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Hija mía, nunca olvides que, en honor a tu nombre, hice hace años la promesa de emular al cielo del amanecer que siempre escribe un poema antes de que empiece todo. Y es que en efecto, sea por su recreación universal del mundo andaluz, por su inventiva musical, por sus imágenes insólitas o por su trágica muerte, Federico García Lorca es el poeta más conocido de la literatura española.

¿Pero quién fue de verdad Lorca? Para saberlo hay que leer a uno de los principales estudiosos sobre su vida, y quien más ha insistido en la filiación política progresista de Lorca (Ian Gibson, sí). Y hay que leer el bello libro de Luis García Montero Lorca lector … Pero también hay que leer a Manuel Ayllón que da una versión distinta de su muerte, como también la da Miguel Caballero Pérez en Las 13 últimas horas en la vida de García Lorca... Y desde luego hay que leer a las mujeres. A Marcelle Auclaire (la fundadora de la Revista Marie Claire), que fue amiga personal de Lorca, y fue amante de Ignacio Sánchez Mejías (Federico les presentó), y escribió una olvidada biografía testimonial titulada Infancia y muerte de Federico García Lorca. Y hay que asomarse a la obra y la fascinante vida de Agustina González López la Zapatera (la mujer libertaria en quien Lorca se inspira para escribir su obra de teatro La zapatera prodigiosa): una adelantada a su tiempo que también fue fusilada en el 36 en Granada, aunque a ella se la haya olvidado (¿será porque era mujer?), y que fue feminista, filósofa, ensayista y dramaturga, que se presentó a las elecciones en 1933 por el Partido Humanista, y que se vestía de hombre por la noche para poder salir, y hablaba esperanto y era europeísta ya en 1936…

Hay que leer cosas dispares para saber que Federico García Lorca nació en 1898 en Fuente Vaqueros, un pueblo de la provincia de Granada, y creció en Valderrubio, pueblo de jornaleros que trabajaban no pocos de ellos para su padre. Su madre, Vicenta Lorca Romero, era una maestra de escuela republicana y devota católica (lo cual no es incompatible, hay que decir), y su padre, el terrateniente conservador Federico García Rodríguez, cultivaba remolacha y tabaco, y era dueño de la plaza de toros de Granada, y de una gran azucarera. Como hijo de familia rica Lorca fue educado por un tutor. Y a los 11 años se mudó con sus padres, hermano y dos hermanas a la ciudad de Granada donde cursó estudios de bachiller, y aprendió a tocar el piano. Inició estudios en Filosofía y Letras en la Universidad de Granada en 1914, pero cambió de carrera y se licenció en Derecho en 1923. Durante esos estudios universitarios, hizo un viaje iniciático con su profesor Martín Domínguez Berrueta Berrueta por varias regiones de España, incluido un viaje a León, el cual le inspiró a escribir su primer libro, Impresiones y paisajes , un libro que se publicó en autoedición pagada por su padre… Sin embargo, en 1919 un influyente amigo y profesor, Fernando de los Ríos (el cual llegaría a ser dos veces ministro de la República), le convenció para que se trasladara, en Madrid, a la Residencia de Estudiantes, donde Lorca conoció a otros importantes artistas e intelectuales, como Luis Buñuel, Rafael Alberti y Salvador Dalí, y donde se enamoró del que fuera su relación más importante, Emilio Aladrén (véase el libro de Ian Gibson Lorca y el mundo gay ). Fue una etapa muy prolífica para el joven escritor: por aquel entonces estrenó su primera obra de teatro, El maleficio de la mariposa, pero no tuvo éxito. De hecho no fue hasta 1927 que obtuvo su primer éxito teatral con Mariana Pineda , y publicó Canciones , un libro de poemas que también fue bien recibido por los críticos. Ese mismo año pasó los meses de verano con su amigo Dalí en Cadaqués (véase a tal efecto el libro de Ian Gibson Lorca-Dalí, el amor que no pudo ser ), y viajó a Sevilla para un homenaje a Góngora (acto fundacional de la Generación del 27).

El año siguiente Lorca publicó su inmarchitable libro de poemas Romancero gitano: si bien el poemario gozó de una enorme popularidad, su amigo Dalí lo criticó por ser antiguo y demasiado costumbrista, propagando la imagen del poeta de los gitanos y del folclore andaluz (un marbete que incomodaba al poeta granadino).

Tras estas críticas, y por medio de la influencia de Fernando de los Ríos, Lorca se trasladó a Nueva York para estudiar en Columbia University (la familia de Lorca había presionado a Fernando de los Ríos para que se alejara de su amante de entonces, el escultor Emilio Aladrén). Y fue éste un viaje que dejó una huella permanente en la vida y en la obra del escritor, pues conoció Estados Unidos y lo que tenía ese país de oscilación entre el capitalismo y el esclavismo… De hecho de ese viaje, y del que un año más tarde realiza a La Habana, nace su libro cumbre del surrealismo Poeta en Nueva York…Al regresar a España el año siguiente se proclamó la II República. Lorca fundó entonces junto a Eduardo Ugarte el exitoso teatro universitario La Barraca, que en esencia era un grupo de actores que representaba obras de teatro español en varios pueblos de España como parte de la iniciativa cultural de la Segunda República (todo financiado por el Ministerio que ocupaba el mentor de Lorca Fernando de los Ríos).

