Sobre la empresa privada española El Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo Quejas por la actuación de unos policías locales

Creo inconveniente que tantas empresas españolas estén intentando ampliar el margen de beneficios a base de recortar las ganancias de sus empleados, su número y las prestaciones sociales, en vez de hacerlo mejorando los servicios, la publicidad, la labor comercial y la producción. Es decir, actúan sencillamente recortando los gastos, que es lo más simple, en vez de tratando de ampliar los ingresos, que es lo más inteligente. La impresión que tengo es que las empresas que hacen esto, que hoy son mayoría, se condenan a una lenta agonía, pues progresivamente realizan en sus plantillas una selección de las personas más vagas, mientras que las más trabajadoras poco a poco se hacen con puestos en la administración, en donde hay unas condiciones mucho mejores, algo muy perjudicial para los intereses del país. Así, cada vez más, la empresa privada en España pierde prestigio, tanto entre los consumidores como entre los trabajadores a cuenta ajena, especialmente los más jóvenes, hasta el punto de que hoy en día se puede afirmar que muchas de las personas con estudios universitarios recién acabados consideran el trabajo en la empresa privada un trámite mientras no obtienen un puesto en la administración, en especial los que ya tienen algo de experiencia laboral. De esta forma, no es de extrañar que nuestro país, según los datos oficiales de la Unión Europea, esté cayendo en el nivel de renta per cápita y P.I.B. respecto a la media de los países com unitarios, que es nuestro mejor punto de referencia (no es bueno que nos comparemos con Uganda). Mientras tanto, somos uno de los países con la población más endeudada del mundo. Eso sí, nuestro estado sigue persiguiendo el déficit cero. Es una verdadera pena que el Partido Socialista no pueda hacer una oposición basada en política económica para que nadie les recuerde a ellos lo que hicieron durante la última legislatura llamándose partido socialista. Óscar Donsión Martínez (León). Me dirijo a ustedes para expresar el malestar de muchos vecinos que vivimos en un ayuntamiento paralizado durante los últimos tres años. Después de los problemas que ha habido con el suministro del agua, problema para el que ya hay una solución y que ha sido impulsada por el portavoz de la oposición, don Luis Abelló, y la diputada, doña Natividad Cordero, en las Cortes de Castilla y León, ante la pasividad de la alcaldía, siguen apareciendo problemas a los que no se le plantea solución. El último episodio de dejadez es la carretera que une Veguellina con la carretera León-Astorga, que a su paso por Villarejo de Órbigo ha sido machacada a consecuencia de las obras para la construcción de la autopista, y a día de hoy, que parece que ya está acabada dicha vía rápida, sigue sin repararse el trozo de carretera que se dejó en mal estado a causa de las obras ¿Y que hace el alcalde? Nada. Absolutamente nada. Eso sí, a todas las comisiones de gobierno que e montan no falta, no vaya a perder la propinilla que le dan por asistir. Creo que ya es hora de que se levante del sillón y se ponga a trabajar, y si no, que no se presente a alcalde que nadie le ha obligado. Alfonso Domínguez (correo electrónico). Manuel Esteban Valle Sánchez dice en su mensaje: «Quiero exponer unos hechos que me ocurrieron el otro día en Santo Domingo con la Policía Local. Iba paseando y les pregunte por una calle y empezaron a reírse de mí pidiéndome la documentación, dándome patadas y lanzándose sobre mí; llamaron a mas policías locales, llegaron unos cinco o seis, me acorralaron y me intentaron quitar la ropa, me rompieron el niki, un teléfono móvil que llevaba, me quitaron la cartera, no si me quitaron dinero porque no sé lo que llevaba, me causaron lesiones, posteriormente me tuvieron que llevar al hospital, en ambulancia dándome dos ataques seguidos. Me coaccionaron para que no tramitara ninguna denuncia diciéndome que no me iban a hacer caso, pidiéndome el carnet de conducir y diciéndome que me iban a meter multas en el coche. En vez de dedicarse a meterse con la gente que se dediquen a mirar por Papalaguinda la gente que se está inyectando, la gente que está haciendo mal rompiendo bancos, que se dediquen a ello en vez de a pegar a gente que va andando por la calle como yo sin meterse con nadie y por preguntar por una calle empiezan a darme golpes y a quitarme la cartera del bolso cuando ellos no son nadie para cojerme y quitarme la documentación. Posteriormente me quita la cartera me saca el carnet y no me lo quiere volver a dar. Es una vergüenza. Que se dediquen a lo que tienen que hacer, no a dar palos y golpes con la porra, porque con el uniforme y con la porra se dan palos bien. Pero sin uniforme y sin la porra no se dan palos. He puesto una denuncia, y la denuncia va ir hacia adelante. Como siga mal que me están dando ataques cada poco, a ver lo qué hace luego la policía. Porque de mí no se ríe nadie y menos sin hacer nada. Si tienen ganas de reírse que se vayan al circo».