TRIBUNA
Aguantar el tirón
Que las crisis, apareciendo inclusive sin esperarlas, traigan consigo también sus oportunidades, no es algo que nos deje pasmados, sino una vicisitud que se repite constantemente en la política y en la sociedad. Un caso es el de Alvise, ahora ya investigado por financiación ilegal, pero que aprovecha la ocasión con el contenido simplista y populista de «se acabó la fiesta», esgrime derrocar a Sánchez, y, consigue credibilidad y votos. Un ilusionismo frente a la habilidad del presidente de permanecer en el poder. Quién desde cierta perspectiva, puede ser contemplado como parte influyente en la división entre PP y Vox sobre la cuestión de los menores extranjeros no acompañados. Aunque entre ambos partidos, por si solos, haya ocurrido un alejamiento reciente. Uno hacia su centro derecha, el otro hacia su extrema derecha.
Sin embargo, la pericia de Sánchez no logra la mayoría parlamentaria que evite la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado de 2023. La economía irá en la senda positiva, pero no «va como un cohete» tal como él ya ha presumido.
En otro escenario, la ocasión la siguen pintando calva, para seguir instalados en «la instrumentalización de la historia con fines políticos» (Harim Gutierrez, Unam, México). La estableció López Obrador, de origen enteramente español (sus abuelos emigraron de Asturias y Cantabria). Y la restablece Sheibaum Pardo (de ascendencia europea), provocando la exclusión de la presencia de nuestro país en su toma de «protesta» como Presidenta de México. Ambos con la ideología de izquierdas de su Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), orquestan una crisis populista e innecesaria de identidad y fraternidad. Cuando «en las naciones de la comunidad histórica» de España (artículo 56 de la Constitución), su cultura y su espiritualidad siempre nos han dado una reconciliación plena, un equilibrio de integración, sin necesidad de más.
Las oportunidades ofrecen prosperidad, y para ello se necesita también una correlación de fuerzas. El populismo solo invade o contamina, sin más. Frente a este paisaje tenemos a la nueva Comisión Europea. Donde von der Leyen, su presidenta y de la centroderecha alemana, tendrá que forjar ese equilibrio de poder con el nuevo presidente del Consejo Europeo, el socialista Antonio Costa, y con su propio equipo de comisarios donde domina la derecha y se integran representantes de extrema derecha como Rafaelle Fito de Italia y Magnus Bruner de Austria. En esta heterogeneidad inquietante va incluida nuestra socialista Teresa Ribera como vicepresidenta y responsable de la transición ecológica (actualmente en riesgo de retroceso).
Inquietante, principalmente por conocer que cadencia habrá en todo este equipo, y por el informe de Mario Draghi remitido a von der Leyen sobre la competitividad y productividad europea que no cesa de acumular estancamiento con respecto a los Estados Unidos y China. Requiriendo una política económica de gran inversión.
Mientras tanto en un escenario de crisis existencial, en la asamblea anual de la ONU y en su arquitectura internacional, se ha presentado para la ocasión la voz de Diomaye Faye, quien en 10 días pasó de la cárcel a presidente de Senegal. Cuestionando el actual orden mundial para dar más peso a África. Falta hace.