Bebé clónico 2

LO difícil es empezar, pero quien hace un cesto, o un incesto, o un invento clónico, hace ciento. El segundo bebé repetido va a nacer dentro de unos días: pertenecerá al sexo femenino y será europeo. Eso es al menos lo que asegura la maternal presidenta de la sociedad Clonaid, vinculada a la secta de los raelianos. Unos tipos extraños, pero no más que sus seguidores. El jefe digamos el Papa de ellos, es un francés de poco pelo y mucha cara llamado Claude Vorilhon, alias Rael, un ex cantante y periodista deportivo, que asegura que se encontró una vez, andando por el mundo, a un extraterrestre que le reveló el secreto de la humanidad: los seres humanos fueron creados en laboratorios y exportados a este planeta hace 25.000 años, semana más, semana menos. La religión que predica el calvo, como todas, tiene dos finalidades: hacer prosélitos y recaudar fondos. El tal Rael se proclama pariente cercano de Jesús de Nazaret y dice que nació de una madre terrícola y un papá extraterrestre. El farsante ha creado una secta que tiene ya 55.000 miembros repartidos en 84 países. Lo que predica es que la clonación es una etapa hacia la vida eterna, igual que la fecundación in vitro fue otra etapa. La siguiente, ya más cerca de la meta, es crear un ser vivo al que se transfiera nuestra memoria producto cien por cien de laboratorio. El evangelio según franskenstein. El inmenso desvalimiento del ser humano le lleva a buscar verdades inverosímiles. Somos «animales inconsolables», que dice Saramago, y sobre todo animales crédulos. No podemos aceptar que el hombre sea «una pasión inútil» y esperamos, con más o menos esperanza, que cuando seamos un disperso montón de ceniza, alguien nos vaya llamando por orden alfabético para contabilizar nuestros merecimientos y nuestros errores. Casi todo el mundo se considera tan importante que no se resigna a su total desaparición. ¿Cómo va a dejar de existir un tipo como yo?, se preguntan. Con lo que quería a mi madre y a mi tía Mari. Por eso hay sectas. Y por el desgaste de las religiones más popularizadas.