TRIBUNA
¿Regeneración democrática?
¿Cómo se puede tener tanta cara dura para presentarse el presidente mentiroso, nada menos que en el Congreso, para hablar a los españoles sobre regeneración democrática, cuando él mismo trata a los medios de comunicación, como pseudomedios?
¿Que cómo se puede? Muy sencillo, llamándose Pedro Sánchez y ejerciendo de presidente de un Gobierno con personalidad cero y atendiendo principalmente a los deseos del jefe.
Este hombre, desde su cargo, se agarra desesperadamente a las noticias de que la macroeconomía española marcha por buen camino, atreviéndose a dar consejos sobre cómo deben comportarse las empresas, pero no diciendo nada, guardando silencio sobre el asunto de los ERE en Andalucía o de las conversaciones de su esposa, Elena Gómez, con empresarios con el fin de hacer negocios que, cualquier mortal no podría hacer.
Por cierto, hablando de macroeconomía, por qué nunca dice nada sobre la economía más cercana a los hogares y las amas de casa. Dice que la economía va como un cohete, pero no dice que el cohete le estalla a las amas de casa en la compra de cada día. De eso, se calla.
¿Es eso regeneración democrática?
Y el presidente, teniendo unos asuntos pendientes y otros muchos que ahora no están en el primer plano de la actualidad, teniendo todo eso, tiene la cara dura de presentarse ante el ciudadano para hablar de regeneración democrática.
Se está criticando que el jugador de la selección española de fútbol, Carvajal, no saludó al presidente con el entusiasmo que éste esperaba cuando recibió a la selección en la Moncloa.
Esos ministros y adláteres que critican el comportamiento de Carvajal con el presidente estaban callados como muertos y como cobardes cuando el presidente estaba ante el Rey con las manos en los bolsillos, o cuando algún ministro, cuando no el presidente mismo, hacía comentarios de mala educación referidos a la Familia Real española, o cuando el presidente hacía esperar a Su Majestad el Rey para comenzar un desfile, y así hasta el infinito.
¿Es eso regeneración democrática? ¿En qué quedamos?
Yo te critico a ti, pero ojo con criticarme tú a mi.
Toda esta situación clama al cielo, pero continuamos sin que aparezca un voz clara y firme para decirle a la cara a este mentiroso que no tienen ningún futuro sus previsiones democráticas para España. Hace hincapié el presidente-profesor en que hay que distinguir entre el dato y el relato. (Qué cursi es el tío).
¿Pero, de verdad sabe lo que dice?
Mi querido presidente, el dato es lo que están publicando los medios sobre lo que se sabe que ha ocurrido ya con el asunto de su mujer. Son datos que ya han ocurrido. Sus reuniones con el rector de la Complutense o con el Sr. Barrabés. Eso son datos.
Al contar y presentar todo esto al ciudadano, eso es el relato y ahí también está el presidente equivocado.
Todo esto ampliado, nos lo cuenta el presidente en el Congreso, sin límite de tiempo. Hasta cuando el quiera. Que se explaye bien.
Cuando llega el turno de las replicas el tiempo adjudicado al jefe de la oposición se reduce a quince minutos. ¿Es eso regeneración democrática?
Por eso, la conclusión más sencilla pero más realista es que la regeneración democrática y Sánchez es algo absolutamente incompatible. Es misión imposible.
Llama la atención de forma muy notable el silencio del que hace patria el presidente siempre, cuando se trata de asuntos inconvenientes para él o para su partido. Problema catalán, silencio absoluto; asunto de la sra. Begoña Gómez, silencio absoluto; presupuestos generales del estado, silencio absoluto. Situaciones de ridículo provocadas por los ministros Marlaska y Óscar Puente, silencio absoluto.
¿Todo esto, es regeneración democrática? ¡Qué risa me da mi risa!
Todos estos episodios van conformando, sin duda, una forma de hacer política que ayuda a conocedores de nuestra situación y hombres y mujeres sensatos con calidad de criterio que, cuando se les pide opinión, declaran con seguridad que tendremos elecciones generales dentro de este año 2024.
En el fondo no somos capaces de salir de este bucle que, por ahora, maneja con osadía el partido en el Gobierno, pero ellos mismos son conscientes y temerosos de que esto se está acabando.