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TRIBUNA

José Fernández Amez
Médico de Familia jubilado

La ‘pana’ de Felipe

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Supongo que muchos podemos decir: «estoy harto, harto de que un personaje histórico, nostálgico de sí mismo, sea noticia cada vez que alguna información puede salpicar al PSOE». Hablo del expresidente Felipe González. Hay otros de su mismo perfil.

El PSOE, no sé si también harto, quiere dar por amortizadas las críticas de González, las de Guerra, Page, Lambán… y sale al paso manifestando que están siendo desleales, «desleales por no respetar las mayorías del partido y no vivir las circunstancias que actualmente supone mantenerse en la UE».

Nadie les obliga a seguir en posesión del carnet del PSOE, pero yo me pregunto ¿han de seguir dentro de la militancia del PSOE? Ya va siendo hora de que a Felipe González y a esos otros nostálgicos alguien les pare «los pies». Algunos ex y éste es el caso, son como jarrones chinos a los que se les supone un valor que nadie se atreve a retirar, y que estorban cuando se esfuerzan en «opinar» negativamente o simplemente a contracorriente.

Nadie sabe bien dónde ponerlos y todos albergan la esperanza de que un día, un niño travieso le dé un codazo, lo haga añicos y deje, no de opinar pero sí de opinar de «ese modo». Este personaje que nos dio días de felicidad, tiene una vejez morriñosa y con afán de protagonismo. Está perjudicando al PSOE, a «un PSOE» del que no se atreve a decir si le ha votado el 23-J. Cree que detrás de él, no hubo nada ni hay nadie.

González, defensor del PSOE (se supone), mantiene severas discrepancias con Pedro Sánchez tanto en la manera de dirigir el partido como en la gestión del mismo. Ha influido con sus discursos en contra de la ley de amnistía, que él aplicó a destajo (ejemplo: al golpista Alfonso Armada).

Zapatero, otro expresidente, le pide respeto. Un Zapatero con el que fue muy crítico y por lo debe tener muchas razones para haber rechazado debatir con él en el programa de Alsina. Para este debate, no es el momento, lo único que puede traer son perjuicios al PSOE y dar motivos al PP para aplicar «su discrepancia natural», simplemente por ser oposición. Me parece bien la decisión de Zapatero, no toca. González no está preparado emocionalmente para este debate. Podría ser como digo muy perjudicial y más con esta derecha (PP-Vox) que está aparentando una paz que no existe y cuyo rumbo lo marcan Ayuso-Mar-Abascal. Feijóo es un espectador que pasaba por allí.

González debe darse cuenta de que este PSOE ni es ni puede ser como el que él lideró, es imposible, estamos en la UE y condenados a seguir una socialdemocracia que es como ahora nos denominan y lo que me gusta menos aún, que nos digan ser de centroizquierda. El PSOE, no debe renunciar a ser de izquierdas señor González, usted compartió las tesis de la CEOE sobre política económica y laboral. No queremos sonrojarnos con algunas de sus decisiones como alinearse con Aznar, con Pinochet (respeta a los derechos humano más que Maduro dijo usted…), con Meloni (está dando a Italia estabilidad gubernamental…) y con quien se le ponga por delante con tal de llevar la contraria a la política del PSOE.

Su PSOE, señor González, es el PSOE que reivindica (con ironía) Feijóo cuando dice «quiero un PSOE como el de González», el PSOE al que se refiere el partido el líder popular es el que casi siempre llevó a cabo con políticas de derechas, en contraste con el actual obligado por primera vez desde la Transición a hacer políticas de izquierdas fundamentalmente por el pacto de coalición con U.P.

El señor González nos decía: «Es inevitable lo hago por responsabilidad». «Necesitamos modernizar la economía y hacerla más competitiva» y muchos le creímos. También se nos decía, «es un hombre de Estado», y veíamos como la mayoría de cuantos tenía al lado salieron salpicados, por una gestión cuya moneda una y otra vez caía del lado del interés de la banca y los empresarios. Intentaba colarnos que no había posibilidad de hacer política de izquierdas.

Y de esta manera llegamos a 1988 a la primera huelga general que convocaron UGT y CC OO por un plan de empleo juvenil que disminuía más derechos. Permaneció inactivo ante la epidemia de corrupción que rodeó a su partido y toda esta corruptela nos lleva a 1996 y como era previsible a la derrota electoral contra Aznar. ¡Se fue… pero sin irse! Lo triste es que González sigue manejando de forma formidable la interpretación escénica y comunicativa, con restos de su carisma de político de altura que fue, alguien trascendente y decisivo para cosas buenas y otras menos buenas que ocurrieron en este país, debe tomar conciencia de que ya es hora de olvidarse de los medios, de estar en «pantalla», que ya no es nadie y que está perjudicando a «su» partido.

En mi opinión, Felipe González ha reunido todos los motivos para que el PSOE piense en su… expulsión, y más cuando ya no tiene ninguna conexión con la dirección del partido ni peso específico en las agrupaciones. El dilema es ¿hay que echar a Felipe González del PSOE? Esta es la única duda que deben estar planteándose en el partido y que por su historial será difícil gestionar, pero nada ni nadie es eterno, ni siquiera González. Este y Guerra, fueron dos políticos de importancia, asumieron una policía y un ejército franquista, también un sistema económico oligárquico como herencia de la dictadura y hasta tuvieron que trabajar con personajes de pasado nada recomendable. Se les dio «licencia» porque ¡había que integrar y reconciliar! y en esto se empeñaron dejando ideología por el camino. Había que gobernar aunque no fuera de la mejor forma.

He oído decir que hace unos años se permitió decir González que «todo el que discrepe de él no es socialista», afirmación que únicamente puede expresar alguien sobrepasado por su soberbia (que le sobra) e incapaz de aceptar de buen grado que la decrepitud llega.

No critico su edad, sino su inamovible creencia en la política neoliberal o su egocentrismo que le impiden tener sensación de ridículo, lo que critico en González es que siendo un líder neoliberal y derechista, cuyas implacables políticas económicas aún sufrimos, tenga  la insolencia de querer pasar a la historia como un dirigente socialista.

En sus manos estuvimos 14 difíciles años y entonces, creíamos que estábamos en la gloria. ¡Qué pequeña era la gloria! Ahora les gusta demasiado aparecer en los medios y señalar culpables sin mirar para atrás. No nos tienen que perdonar ellos, les tenemos que perdonar nosotros y por mi parte: ¡no! ¿Pero, cuándo se es mayor para gobernar? No depende de la edad, depende del estado psico-físico del individuo.

Estimo que Felipe González sí que puede gobernar, su salud psicofísica se lo permitirían pero es indiscutible que tiene que integrarse en otras siglas que no tengan nada que ver con las del PSOE y si con una derecha liberal republicana.

En todo caso, no estaría de más que a partir de los 75 años se haga por especialistas competentes pruebas de lucidez para acceder a puestos de responsabilidad nacional. Así que, señor González, usted que llegó a decir que el sector público español no era rentable, póngase a la lista y desde luego si es por méritos sociales usted ahora no aprobará. Ha pasado «de la pana, al traje de paño fino», o sea ha pasado a ser un señorito andaluz.

Este personaje, que nos dio días de felicidad, tiene una vejez morriñosa y con afán de protagonismo. Está perjudicando al PSOE, a «un PSOE» del que no se atreve a decir si le ha votado el 23-J. Cree que detrás de él, no hubo nada ni hay nadie
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