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TRIBUNA

Máximo CAYÓN DIÉGUEZ
Cronista Oficial de la ciudad de León

La Capilla del Cristo de la Victoria, 80 años después

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La supresión en el calendario laboral de la festividad de San Pedro y de San Pablo, acontecida en el año 1977, trajo consigo la desaparición de la celebración de una eucaristía el 29 de junio en nuestro primer templo. El programa de fiestas de 1949 lo recogía en estos términos: «A las 10. Misa de Pontifical. En la Santa Iglesia Catedral, se celebrará una solemne función religiosa en honor de San Pedro, con la colaboración de la Schola Cantorum donostiarra y asistencia de autoridades y representaciones oficiales».

Desde entonces, durante las fiestas de San Juan y de San Pedro, sólo se celebra una eucaristía, que se lleva a cabo en la capilla del Santo Cristo de la Victoria, sita en el número 21 de la popular calle Ancha, enclave que la tradición identifica como residencia de San Marcelo, patrón de esta antigua Corte de Reyes. Este oratorio se ha considerado siempre que evoca el triunfo de la Cruz sobre el paganismo que profesaban los legionarios fundadores de la ciudad, que en el ara de la Victoria establecida muy cerca de la Puerta Cauriense, situada entre el palacio de los Guzmanes y la embocadura de la calle de la Rúa, realizaban ofrendas a sus dioses.

La antigua capilla fue derribada en 1883. Cayetano Sentís y Grau, vicario capitular de la diócesis legionense, encargó a Demetrio de los Ríos, a la sazón, arquitecto director de las obras que se llevaban a cabo en la Pulchra Leonina, la traza de una nueva capilla, cuya portada es una réplica de la puerta de los Velas, como dice Mariano D. Berrueta, es decir, de la portada del crucero sur de la Basílica San Isidoro.

Décadas más tarde fue rescatada del olvido por los desvelos de Inocencio Rodríguez Diez, incorporado como ecónomo a la parroquia de San Marcelo el 7 de julio de 1939, —luego sería obispo de Cuenca desde el 11 de noviembre de 1943—, así como por las posteriores gestiones de este inolvidable presbítero leonés nacido en Santa Olaja de la Varga en 1891, haciendo posible con ello que la municipalidad acometiera la restauración de esta capilla que tiene, aproximadamente, seis metros de largo por dos metros y medio de ancho, tras el proyecto de realineación de 1865.

Isidoro Saenz-Ezquerra, arquitecto municipal, dirigió las obras de restauración. Se hizo una nueva mesa de altar. Gumersindo Toledo restauró el Crucificado. El artista leonés Luis Estrada, sobre un fondo que simula a la ciudad de León bajo un firmamento cuajado de estrellas, pintó las imágenes de la Virgen y San Juan Evangelista. Máximo Gómez Barthe, propietario del Café Granja-Victoria, así denominado por su cercanía con la capilla, regaló dos farolillos.

Hace ahora ochenta años, el 23 de junio de 1944, Fernando Álvarez Rodríguez, vicario general y administrador apostólico de la Diócesis, bendijo la capilla del Santo Cristo de la Victoria. Y es que la sede de San Froilán estaba vacante porque el prelado legionense Carmelo Ballester Nieto había sido preconizado obispo de Vitoria el 11 de junio de 1943, y su sucesor, el Dr. Luis Almarcha Hernández, sería consagrado obispo de León en Orihuela el 24 de septiembre de 1944, haciendo su entrada en nuestra ciudad el 29 de octubre siguiente. Era alcalde de León el Dr. Justo Vega, Médico Director del Hospicio y Presidente del Colegio de Médicos de León.

El acto litúrgico revistió la máxima solemnidad, como así lo refiere Diario de León [23.06.1944, p. 5], que en aquellas calendas veía la luz en edición vespertina. Además de la Corporación Municipal, ‘en forma de ciudad’, que cerraba la comitiva, formaban en ésta seminaristas con sobrepelliz, el clero parroquial, el capellán de la Beneficencia Municipal, el consiliario de Acción Católica, y el citado Vicario General de la Diócesis, revestido de pluvial blanca, quien glosó, una vez finalizada la eucaristía, la figura de San Marcelo, su esposa Santa Nonia y sus doce hijos. La Banda Municipal de Música interpretó escogidas piezas durante el oficio religioso. Sufragó el adorno floral de la capilla para tan loable ocasión el citado Máximo Gómez Barthe. Éste y Cándido Alonso García, ambos ediles municipales, se desvelaron siempre por el esplendor de esta diminuta capilla de fachada neorrománica.

Tras el acto, el Alcalde de León remitió un telegrama a Inocencio Rodríguez Díez que decía así: «Inaugurada solemnemente día de hoy Capilla del Santo Cristo de la Victoria, renuévole agradecimiento Corporación Municipal y cariñoso recuerdo a Vuecencia, entusiasta iniciador reapertura tradicional Capilla devuelta al culto leonés en acto glorioso. Alcalde Dr. Justo Vega».

En los siguientes años, la Corporación Municipal asistió, con sus rangos corporativos, a la eucaristía que se celebró en la capilla del Santo Cristo de la Victoria, en conmemoración del aniversario de su reapertura, el 23 de junio de 1945 y 1946 y el 22 de junio de 1947. Desde 1948, lo hace cada 24 de junio, festividad de San Juan Bautista. Asisten también las autoridades civiles, militares y académicas. Y es uno de los actos más tradicionales de las fiestas de San Juan y San Pedro, «con asistencia de la excelentísima Corporación Municipal bajo mazas», como decían antaño los programas de fiestas.

Hace ahora ochenta años, el 23 de junio de 1944, Fernando Álvarez Rodríguez, vicario general y administrador apostólico de la Diócesis, bendijo la capilla del Santo Cristo de la Victoria
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