León sí, León no
H ace muy poco días, mis amigos Herminio y su esposa Mercedes me invitaron a la conferencia que la propia Mercedes nos ofrecería el día 19 de julio en la Fundación Ángela Merayo, situada en la calle El Molino, nº 29 de Santibáñez de Porma. La conferenciante, doctora en Química Cuántica, tituló su exposición: Química sí, Química no, (Conciencia Personal) . Mercedes, además de dominar su especialidad científica, es una experta docente, hábil en la enseñanza pedagógica, exponiendo su plural saber de forma sencilla y asequible, tanto para adolescentes como para adultos. El acto resultó muy interesante y tuvimos un encuentro fructífero entre la ponente, la directora de la Fundación y muchos de los presentes.
Ángela Merayo, en un aparte, tras saludarme muy efusivamente, lo que siempre es fácil entre dos bercianos, me expuso alguna de sus preocupaciones, que me dejaron bastante atónito, pues resulta incomprensible cómo una Fundación como la que nos había acogido y que cada año desarrolla un amplio programa de actividades culturales, artísticas y sociales, todas de asistencia gratuita y libre, se encuentra con un abandono visible en los accesos (calle El Molino) y dentro del pueblo Santibáñez de Porma: camino sin asfaltar, (en invierno o cuando llueve es un barrizal intransitable), sin puntos de luz desde el pueblo hasta La Casona y el Molino; falta de cobertura en los enlaces telefónicos y de internet…, que dificultan, a veces imposibilitan, las labores de contacto en/con la Fundación y de ésta con el exterior y cualquier conexión telefónica o trabajo a distancia por carecer de cobertura y puntos de anclaje para instalaciones modernas…
Me pregunto: ¿Quién es el alcalde de este ayuntamiento que no valora ni apoya adecuadamente una institución como la Fundación Ángela Merayo, cuando otros muchos la publicitarían a los cuatro vientos para atraer visitas durante todo el año? Esta Casona fue de la benemérita familia Arriola, a la que todo el pueblo y su entorno tanto deben, (toda la comarca y el pueblo son conscientes). Hay dinero (lo sé), pero no entiendo qué motiva esta dejadez o desidia a la hora de crear las infraestructuras básicas que faciliten la vida en los pueblos pequeños, alejados de los grandes núcleos urbanos, sabiendo que la vida es más sana y llevadera en el campo que en la gran ciudad, siempre que se disponga de buenas infraestructuras para moverse y contactar. Mal camino éste si se pretende evitar lo que llamamos despoblación del mundo rural, como en este caso.
Primero se fueron los bancos y cajas de ahorro, luego los transportes, porque no eran rentables, más tarde las escuelas y los maestros porque no había niños; por supuesto, también se fueron los médicos y veterinarios, aunque hubiera personas y animales necesitados de sus servicios. Alguno, irrespetuoso, dirá que ya no queda ni dios, porque no hay curas para enterrar dignamente a los muertos, a pesar de que la Casona, regalo de la familia Arriola al obispado, albergó una antigua preceptoría de la diócesis legionense, donde el obispo Almarcha mantuvo unos años los primeros cursos de latinidad. Pues, eso. Ya no queda ni rastro de lo que fue y sigue siendo la buena cultura, lo que se «cultiva», (como la agri-cultura y, entre otras importantes, la pueri-cultura), porque fallan los servicios básicos y carecen de infraestructuras en la mayoría de los pueblos periféricos en toda la provincia.
Estoy pidiendo alguna explicación seria y no partidista a los responsables políticos, que ni conozco, ni sé quiénes son, ni su ideología (que no me importa), ni si son cultos o analfabetos: ¿nos quieren explicar este abandono y desidia inaudita para que no pongan un poco de interés, asfaltando el camino de poco más de 300 metros que conduce a la Casona y al Molino?; ¿tanto cuesta señalar con flechas dentro del pueblo y antes, para orientar adecuadamente a los pasajeros y posibles visitantes? Y, sin discusión, algo indispensable hoy: ¿Por qué no hay instalada una buena red y cobertura suficiente de telefonía y de internet? ¿a qué esperan? ¿a que lo saquemos en la prensa? Sepan, señores políticos, por su dejadez o desidia serán considerados inútiles o, al menos, como poco responsables, por no dar respuestas adecuadas a los ciudadanos, a sus convecinos y a los visitantes, y sólo usar sus cargos para presumir, (no sé de qué), ante quienes los eligieron para atender las necesidades básicas de comunicación, salud, educación y cultura; cuatro competencias cada día más abandonadas, sobre todo en los pueblos como este de Santibáñez y en el resto de toda la provincia de León.
Nuestros pueblos tienen muchísimas posibilidades, pero los gobernantes no están apoyándolas debidamente en estos cuatro pilares fundamentales. Por eso el título de esta opinión: León sí tiene posibilidades múltiples, pero León no tiene políticos dispuestos a servir adecuada y puntualmente a la población dispersa en multitud de pequeñas localidades, a pesar de los pesares…, que ya pesan demasiado.
Me quedo a la espera de la respuesta del alcalde pedáneo y del titular de Valdefresno y la Sobarriba, con hechos concretos que faciliten el acceso y la comunicación dentro de Santibáñez y de la Fundación Ángela Merayo, no con discursos y mentiras que no arreglan nada. Y no me digan que el mes de agosto en la Administración es un mes inhábil. Ustedes son muy hábiles… para irse de vacaciones, incumpliendo sus obligaciones políticas.