PANORAMA
Demasiada euforia
El presidente Aznar ha anunciado una serie de medidas para combatir el terrorismo y acabar con la inseguridad ciudadana. Y ha advertido a los cuatro vientos, como una especie de «aviso a los navegantes», que está dispuesto a llevarlas a término «con consenso o sin consenso». Según el pacto antiterrorista que el Gobierno y el PSOE tienen firmado, cualquier medida contra el terrorismo tiene que ser consensuada entre los firmantes del citado pacto. Pero el señor Aznar ha obviado este compromiso y ha venido a decir que el que quiera le acompañe y, en caso contrario, él solo se basta para poner en práctica estas medidas. Medidas que consisten en aumentar las penas máximas de treinta a cuarenta años y poner límites estrictos a la redención de la pena. Por su parte, el ministro de Interior, señor Acebes, ha dicho que no soporta ver por la calle a los terroristas que han sido puestos en libertad. Sucede, sin embargo, que estas medidas antiterroristas que con tanta pompa y circunstancia ha anunciado el presidente Aznar, no tienen carácter retroactivo y, las mismas, sólo podrán ser aplicadas a quienes cometan actos terroristas a partir de su entrada en vigor. En estos momentos, hay unos cuantos centenares de terroristas en prisión que podrán acogerse al Código Penal del año 73 o al del 95. Lo que significa que el señor Acebes va a tener que soportar la puesta en libertad de aquellos terroristas que, por la fecha en que cometieron sus delitos, estén acogidos a los Códigos penales antes dichos y cumplan los requisitos que en ellos se estipulan. Se está lanzando la idea a la opinión pública de que a partir de la puesta en vigor de las medidas anunciadas, los etarras en prisión van a tener que estar sujetos a las mismas. Y no es verdad. Por lo que se refiere a las medidas contra la inseguridad ciudadana, conviene recordar que hace unos meses, el propio presidente Aznar declaró que iba a «barrer las calles» de delincuentes. Se anunció a bombo y platillo que se iban a aumentar los efectivos policiales en número de 25.000 nuevos agentes. Durante el mandato del señor Mayor Oreja al frente del Ministerio de Interior, el número de efectivos policiales había disminuido en 7.000 agentes. Es decir, que desde que el señor Aznar llegó al poder, los efectivos policiales han disminuido sensiblemente. Ahora, y de momento, se anuncia la convocatoria para aumentar esos efectivos en 4.000 plazas. Vamos a ver. En todo caso, tanto las medidas contra el terrorismo como las que se anuncian contra la inseguridad ciudadana, no son otra cosa que fruto de la delicada situación en que se encuentran el Gobierno y el Partido Popular y el nerviosismo consiguiente. Medidas precipitadas y con no poca carga demagógica. ¿Por qué no se tomaron antes? Hay quien dice que se han tomado ahora para que sirvan como una especie de «quitamanchas» para borrar los efectos del «Prestige» y sus consecuencias en Galicia. No diría yo que no. Sólo que se ha puesto en ello demasiada euforia, excesiva demagogia.