TRIBUNA
La Junta y los polos agroalimentarios
Lástima no disponer de la ingente cantidad de tiempo que sería necesaria para escribir sobre cada agravio diario que sufre León por parte de la administración autonómica.
Amanecemos con otra gran noticia para Castilla, que no para León. La Junta, cómo no, impulsa un polo agroalimentario en Medina del Campo, población situada, cómo no, en Valladolid.
Las declaraciones del mediocre presidente que los leoneses sufrimos en esta autonomía fallida, sobre la implantación de una empresa de «snacks» en Medina del Campo, con un apoyo económico de 24 millones de euros, no viene sino a reforzar la idea, ya implantada en prácticamente todos los leoneses, de la urgencia de separarnos de Castilla en una Autonomía Leonesa para que la perniciosa Junta de Castilla (porque de León no es), deje de lastrar nuestro crecimiento económico y social.
En mayo de 2019, Proyecto León elaboró un estudio sobre los productos agroalimentarios de la Región Leonesa y de la Castellana para objetivar, con datos, dónde debería potenciarse un Parque Agroalimentario dentro de la autonomía. Excluimos los vinos de toda la comunidad autónoma ya que no son productos básicos de alimentación.
El resultado fue apabullante: solo en la provincia leonesa se concentran el 43,75% de las DO e IGP de la autonomía. Si sumamos las de Zamora y Salamanca, suponen un 68,75% del total autonómico. Si añadimos las DO e IGP como la «Lenteja Pardina», que afecta a dos provincias leonesas y dos castellanas, y las creadas exprofeso para dar carta de naturaleza a esta comunidad ficticia, como el «lechazo de Castilla y León», obtenemos que el 81,25% de las DO, IGP y Marcas de Calidad de la autonomía se ubican en la Región Leonesa. Creo necesario recordar aquí el listado de la riqueza agroalimentaria de la provincia de León y de la Región Leonesa comparándola con los productos castellanos para conocimiento del lector.
DO de la Región Leonesa (cuatro): Manzana reineta del Bierzo, Queso Zamorano, Jamón de Guijuelo, Queso Los Beyos. DO de Castilla (una): Mantequilla de Soria.
IGP de la Región Leonesa (once): Alubia de la Bañeza (León), Botillo del Bierzo (León), Cecina de León, Mantecadas de Astorga (León), Pimientos Asados del Bierzo (León), Pimientos de Fresno-Benavente (León-Zamora), Queso de Valdeón (León), Garbanzo de Fuentesaúco (Zamora), Ternera de Aliste (Zamora), Carne Morucha de Salamanca, Lenteja de la Armuña (Salamanca). IGP de Castilla (tres): Chorizo de Cantimpalos (Segovia), Judías del Barco de Ávila, Morcilla de Burgos.
A esto hay que añadir otros alimentos diferenciales y característicos de la Región Leonesa que no están protegidos bajo un sello identificador como la Morcilla de León, la Androlla del Bierzo, el Chosco Omañés y Lacianiego, la Androja Riañesa, los Arvejos de Riaño, los Garbanzos de Pico Pardal, los Dulces de Patata del Bierzo Alto, las Peras Asaderas de las Arrimadas, los puerros de Sahagún, las Castañas de Noceda, el alubión de Sanabria, el Lechón de Zamora, las mollejas de vacuno y muchos más. Desconocemos productos diferenciales de Castilla más allá del «pan bregao» y poco más. Todos estos datos hay que contextualizarlos en el territorio: la Región Leonesa tiene tres provincias frente a las seis de Castilla. La evidencia de los datos es, una vez más, incontestable.
Por desgracia, aquí no producimos «snacks», que parece que para la Junta son mucho más importantes que nuestra producción agroalimentaria abundante, rica y de calidad.
Es posible que desde 2019 aquí, la Junta se haya encargado de inventarse nuevas DO (igual que se inventó el queso de rosca de Castilla y León, que no lo conoce ni el que tuvo la «esplendorosa» idea) y estos datos hayan variado ligeramente, aunque el resultado es imposible que sea significativo. Disponiendo prácticamente de toda la producción agroalimentaria de la Comunidad, las preguntas siguientes son: ¿dónde ha determinado la política industrial de la Junta que se ubique el Parque Agroalimentario? ¿Dónde se potencian los «polos agroalimentarios? Las respuestas las conocemos todos: en Valladolid. En Castilla.
El anterior presidente de esta autonomía, Juan Vicente Herrera, se comprometió a instalar el Parque Agroalimentario en el Bierzo, comarca que merecería esa inversión por la riqueza, calidad y variedad de sus productos, y por el abandono que está sufriendo por parte de la administración autonómica. Recordamos que, al cierre de las minas, los fondos Miner que llegaron de Europa para la rehabilitación industrial de las zonas mineras, gestionados por la Junta, fueron a parar a otros territorios que ni tan siquiera tenían minas. Otra vez la Junta lastrando el desarrollo económico leonés.
Son ofensivas las recientes declaraciones de Mañueco en el Diario de Valladolid , que reproduzco aquí: «...el presidente de la Junta defendió que Medina del Campo tiene un brillante futuro». Así, a los trabajadores de la empresa les recordó que contribuyen «desde Medina del Campo y desde Valladolid a que en Castilla y León seamos líderes en sectores tan importantes como la automoción, la logística, la industria química, la farmacéutica, la ciberseguridad, la forestal, las energías renovables y la industria agroalimentaria». Como él mismo reconoce, León no contribuye a liderar nada porque nos lo han ido arrebatando prácticamente todo.
León no existe para el presidente de la Junta de Castilla, más allá de hablar mal de los leonesistas. Tampoco León existe para los castellanos. Las declaraciones del alcalde de Medina del Campo así lo ponen de manifiesto nuevamente: «Según señaló Gómez, la planta está dedicada a un sector que la Junta ha puesto en valor y que ha considerado desde hace años, como es el sector agroalimentario».
No mienten. El sector agroalimentario se ha puesto en valor, pero en la región castellana, que, como Proyecto León demostró no hace más de cinco años, no tiene productos agroalimentarios de calidad homologada que justifiquen allí su implantación y los pocos que tiene se están creando ad hoc para Castilla.
El director general en España y Portugal de Europe Snacks agradeció el apoyo recibido por parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta «cuyos tres últimos consejeros han conocido y apoyado este proyecto», materializándose ese apoyo en una subvención de 1,7 millones de euros». Casi, casi, la misma cantidad que la Junta derrochó en llenar de logos de «Junta de Castilla y León» la penosa e incompleta rehabilitación de la Estación de Autobuses de León.
Esta es la «comunidad de éxito» de la que presumen los nefastos gestores de la administración autonómica y en la que malvivimos los leoneses, con unos desequilibrios territoriales entre la Región Leonesa y la Castellana sin paragón en Europa.
Sobran las palabras y las soflamas. Los leoneses ya sabemos qué es lo que nos conviene si queremos tener una posibilidad de volver a la senda del crecimiento que nos arrebataron desde que nos encerraron hace 41 años y contra nuestra voluntad, en esta comunidad, de éxito para Castilla y de ruina y miseria para León.