Diario de León

TRIBUNA

Yawar Nazir Alonso
Doctor en Derecho Financiero y Tributario. MBA IE

El Lexit y las salidas a bolsa

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Les sonará extraña la relación entre una posible autonomía de León con una salida a bolsa, pero la tiene. Cuando una empresa decide cotizar en los mercados se elabora un prospecto con el cual se procede a salir a la carretera a convencer a potenciales inversores, en lo que en la jerga del sector se llama road show, intentado presentar los datos de la compañía para que parezca lo más atractiva posible. Obviamente el potencial comprador hará todo tipo de preguntas, especialmente si se lee la memoria que se envía a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) y que fácilmente puede llegar a 300 páginas. Un claro y reciente ejemplo lo encontramos en la empresa de perfumería Puig. Después de testar el mercado para comprobar a qué precios dentro de una horquilla podría haber demanda, se lanzó al ruedo en mayo. Poco después salieron los resultados del segundo trimestre, peores de lo esperado y la compañía presentó un profit warning, es decir, que las cosas no eran como parecían. Hoy cotiza un 25% por debajo del precio de salida. Defraudó las expectativas.

Lo antedicho es un resumen simplificado que vale para relacionarlo con el informe ¿Es posible una autonomía leonesa? del grupo denominado «Iniciativa Autonómica Leonesa». Conozco el mencionado trabajo al haber sido preguntado por alguna entidad, institución u organización mi opinión al respecto, así como la presentación que hicieron a Colproleón en mayo y que está subida a internet ( https://www.youtube.com/watch?v=m7B7Qlex8Js ) para su consumo público. Debo de decir que me ha parecido una exposición clara y bien estructurada, lejos del mesianismo de alguno de sus autores. Sin embargo, me parece más un folleto de salida a bolsa, donde una autonomía propia soluciona milagrosamente todos los problemas, señalando solo bondades que nos hagan comprar la mercancía.

No pretendo entrar en las razones para segregarnos, que las hay. Tampoco en la viabilidad de un proceso jurídico, ya que habiendo traspasado el gobierno actual cualquier límite de decencia respecto al orden constitucional, parece claro que se trataría de una decisión política, en un país más cerca de, jurídicamente hablando, una república bananera de las que apoya un expresidente que habiendo pasado por la Facultad de Derecho de León, ha demostrado que quizá hubiese aprendido de leyes más en Veterinaria, por ejemplo. Por tanto, en mi opinión, la autonomía de León es viable legalmente igual que la del cantón de Cartagena si hiciera falta. Mi intención, ya que nadie pregunta qué nubes puede haber en el horizonte, es precisamente señalarlas, ya que creo se defraudarían las expectativas y eso sin tener en cuenta cualquier cisne negro que pudiera aparecer. Hasta ahora el regionalismo está encantado con tener un enemigo para echarle la culpa de todo, sin intentar mejorar algunas de las cosas que son responsabilidad exclusívamente nuestra o del Estado.

—Los problemas de León son muy anteriores a la constitución de la birregional comunidad en 1983, si bien es cierto que no hemos tenido el apoyo suficiente. La población leonesa llegó a su pico en 1960, momento a partir del cual comenzó a declinar por una serie de circunstancias que sería muy prolijo enumerar, pero que en esencia se corresponden con el sector primario. Abandono del campo por la mecanización en una provincia rural carente de industria y bastante más tarde, cierre de la minería, sin alternativa alguna por ausencia de un plan industrial serio, con la connivencia de los sindicatos, más preocupados de las excepcionales condiciones de los prejubilados a costa de un contribuyente ya atracado por subvenciones a la ruinosa producción y la factura de la luz, que de sus hijos. Aderezado con la sensación de maná inacabable sin inmutarse cuando el tren venía ya de frente. El desmantelamiento de Renfe o de Telefónica, grandes generadoras de empleo es independiente de la Junta de Castilla y León, como lo ha sido condenar a Ponferrada a no tener una moderna infraestructura ferroviaria, así como nuestra posición geográfica, en un eje maldito con Asturias, Lugo y Orense, provincias pertenecientes a tres comunidades diferentes y con parecidos problemas. Añadamos Extremadura y Huelva también.

—Parece claro que tendríamos más dinero, aunque no todo lo que dice el informe, ya que no puede atribuirse la totalidad del gasto no provincializado a Valladolid. Por otra parte, se hace una regla de tres para determinar los ingresos por población, cuando como sabemos, la nuestra es más envejecida, decreciente y dispersa. Este tipo de residente presenta una bases imponibles del IRPF menores y no suele gastar en bienes con fuerte recaudación de IVA o transmisiones (casas o coches), por lo que la parte que de estos impuestos nos transferirá el Estado o recaudemos directamente serán menores. No debe esperarse generosidad de los fondos de compensación si se siguen comprando votos de otras regiones con la colaboración de los dos diputados socialistas por León. Tampoco de los fondos europeos, que exigen coinversión, mientras presentamos escasos proyectos empresariales. Nada se dice de la deuda, ya que nos tocaría también proporcionalmente y a un coste mayor dada nuestra solvencia. Pero sobre todo, por mucho dinero que haya, revertir la tendencia de despoblación es una tarea titánica cuyos resultados no se verían a corto plazo. Menos gente, menos dinero. Es decir, se hace la foto fija de hoy y se corre un velo a la de mañana.

