Diario de León

TRIBUNA

ISIDRO GARCÍA GETINO.  PSICOPEDAGOGO

No hay solución sin poner solución

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Son infinitas las veces que todos hemos dicho, oído, leído y experimentado la falta de educación de la gente, alguna gente, mucha gente, determinados grupos, colectivos, políticos (sobre todo), etc. Y que la solución es la Educación.

Lamentos sí, muchos, pero ocuparse, implicarse, exigir a quien corresponde, a quienes se exhiben como responsables o tienen la sartén por el mango, aunque no es suya (la sartén) y no la utilizan porque la desprecian, pero no la sueltan, porque les sirve para su mal-hacer.

Conste que tengo claro que hay gente, mucha gente con buena o excelente educación. Opino que son mayoría, pero …

El pero es frondoso, múltiple, variado; es expansivo, ruidoso y contagioso. Ese pero es políticamente cultivado, fomentado y actualmente curriculado para que no falte en la escuela ni en muchas universidades donde se ha posicionado con formas incluso importadas, como el woke y otras lindezas a las que todo el gauchismo y en especial el sanchismo, es sumamente aficionado, .

Yo me pregunto, ¿por qué Sánchez no dedica al menos dos días, no necesita cinco días, a reflexionar, por supuesto sin agenda, sobre tan importante tema? Con la ayuda solvente de su mujer, por supuesto. Mi pregunta es meramente retórica; en todo caso es mucho mejor que no lo haga, el resultado sólo sería mucho peor.

Yo no tengo la solución, pero sí me la sé, como otros muchos a quienes jamás consultarán ni tendrán en cuenta, profesionales y especialistas reconocidos a quienes nunca harán caso los políticos, los cátedros, los del género y los más necesitados (de educación, se entiende). El socialismo y la educación son incompatibles (la Logse como demostración).

Sé que a muchos les interesa mi-nuestra solución, esa que compartimos pero que no es oficializable, al menos mientras rija el progresismo anti-biencomún. La solución para una sociedad aceptablemente educada no consiste en arreglar el sistema educativo o de enseñanza. El desafío es cambiarlo, no reformarlo y menos consensuarlo (imposible); la solución es transformarlo y hoy existen medios, incluso facilidad para hacerlo.

Cada poco están cambiando la escuela con nuevas leyes y cada vez para peor o mucho peor. La escuela propiamente tal necesita pocos cambios, son los que la teledirigen o telemanipulan quienes necesitan cambio, o mejor, quitarse de en medio.

Para empezar, lo más importante a transformar es instaurar un sistema de desarrollo educativo (no escolar) que complemente a la familia desde el año de vida del niño hasta los 6-7 años, edad para comenzar la escolaridad o sistema de enseñanza que, necesariamente por su propia naturaleza, complementa y refuerza la educación que ya se ha establecido en la persona durante el período anterior, fundamental y específicamente educativo (0-6 años).

Luhmann nos dice, desde la sociología, que todo sistema es también entorno para otros sistemas. El sistema educativo es entorno para el sistema escolar, y éste lo es para el profesional, universitario, etc. Ahora bien, cada sistema tiene sus tiempos, sus especificidades, sus medios, etc.

El Sistema Educativo (de nuestra solución), tiene su tiempo (0-6 años), sus medios: padres + personal educador y ambientes naturales para el desarrollo específicamente físico, emocional y social, con todos los hábitos y habilidades que conforman la personalidad básica del ser humano. Nada tiene que ver en esta fase el sistema escolar ni en los tiempos, ni en los medios y recursos ni en lo específico de la escuela: la enseñanza que también educa sobre unas bases existentes (pero sólo si las hay), establecidas por el entorno anterior.

Así pues, lo que hay que transformar para que haya educación, es comenzar por el principio, no mezclar sistemas, poner cada cosa en su sitio y hacerla a su debido tiempo, con los medios adecuados y teniendo claro cada entorno.

Todo el mundo piensa que hace falta mejorar la educación, la enseñanza y la preparación profesional, su adaptación y su reciclaje. Necesitamos que se quiera hacer y, sobre todo, que lo sepan hacer quienes tienen la responsabilidad para ello. Y, si no saben (que no saben), que se asesoren sin prejuicios, sin partidismos, sin progresismos u odio hacia quienes no prejuician como ellos.

La solución está ahí, no es difícil, basta querer y poner los medios. Hay solución porque hay personas, profesionales preparados, con experiencia, con criterio, con saber planificar y saber hacer. En ningún caso, como es habitual, los burócratas del gobierno, del ministerio ese que, oculto o desaparecido ya que su titular se dedica a ... otras cosas, muy poco educativas por cierto, más bien todo lo contrario.

La educación no es la escuela, es previa en sus fundamentos, sus promotores o acompañantes, sus procesos, sus tiempos y sus métodos. Una vez que la educación está fundamentada y en avanzado proceso de arraigo, es el momento de afianzarla y completarla a lo largo de la escolaridad.

Educadores de infancia, con acción prioritaria sobre los padres. Maestros que, además de enseñar con eficacia, manejan los principios, los valores, los procesos y las técnicas de prevención. Profesorado que, además de ser y mostrar educación, ayudan a las personas en la asimilación plena de lo que una sociedad madura requiere, exige y promociona, esto es: respeto a la dignidad de toda persona y todo cuanto tiene y representa en esta vida con trascendencia.

La educación debe estar plena y prácticamente asimilada antes de los 18 años de edad. No es eso lo que tenemos, lo que vemos, lo que experimentamos y sufrimos de una gran mayoría de políticos, dirigentes, jefes, y otros muchos en puestos de mando y responsabilidad; y eso sin ir a los lobbies, grupos de presión, bandas y la horda que nos gobierna hoy día.

Así pasa que no se pone solución, ¡¡pero la hay!!

La escuela necesita pocos cambios, son los que la teledirigen o telemanipulan quienes necesitan cambio, o mejor, quitarse de en medio
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