TRIBUNA
Chiringuito Moncloa
Más bien chiringuitón o patio de Monipodio; grande, numeroso en alimañas, improductivo pero gastador expoliando. Ningún otro chiringui le hace sombra, supera todos los parámetros del chiringuiteo. ¡Porca miseria!
El bien y la verdad, ¿a qué te suenan, Pedro Sánchez?
—A mi «plan de acción democrática».
¡Exacto! La ley de prensa de Mussolini era exactamente lo mismo que Sánchez plantea; o sea: fascismo puro y duro.
Buscamos barro en el super-chiringuito Moncloa y, nada de barro; allí encontramos un inmenso muladar, un estercolero colosal; muy desgastado por cierto ya que a diario lo utilizan contra toda persona, grupo o partido que osa hablar, criticar o contradecir el discurso oficial, el pensamiento único, la mala gobernanza, la corrupción allí bien instalada.
Cada día reparten su estiércol entre los fieles reporteros, periodistas, televisiones y portavoces para su difusión. A la vez castigan a todos los demás por infieles, por no seguir su religión que es la mentira, el engaño, la farsa, el odio, la muralla divisoria y las mafias que les protegen, mafias pateranas, mafias fiscales y constitucionales, mafias LGTBI+; son todas mafias Agenda 2030 a las órdenes del chiringuitero mayor.
El Gobierno para el bien común no se ve por ninguna parte, pero vemos por todas partes esa inmundicia que esparcen a diestro y contra el pueblo, pero nunca a siniestro.
Y sale Sánchez todo chulo exhibiendo todos esos éxitos suyos y apela a la Constitución que, como bien dice M. Aragón Reyes, «es el instrumento político para la limitación del poder en beneficio de la libertad de los ciudadanos»; eso él, que es la anti-Constitución ya que la utiliza como página en blanco para escribir a su capricho. Dice que viene a regenerar la democracia, y lo hace él que carece de principios y valores democráticos y de toda índole.
En su boca «democracia» es una palabrota con la que insulta a la ciudadanía cada vez que la pronuncia. Ignora que «La Constitución es la forma jurídica de la democracia» (Rubio Llorente), jamás podrá ser el capricho de Sánchez en cada situación como él lo intenta para ideologizar todo, hasta la misma Constitución, y llamar democracia a ese capricho de cada día; para ello está comprando y aherrojando todas las instituciones del Estado que garantizan los derechos del ciudadano; sueña con tener así todos los derechos sujetos en su poder.
Ahora se va de vacaciones contento y alegre tras haber exhibido todo lo anterior en los días más recientes, su casa es su escaparate.
¿Dónde están los socialistas? ¿Dónde está el PSOE? ¿Es que ya sólo existe el sanchismo sin socialista ni obrero ni, mucho menos, español?
Ni siquiera es partido, es sólo personaje, esperpento de presidente, esperpento de Gobierno que infecta y corroe todo su entorno y a todos los que siguen ahí sólo y exclusivamente por la mamandurria, ya que es imposible que estén por convicción; o si lo están, muchísimo peor.
A estas alturas buscamos entender algo de lo mucho que se cuece, no, que fermenta y pudre en el chiringuitón. Y buscando encontramos algunas respuestas que los sabios nos aportan: «La necedad es un obstáculo indestructible», nos dice G. Flaubert y añade Chesterton: «La intolerancia es la rabieta de los hombres que carecen totalmente de opinión».
Y viene A. Machado y nos lo aclara aún más: «Propio de cabezas pequeñas es embestir contra todo aquello que no les cabe en ella». Por si aún no queda bien definido, Bernard Shaw se lo dice directo y a la cara: «Es usted valiente, cierto, es una forma de ser estúpido». ¡Cierto, certísimo! estoy totalmente de acuerdo porque es auténtica cortesía, es tolerancia, es gran sensatez el que seamos groseros con políticos como Sánchez, jamás alcanzaremos su nivel de grosera gobernanza.