—No todo se arregla con dinero y aquí sabemos bien como tirarlo. A modo de ejemplo basta seguir la actualidad de Feve, problema generado por el gobierno municipal PSOE-UPL 2007-2011 o los millones que ha costado la incapacidad de la Diputación para cobrar las facturas de Gersul, cuestión ya solucionada a futuro, pero perdido el pasado. Recordar que en relación a esta última institución, faltaron escasos días para perder el solar de Santa Nonia destinado a parking, a punto de cumplirse 30 años en manos de quien lo explotaba sin contrato y nadie se hubiese apercibido de ello. En cuanto al gasto, este será mayor, con consejeros, directores generales, subdirectores, chóferes, escoltas, secretarias o cargos de confianza nombrados para lidiar solos con más competencias y duplicidad de algunas. Asturias, más comparable con lo que se pretende, ostenta, junto a Extremadura, el mayor ratio de funcionarios por habitante de toda España y presenta el último puesto en ejecución de los fondos europeos gracias a su enjambre burocrático o las listas de espera en hospitales. Aún así es un infierno fiscal y el 40% de sus habitantes viven de una paga pública, el mayor porcentaje de España de lejos. Brillante futuro.

—Se han elaborado múltiples planes estratégicos que han dormido en los cajones, como el del Ayuntamiento de León de 2018, en la época de una anodina alcaldía del PP. O la que se supone ha realizado la Diputación en el marco de la Mesa por León, pagada en un 50% por la Junta y de cuyo contenido o existencia nada se sabe. En relación a la Mesa, señalar también la falta de decoro de los sindicatos, promotores de la misma y que después de apoyar a una persona para dirigirla, carente de aptitud y actitud, se preguntan qué ha pasado y convocan ofendidos una manifestación para el 10 de noviembre. Deben antes exigir que se presente el trabajo realizado si es que existe y darnos una explicación. Ellos lo tienen que saber, puesto que quienes exigen cuotas de género a los empresarios presentaron a seis personas, todas caballeros, en la multitudinaria mesa camilla.

—No parece que nuestra propia gestión sea especialmente buena. El primer Ayuntamiento de la provincia está lastrado históricamente por uno de los mayores gastos de personal de España y una mala situación financiera heredada del gobierno PSOE-UPL 2007-2011 que le impide tener un proyecto de ciudad coherente. Qué decir del índice de absentismo del 20% con picos del 35% en viernes y lunes según documento de la intervención municipal del que se dió cuenta en este medio. El tercero, San Andrés del Rabanedo, intervenido por el Estado a raiz del gobierno PSOE 2007-2011, se erige como el Ayuntamiento de Castilla y León con mayor riesgo financiero y el 21 de España, según el listado de sostenibilidad financiera de Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal). En cuanto a la Diputación, el problema es diferente, ente de alta solvencia económica incapaz de gastar el dinero presupuestado, independientemente del color político, que se va acumulando año a año en una inexplicable maraña burocrática. Pensar que pueda liderar una autonomía es sencillamente aterrador. Capítulo aparte merece la extinta Caja de Ahorros, con presidente leonés, cuyas sociedades dejaron impagos millonarios y dos vicepresidentes, uno bachiller, también de León. La bisoñez de otros compatriotas al segregar los activos financieros para que la entidad mutase en banco incluyeron obras de arte o inmuebles que también se perdieron, pese a los intentos posteriores de Fundos por recuperarlos.

—Nadie parece preguntarse hasta qué punto el enfrentamiento con la Comunidad por parte de algunos ha podido influir en el desvío de inversión empresarial a otras zonas o el que una autonomía nueva la ahuyente todavía más. Ya sucedió, a otro nivel, en Quebec para alegría de Toronto o actualmente en Cataluña para regocijo de Madrid. Además, la experiencia demuestra que se tiende a burocratizar y legislar aunque sea para parecer que se es diferente del vecino, creando más barreras de entrada. La idea de añadir incluso otra estructura administrativa en El Bierzo va en contra de nuestro débil tejido productivo. Castilla y León pinta poco en España, pero una nueva taifa sería totalmente irrelevante.

Por ultimo, si bien es cierto que una parte no desdeñable de la población desea una nueva autonomía, solo parece existir consenso contra quién y no hacia dónde o en qué compañía. En ese sentido, parece adecuado recordar a Lewis Carroll en Alicia en el País de las Maravillas : «Si no sabes a dónde vas, cualquier camino te llevará allí».

Los problemas de León son muy anteriores a la constitución de la birregional comunidad en 1983, si bien es cierto que no hemos tenido el apoyo suficiente. La población leonesa llegó a su pico en 1960, momento a partir del cual comenzó a declinar por una serie de circunstancias que sería muy prolijo enumerar
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