VUELTA DE TUERCA
Aguantar
Hállome güey bajo el carbayu cavilando. Y es lo cierto que falispa y hace un frío del carallo por lo que espero que no me venga la nueite antes de decidirme porque quédome como un pardal. Ni la culuebra se atreve a asomar el pescuezo. Mientas rosna el burro y gruñe el gocho siento friura en el intelecto porque no se me alcanza la palabra a apadrinar. ¿Quizá güeyos? ¿quizá chitu? ¿por qué no braña? ¿por qué no feixe? Estos mozus del conceyu ya me tienen trasvoláu; siento un vacío en la andorga y nublina en el mirar. Pero de encontrarla vengo. Ya tiene padrín. La palabra es aguantar. Porque por allí se llega antes a todo lugar. Y eso presta.