Fondo nuevo

Tras una larga etapa durante la cual los ahorradores, a la vista de los resultados negativos que obtenían con sus inversiones, abandonaban progresivamente los fondos de riesgo y escogían los más conservadores, pese a que su rentabilidad ni siquiera cubriese la depreciación monetaria, son muchos los que ahora esperan que pronto sigan un comportamiento absolutamente inverso y se decidan de nuevo a tomar la decisión de asumir riesgos ante las expectativas de los más optimistas respecto a la favorable evolución de las bolsas. El previsible tránsito de los inversores en dirección opuesta a la seguida hasta ahora se verá favorecido este año por la mayor movilidad que supone la liberación fiscal del cambio de un fondo a otro, que no sólo quiere decir elección entre fondos monetarios, de renta fija, de renta variable o de divisas dentro de la misma gestora, sino que también significa la posibilidad de cambiar de una gestora a otra, lo cual provocará, inevitablemente, rebajas en las comisiones para conservar los actuales clientes y también para competir. El nuevo régimen fiscal puede que suponga incluso la desaparición de más de una gestora y, por supuesto, de muchos fondos parecidos entre sí, que podrían administrarse más eficazmente al unificarse. Después de un periodo de cambios en tropel, el trasiego será más lento debido especialmente a la elección del momento más oportuno para abandonar posiciones conservadoras y dejarse seducir por los encantos de la renta variable... Y también para retirarse a tiempo.