Diario de León

TRIBUNA

SANTIAGO GÓMEZ SALÁN
Profesor de Enseñanza Secundaria

IES Fernando I, 50 años formando jóvenes

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Toda institución pública o privada que se precie celebra por todo lo alto y con gran regocijo una efeméride tan señalada como es el 50 aniversario de su nacimiento. Decía Carlos Gardel en su célebre tango que «20 años no es nada», y no le faltaba razón si lo comparamos con los diez lustros transcurridos desde que el Colegio Libre Adoptado mixto de Enseñanza Media del Ayuntamiento de Valencia de Don Juan, establecido en la localidad en 1960, se transformara años más tarde —mediante Decreto 2712/1973, de 11 de octubre— en Instituto Nacional de Bachillerato mixto de Valencia de Don Juan —en ese momento Sección Delegada dependiente del Instituto Padre Isla de León—, con seiscientos treinta puestos escolares. Asimismo, en virtud del acuerdo tomado por el claustro de profesores de dicho centro, le sería concedida al año siguiente —por Orden de 5 de septiembre de 1974— la denominación de «Fernando I», empezando de esta forma su nueva andadura en la ciudad coyantina coincidiendo con el comienzo del curso 1973-74.

En absoluto resulta exagerado afirmar que las décadas de los setenta y ochenta del siglo veinte fueron épocas de máximo prestigio y excelencia para el hoy desacreditado IES Fernando I. Se erigió en uno de los institutos de referencia, tanto a nivel provincial como nacional, gracias a los extraordinarios estándares de calidad educativa que lo avalaban, logrados con tenacidad por parte de un profesorado y alumnado fuertemente comprometidos en el proceso educativo. Ciertamente, los docentes de antaño no sufrían el yugo de la descomunal —a la vez que inútil— burocracia que atenaza a quienes seguimos en la brecha. El profesor podía permitirse el lujo de concentrar todos sus esfuerzos y conocimientos en los estudiantes. Por otra parte, las injerencias de las familias en el desempeño de la labor del docente eran anecdóticas, habida cuenta de que aquellos primeros alumnos demostraban, por mérito propio, un grado de madurez más que suficiente, sin necesidad de la sobreprotección a la que en la actualidad se ven sometidos por parte de sus progenitores.

No aparecieron los centros de enseñanza secundaria por generación espontánea, sino que se consideran descendientes directos de los «colegios libres adoptados», que eran de titularidad municipal y cuya creación supuso una de las grandes innovaciones en la Educación de la España rural de la década de 1960 dentro del marco político de expansión de la Segunda Enseñanza, a fin de intensificar la cooperación entre las corporaciones locales y la Administración Central. Significó, a su vez, que los jóvenes de las zonas rurales no tuvieran que desplazarse a las capitales —salvo para realizar la temida prueba de «reválida» o Examen de Estado— a la hora de acceder al Bachillerato. Por otro lado, era perentorio aunar la ingente amalgama de academias, colegios y otros centros privados o sin reconocimiento oficial que emergieron durante la II República. Así pues, el germen del IES Fernando I lo encontramos en la Academia Politécnica de Santa Teresa de Jesús y en la Academia de Santo Tomás de Aquino, fundadas en 1931 y 1932 respectivamente, quedando unificadas en los años 50 bajo el nombre de Academia Politécnica de Bachillerato.

Es sabido que en nuestros días los institutos de educación secundaria son competencia exclusiva de las consejerías de educación. Sin embargo, sería imposible soslayar su estrecha vinculación con los ayuntamientos y sus gentes, sobre todo en los pequeños municipios donde, generalmente, se cuenta con uno o dos centros de este tipo. Tanto es así, que el edificio que hoy en día alberga el IES Fernando I de Valencia de Don Juan fue levantado a instancias del Ayuntamiento coyantino y gracias, en buena medida, a las aportaciones económicas hechas por sus vecinos.

Como coyantino de nacimiento y sentimiento, pero también en calidad de exalumno y actualmente profesor del IES Fernando I, lamento profundamente que, finalizado el curso 2023-24, se haya dejado pasar la oportunidad de conmemorar merecidamente el cincuentenario de nuestro instituto. Desgraciadamente, se rememoró este evento de forma un tanto liviana, intercalándolo entre el resto de las actividades intrascendentes que se llevan a cabo al finalizar cualquier curso escolar. El acontecimiento resultó bastante pobre para la ocasión, clara consecuencia de una falta de planificación o, acaso, de interés. Ni siquiera se creó una comisión formada por los diferentes sectores de la comunidad educativa con el objetivo de organizar actividades diversas a lo largo del curso. Únicamente se contó con la participación de dos exdirectores jubilados, que relataron hechos y anécdotas de su paso por el centro, y de una exalumna que, además de referir sus experiencias estudiantiles, aprovechó la coyuntura para lanzar una disertación de marcado carácter político en su condición de diputada nacional. Fue clamorosa la ausencia de directores y profesores de las primeras etapas del instituto, de antiguos alumnos, al igual que de padres que fueron alumnos del centro y que, a día de hoy, tienen escolarizados a sus hijos en el IES coyantino. Tampoco hicieron acto de presencia autoridades educativas de ámbito provincial o autonómico.

No debemos ser inexactos ni confundir los términos. Corresponde conmemorar los cincuenta años de la creación del primigenio Instituto Nacional de Bachillerato (IBT) Fernando I de Valencia de Don Juan. Es cierto que en 1984 se inauguró el Instituto de Formación Profesional (IFP) en esta ciudad, produciéndose posteriormente la fusión de ambos centros en 1994 con el nombre de IES de Valencia de Don Juan. La solución salomónica que se adoptó no evitó herir sensibilidades por ambas partes; al contrario, generó serias desavenencias y susceptibilidades entre los claustros de los antiguos IBT e IFP. No celebramos, pues, la creación del IFP ni tampoco la unión de los dos institutos, sino el 50 aniversario de la gestación del actual IES Fernando I, denominación que nunca debió perder y que recuperaría en 2009 —Orden EDU/1883/2009, de 28 de septiembre—, cuyo rótulo figura en la fachada del edificio, con arreglo a la referida norma.

Quizás aún estemos a tiempo de que el nuevo equipo directivo del IES Fernando I, junto con el resto de los sectores que integran la comunidad educativa, se pongan a trabajar desde el inicio del próximo curso para homenajear dignamente a esta institución con motivo de los 50 años de su existencia. Para alcanzar este propósito, será absolutamente necesaria la colaboración del Excmo. Ayuntamiento de Valencia de Don Juan. A nadie se le escapa que el denostado IES coyantino está pasando por las horas más bajas de su historia reciente. Por esta razón, será también ineludible la implicación de los alumnos y familias que no han renegado del IES Fernando I, centro educativo que tanto ha dado a nuestra querida «¡Noble Coyanza, Ducal Valencia!», como reza su himno.

No aparecieron los centros de secundaria por generación espontánea, sino que se consideran descendientes directos de los «colegios libres adoptados», que eran de titularidad municipal y cuya creación supuso una de las grandes innovaciones en la Educación de la España rural de la década de 1960 dentro del marco político de expansión de la Segunda Enseñanza
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