León, sede del XXVII Certamen de Tunas
Los próximos días ocho y nueve de noviembre, viernes y sábado respectivamente, ocupará la escena de la actualidad leonesa la celebración del ‘XXVII Certamen Internacional de Cuarentunas’, organizado, por vez primera vez en esta capital del Viejo Reino, por la Cuarentuna Universitaria de León. La Cuarentuna Universitaria de León, fundada el 27 de marzo de 2017, tiene como Madrina de Honor a la Santísima Virgen del Mercado y del Camino, la Antigua, de nuestra ciudad, y es consecuencia de la Tuna Universitaria de León. Ésta dio comienzo a su andadura en el curso académico 1976-1977 y se presentó oficialmente en el Paraninfo de la antigua Facultad de Veterinaria, hoy Rectorado de la Universidad de León, el 17 de diciembre de 1977. Aquella estudiantina se nutrió principalmente de los integrantes de la Tuna de la O. J. E. (Organización Juvenil Española), de la Rondalla del Instituto Padre Isla, de la Tuna de la Escuela de Agrícolas así como de la Tuna de la Academia de San Raimundo de Peñafort, conocida coloquialmente como la Tuna Sanraimundina. Como es sabido, nuestra Universidad, la ULE, por decirlo abreviadamente, adquirió carta de naturaleza dos años después, en 1979. «Esta es la Tuna Universitaria / que pasea su alegría por León, /el aire lleva nuestras canciones / hasta la niña que me roba el corazón». Así finaliza el pasacalle, datado en 1997, que es letra y música de Ángel Arrendondo Giraldo, miembro fundador de la misma. Las glorias, andanzas y vicisitudes de esta tuna están relatadas por uno de sus miembros más fieles, maestre de la misma entre junio de 1982 y noviembre de 1984, y actual presidente, Fernando Castañón García, en una emotiva obra titulada «Tuna Universitaria de León (40 años). Historia de una Tuna Leonesa». Castañón García es el autor también de la obra «Ronda la tuna. Estudiantinas y rondallas leonesas», que ha visto la luz en estos días nuestros, donde en más de 600 páginas se recoge la historia de estos grupos musicales existentes en nuestra provincia desde el siglo XIX. Cuando la tuna hace acto de presencia por calles y plazas o en eventos y acontecimientos de distinto carácter y naturaleza, su estampa produce en el alma popular una sugestiva atracción de complicidad y simpatía, o, si se prefiere, promueve en el entorno una fiesta de alegría y de color. Y es que podría decirse que sus formas de expresión, es decir, la gracia gentil, la airosa donosura, el humor sano y la espontaneidad contagiosa de sus integrantes, revestidas de sonoridad instrumental y entonaciones verbales, componen una fórmula que impregna el ambiente de unas manifiestas dosis de gozo y diversión, de jovialidad y entusiasmo, de amenidad y entretenimiento, tan reconfortantes como provechosas para el espíritu. Complementa esos rasgos de identidad apuntados, la vistosidad de su indumentaria, - camisa ornada con encajes en el cuello y puñetas en las mangas, jubón, gregüescos, cinturón, calzas o medias, y zapatos negros - donde resalta la espectacularidad de las capas, con sus cintas multicolores y los escudos de ciudades recorridas y, en algunos casos, de países visitados, que pone en el aire una determinada coreografía, o, dicho de otro modo, una escenificación cargada de donaire y sentimiento. A ello, deben añadirse, por supuesto, los instrumentos de que hacen uso, habitualmente de cuerda y percusión, tales como guitarra, laúd, bandurria y pandereta, sin olvidarnos del acordeón, así como la beca, paño en forma de uve que se coloca por encima del jubón, sobre el pecho y los hombros, y que identifica el color de la facultad universitaria a la que pertenecen.De acuerdo con el programa establecido, la tarde del próximo viernes, ocho de noviembre, además de la recepción ofrecida por el Alcalde de León a las cuarentunas participantes y de la pertinente Ronda a la Madrina del Certamen, designación que en esta ocasión ha recaído en la actual rectora de la ULE, Nuria González Álvarez, tal como anunciaba en una reciente rueda de prensa el vicepresidente de la Cuarentuna, Alfonso Martínez Alonso, está prevista la puesta en escena por la escenografía peatonal de nuestra ciudad de alegres composiciones musicales, tomadas de un cancionero enraizado en el folclore español e hispanoamericano, como son pasodobles, jotas, boleros y habaneras, además de la interpretación de algunos vals, a cargo de unos quinientos cincuenta cuarentunos, aproximadamente, que congregan las veinticuatro cuarentunas asistentes al certamen, alguna de ellas venida incluso de Portugal y de Méjico. Sus actuaciones serán testimonio fehaciente de la fuerza expresiva y el poder de convocatoria que atesoran estas asociaciones corales, cuyos componentes forman y conforman una voluntad colectiva al servicio de la música y la palabra. Y todo ello para goce y disfrute ajeno y, por qué no decirlo, también de ellos mismos. El momento culminante se producirá con la actuación de las Cuarentunas en el Auditorio de Ciudad de León, en sesiones de mañana y tarde el sábado nueve de noviembre. Todo evento cultural de importancia y, por ende, de prestigio se torna incentivo turístico que conlleva el fomento y promoción de su lugar de celebración. Máxime en una ciudad como la nuestra que por sus valores históricos y tradicionales deja siempre una honda huella en el recuerdo de quien la visita. A la vista de estos alicientes, debe darse por entendido que el ‘XXVII Certamen Internacional de Cuarentunas’ cumple sobradamente esta función, lo que equivale a decir que, intrínsecamente, conlleva el consiguiente beneficio económico en restauración y pernoctaciones. Y, por supuesto, el éxito artístico, como así lo deseamos.