No puede ser...
Parece mentira que a estas alturas la mayoría de los habitantes que viven en el territorio español desconozcan por completo que existe un compendio propio de Derecho Civil en ciertas comunidades, que se expresa como «Derecho foral», coexistiendo junto con el Derecho común, representado por el Código Civil. Así, las comunidades autónomas de Aragón, Cataluña, Galicia, Baleares, Navarra y País Vasco tienen su propio Derecho civil foral, más actualizado, conforme a los nuevos tiempos, si tenemos en cuenta que el Código Civil es del año 1889. Parece que la vida ha cambiado desde entonces, y mucho. Sin embargo, Castilla y León no avanza en materia civil con lo que repercute en la ejecución de contratos, convenios, sentencias que nada tienen que ver con la realidad.
Materias como testamentos ológrafos, fidecomisos, en temas de arrendamientos rústicos, régimen económico matrimonial y la custodia compartida, modalidades especiales del contrato de compraventa, la ley de las relaciones familiares de los hijos cuyos progenitores no conviven, son unos pocos de los muchos asuntos que estas comunidades, gracias a la reforma de sus Estatutos de Autonomía, han hecho posible una convivencia saludable y un mejor consenso entre sus habitantes. Con todo ello, creo que existe una grandísima discrepancia de los principios de unidad e igualdad del Ordenamiento jurídico civil en España.
Como ciudadana española y castellano y leonesa, me parece de justicia, solicitar a los legisladores de Castilla y León que se pongan a trabajar y creen un compendio propio, que estudien las modificaciones realizadas en otras comunidades autónomas, según convenga, teniendo en cuenta además las costumbres de nuestro territorio. De esta forma, los ciudadanos podrán acceder a una resolución de sus asuntos más justa, más actual, más realista, más conciliadora y coherente con los nuevos tiempos.
Por todo ello, es urgente realizar un esfuerzo para derogar artículos obsoletos, en desuso, totalmente arcaicos que nada tienen que ver con la prosperidad, la justicia, la congruencia, la bonanza, contraviniendo absolutamente con la contemporaneidad de nuestras vidas. Por lo tanto, en la actualidad en Castilla y León, no son consecuentes las acciones y actos de las personas con el Código Civil común, impidiendo y obstaculizando el progreso y el desarrollo de nuestro territorio donde todavía no se han realizado dichas modificaciones.