Además entre 1933 y 1934 Lorca firmó el primer manifiesto de amigos de la Unión Soviética: todo a pesar de que, según Ayllón y Caballero Pérez, Lorca nunca fue comunista sino que fue siempre un republicano profundamente católico como su madre. Asimismo Lorca fue invitado poco después a los funerales del líder ruso bolchevique Maximno Gorki, pero se negó a ir argumentando que él era un poeta que militaba «en el partido de los pobres, pero de los pobres buenos» (esto provocó el enorme enfado de Pablo Neruda). Y ese año visitó Buenos Aires y Montevideo para dar conferencias, además de asistir a la representación de algunas de sus obras más exitosas (Bodas de Sangre alcanzó más de ciento cincuenta representaciones en la capital argentina que hicieron que Lorca empezara a ganar dinero con su literatura, pues hasta este punto vivía del estipendio que le proporcionaba su padre). Al volver a España en 1934, terminó otras importantes obras ( Yerma y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, entre otras) y dedicó sus esfuerzos a promover el teatro español a través de La Barraca.

Pero dos años después estalló la Guerra Civil, y, según la versión oficial difundida (véase el libro de Ian Gibson Vida pasión y muerte de Federico García Lorca), si bien Lorca no tenía mucha afición por la política, pero era defensor de la República y homosexual, fue atacado entonces por la prensa de derechas e identificado como antagonista de las fuerzas falangistas. Y trató por eso de ponerse a salvo en casa de su amigo Luis Rosales. Y fue detenido en Granada en casa de los Rosales, y fusilado en la madrugada del 18 de agosto de 1936. Y se convirtió en el símbolo político de la sinrazón que fue la guerra civil española.

Según otra versión, la del arquitecto y escritor español perteneciente al PSOE Manuel Ayllon (véase esta tesis casi desconocida en el libro Granada 1936 –Ed. Estella Maris-, y el libro El Caso Lorca, fantasía de un misterio –Ed. Doña Tecla-), el prendimiento y asesinato de Lorca no fue sólo por motivos ideológico-políticos, sino sobre todo por motivos familiares, aunque luego su figura histórica fue ideológicamente instrumentalizada. Y, siempre según Ayllón, la obra de teatro La Casa de Bernarda Alba es esencial para entender los últimos días de la muerte de Lorca.

Cuenta Ayllón que el 11 de julio de 1936 Lorca sacó billete para volver a Argentina, pero, de camino a Cádiz, pasó por casa de sus padres para celebrar su santo. Y entonces estalló la guerra civil. Dos semanas después Lorca estaba refugiado en casa del poeta falangista Luis Rosales. Y el 15 de agosto Lorca salió de casa a comprar tabaco, y se cruzó con una manifestación en favor del «alzamiento nacional». Y en esa manifestación iban los primos de Lorca, los cuales pensaban que Lorca estaba en Argentina pero le vieron ahí. ¡Y los primos de Lorca se la tenían jurada por la obra La Casa de Bernarda Alba (la cual conocían porque había sido representada en privado en casa del Conde de Romanones)! ¡Y la cual consideraban muy oprobiosa porque el personaje de Bernarda Alba existía en la realidad y estaba aún viva: era Paquita Alba, prima del padre de Federico García Lorca, la cual, en la realidad, enviudó dos veces, pero la hija del primer marido tuvo una herencia mayor que las del segundo porque el primer marido era más rico, aunque las otras dos eran más guapas porque el segundo marido era más agraciado físicamente. Y en La Vega, municipio cercano a Fuentevaqueros, vivió en la realidad un muchacho guapo pero pobre apodado Pepe el Romano, que aparece con ese mismo nombre en la obra, y el cual era a la vez amante de varias hijas de Paquita Alba!... ¡Lorca había expuesto este asunto familiar en su obra de teatro, y, según la versión de Aylón, esto desencadenó su asesinato!

Al margen de las versiones de la muerte de Lorca, de los relatos oficiales y de las narrativas disidentes (y al margen de quienes lo describen como un niño rico con mucho talento, y quienes lo muestran como un poeta del pueblo asesinado y convertido así en un mártir de la izquierda, aunque, a diferencia de Miguel Hernández, un mártir interclasista y por eso más conveniente y exportable), para mí Lorca hoy, 88 años después de su siniestra desaparición, es alta poesía. Y la luz del talento. Y es un bello y pertinente modo de acallar los silencios sociales. Y es viaje desde la memoria individual a la memoria colectiva. Y es la encarnación del placer del texto.

De hecho Lorca para mí hoy es la vida, la palabra y el amor, hija mía.

Al margen de las versiones de la muerte de Lorca, de los relatos oficiales y de las narrativas disidentes (y al margen de quienes lo describen como un niño rico con mucho talento, y quienes lo muestran como un poeta del pueblo asesinado y convertido así en un mártir de la izquierda, aunque, a diferencia de Miguel Hernández, un mártir interclasista y por eso más conveniente y exportable), para mí Lorca hoy, 88 años después de su siniestra desaparición, es alta poesía. Y la luz del talento