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TRIBUNA

Matías González
Sociólogo

Tacañazos y derrochones

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Los hay  que tiran al ahorro y los hay  que tiran al gasto. Son dos rasgos de carácter tan privativos que bastan para describir a un paisano, él o ella, Y son tan extremos que admiten pocas componendas.

O se es de un modo o se es de otro. Como se es de derecha o de izquierda, del Madrid o del Barsa, de montaña o de playa.

Por eso, al juzgarlas, desde el otro extremo, tendemos al adjetivo despectivo. El que gusta del ahorro es un avariento para el gastador. Y el que gusta de gastar es un manirroto para el ahorrativo. Siempre tendemos a pensar que el que no es como nosotros o es un loco o es un imbécil.

Pero la polaridad se ha deformado en los tiempos que corren. Bajo el paraguas protector del  narco-capital y los bancos centrales, que impulsan con descaro el recurso al crédito, el instinto gastador, llámese consumismo, se ha erigido en el  patrón universal de conducta.

Y su antítesis, el afán ahorrador, ha sido degradado a patología social o simple estulticia. Ahorrar es nocivo, es  improductivo, cosa de cobardes o pusilánimes.

Gastar no solamente es divertido, ahora es también rentable; el paradigma perfecto del modelo morbo-kapital.

La querencia al  gasto es pagana. El que gasta es un hedonista que solo se mira a sí mismo y considera el mundo un mercado donde auto-servirse.

El modelo es tentador pero tiene un defecto: el almacén es limitado. Claro que su devoción por la tecnología les hace imaginar que podremos extendernos a exo-mundos ideales donde expandir el modelo. ¿Llegará ese momento a tiempo de evitar el cuello de botella del final de los recursos en este pequeño geoide?

El que gasta es también, el fuerte, el que no teme al futuro, el valiente.

El apego al ahorro es cristiano. ¿O podríamos decir, religioso? Gemelo de algún modo de la idea del sacrificio.

El que renuncia es el fuerte de espíritu.  El capaz de vencer la inclinación de la carne, de lo físico. El capaz de vencerse a sí mismo.

La polaridad se ha deformado en los tiempos que corren