie de familia, con todas las ventajas e inconvenientes que puede tener esto. Eran sus colaboradores inmediatos en administración y cuidado de todos los tesoros de la colegiata. Eran los más cercanos de esta familia isidoriana, excepción hecha de su hermano Manuel, que era uña y carne con él. Fue una época muy fructífera que representó una edad moderna para el monumento y museo. Son personajes y épocas irrepetibles. La verdad es que el abad obedecía a los títulos que en su santo le daba su panda: empresario más singular, leonés de todos los años, aldeano que fue leonés del año, etc.
En 2003 se jubila Viñayo y en 2004 pasa a sucederle el abad 67 Francisco Rodríguez, otro Llamazares. Nuevos tiempos, nuevo estilo. Cambia la dirección del museo, pero siguen algunos de los anteriores. Ya nada es igual y se nota.
Edad Contemporánea: el Abad 68, Luis García, va a inaugurar el nuevo museo, que se ha ido fraguando en este siglo y que ha mejorado notablemente las instalaciones. El éxito está asegurado.
Y también en este año 2024, se jubila Reyes la última de la panda de Viñayo. Se cierra una época, que todavía podrán contar los componentes de aquella familia isidoriana. Y alguno de los que vivimos esa época.
Ahora el museo dispone de más espacio, se observa mejor el conjunto y hay más medios. Pero quizá se ha perdido aquel carácter más familiar alrededor de un abad que lo era todo: padre, empresario, abuelo de los nietos que no tenía y hombre sabio.
Eran otros tiempos que no volverán. Y también hay que dar paso a la modernidad contemporánea. Con la jubilación de Reyes se cierra un capítulo de más de 40 años, dedicados a estas antiguas piedras.
Más detalles encontramos en tantos libros escritos y en el Diccionario biográfico Antonio Viñayo, escrito por el profesor Fernández Cardo y bellamente editado.
Larga vida a un lugar singular de León. Viva San Isidoro.